Estoy flipando a niveles estratosféricos con la nueva operación de Warhammer 40.000: Space Marine 2. La batalla contra el Hierofante es demencial

Estoy flipando a niveles estratosféricos con la nueva operación de Warhammer 40.000: Space Marine 2. La batalla contra el Hierofante es demencial

La nueva operación está disponible gratis para todos los Marines Espaciales de Space Marine 2

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No tengo palabras. Saber Interactive ha conseguido desencajarme la mandíbula una vez más. Ya he jugado la nueva Operación de Warhammer 40.000: Space Marine 2 llamada Finalización. Ha llegado como parte de una actualización de contenido gratuita... y es una absoluta demencia.

He instalado la actualización como quien mira por la puerta del microondas. Antes de empezar la operación, he visitado al armero para seleccionar la clase de Marine Espacial que había pensado usar: Vanguardia. Casi me decanto con Bastión, pero era la que más nivel tenía sin contar al Asalto y Pesado. Estos últimos están a novel máximo.

Warhammer 40.000: Space Marine 2 es demencial

Finalización te recibe de la única forma que sabe Warhammer 40.000: Space Marne 2: epicidad en su estado más puro. Una extensísima llanura de Kadaku donde se está librando una batalla cruenta entre el Imperio y los Tiránidos... y la humanidad va perdiendo claramente.

La línea de defensa de la humanidad la conforman tropas de Cadianos, desde infantería hasta tanques. Mantienen a duras penas a la bestia protagonista de la misión: un Hierofante, que viene a ser un biotitán de los Tiránidos. Este protege una enorme fortaleza del Imperio cuyas defensas están desactivadas. La papeleta de la humanidad es bastante mala, pero los Marines Espaciales han llegado para poner fin al asedio.

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El Cadiano al mando de las tropas me informa de que debo llegar a la fortaleza junto a mi escuadra y reactivar las defensas para destrozar a la bestia, y así acabar con el asedio tiránidos. Así pues, la primera parte de la misión se desarrolla en la selva de Kadaku. La resistencia es fuerte, pero no lo suficiente para impedirme llegar hasta las cañerías de la base imperial.

Todo está infestado de Tiránidos. Mi primera misión en la fortaleza es "despertar las consolas". La porquería de los bichos ha infestado las células de energía, así que debo hacer un poco de trabajo de limpieza de plagas para que vuelvan a dar energía a todos los sistemas de la instalación. Es la única forma de abrir las puertas y seguir avanzando.

Avanzar por los pasillos de las instalaciones se convierte en una tarea difícil y muy sangrienta. Las oleadas de bichos no dejan de llegar. Una tras otra. Los combates son cuerpo a cuerpo, muy encarnizados. Utilizo el cuchillo de combate y la espada sierra para abrirme paso. El gancho del Vanguardia es realmente útil para salvar distancias con los enemigos que disparan desde los extremos de los pasillos.

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Las defensas de la fortaleza están activas. Me dirijo hacia el exterior para encontrarme de cara con un Hierofante. Es enorme. Las armas convencionales no van a servir, así que empiezo a dar vueltas cómo voy a conseguirlo: ¿bombardeos?, ¿quizás un ataque orbital? Las defensas de la fortaleza deben jugar un papel importante, pero no pueden ser automáticas. ¿Guiado por láser, tal vez?

Activo los cañones con la consola de control y aparece en pantalla el mensaje "Derrota al Hierofante" junto a una vida de jefe final en la zona superior de la pantalla. Efectivamente debo utilizar un sistema de guiado por láser para disparar la artilleria contra el bicharracho. Aunque no es tan sencillo como parece. Las salvas tienen tiempo de enfriamiento y debo recargar las armas cada dos o tres disparos. Todo esto con hordas infinitas de bichos asediándome.

La batalla empieza muy bien. Avanza más o menos. Dos salvas fallidas me desconcentran y comienzo a perder demasiada vida. Caigo una vez, pero me levanto gracias a una Reliquia. La zona de control de los cañones se convierte en un infierno. Me llueven proyectiles, bombas de ácido y espadazos de todas las direcciones. Asumo golpes con tal de fijar al Hierofante para dañarlo.

El último disparo es el más desperado de todo. Me lo juego todo a un intento. "Yo voy a caer, pero tú te vienes conmigo" pienso mientras fijo el láser con una horda enorme de bichos persiguiéndome. Justo recibo varios golpes críticos cuando los cañones disparan y la bestia cae muerta en el campo de batalla. "Si tengo que extraer, estoy muerto", pienso durante la cinemática. No es el caso. La misión acaba.

He tardado casi 1 hora en completar esta Operación. Será un proceso mucho más rápido con otros jugadores. En cualquier caso, se ha convertido en una de mis misiones favoritas de Warhammer 40.000: Space Marine 2. Esto en dificultades altas va a ser todo un infierno. ¡Tengo ganas de afrontar el reto!

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