No hay mucho lugar para el debate: Star Wars Outlaws es oficialmente uno de los destructores estrellados en los desiertos de Jakku. La propia Ubisoft ha admitido que la aventura de Kay Vess no ha cumplido con sus expectativas ni las de muchos jugadores. Esto no quiere decir que el juego no sea disfrutable ni que tenga partes muy memorables. Una cosa no quita la otra. No todo es malo.
Si te gusta Outlaws, quiero que sepas que estamos en el mismo barco. Lo disfruté en buena medida y es más que probable que regrese cuando llegue el nuevo contenido en forma de DLCs. Ya hay planes para encauzar y mejorar la experiencia actual, así que quiero pensar que estará mejor con el paso de los meses.
Ahora bien, no me hundiría con este barco. No creo que sea un videojuego memorable como Battlefront II o Fallen Order y que pueda recordar sin problemas con el paso de los años. Y resulta irónico porque las tres únicas misiones que estoy seguro de que recordaré no implican sigilo, tiroteos ni mundo abierto, al menos no son el tema principal.
El espíritu Uncharted de Star Wars Outlaws
Que Star Wars Outlaws me recuerda a Uncharted o Tomb Raider en algunas misiones no es una novedad. Ya conté cómo fue mi experiencia en la primera de estas tres misiones: Los Restos de la Nave. Esta aventura lleva a Vess a explorar El Condestable, un crucero de la Alta República estrellado Toshara.
Los Restos de la Nave es una misión genial porque casi su totalidad se centra en el plataformeo y en mostrar un escenario espectacular. No hay sigilo ni tiroteos. Literalmente enfrentas a dos enemigos. Se trata de un rato de calma que recuerda a esos momentos de escalada con Nathan Drake, Lara Croft e incluso Cal Kestis en Star Wars Jedi: Fallen Order y Survivor.
Outlaws tiene otras dos misiones del estilo en su historia principal y mejores en mi opinión. Están bastante separadas, pero creo que el tiempo que las separa está bien medido. Y que sean tan pocas aumenta su valor dentro de la experiencia. Esta vez no las voy a comentar tan en detalle, pero sí que quiero transmitir la nostalgia y alegría que sentí como fan de Star Wars.
La Arreglatodo es la siguiente en el orden cronológico y supera por mucho a su predecesora. Tiene lugar en Mar de Dunas de Tatooine y resulta especialmente nostálgica porque implica a un Sarlacc. Por si el nombre no te dice nada, se trata de la misma criatura que se zampó a Boba Fett en Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi y que también apareció en The Clone Wars y Battlefront II, entre otras obras de la franquicia.
El objetivo es adentrarse en el cadáver de un Sarlacc como si fuese una cueva. Resulta especialmente emocionante porque todos alguna vez nos hemos preguntado cómo demonios es un bicho de estos por dentro. De hecho, dentro descubres que este espécimen en concreto se tragó un esquife entero. El guiño al Retorno del Jedi no puede ser más evidente.
Explorar el interior del bicho fue bastante emocionante, aunque lo mejor de la misión ocurrió justo antes de terminar, durante el camino de regreso. ¡Apareció lo que parecía un Dragón Krayt! Surgió de las profundidades de las arenas como un Gusano de Arena de Dune. El sonido anunció su llegada, pero no esperaba que pasase tan cerca de mí. ¡Fue un momento genial!
Legado es la tercera y última misión de esta lista. Tiene lugar en Akiva y cumple con todas las características de las anteriores: nostalgia, centrada en el plataformeo y con escasos momentos de acción, aunque esta tiene la dosis más alta de las tres. La aventura me llevó hasta una enorme fábrica de droides, utilizada durante las Guerras Clon para abastecer al bando separatista.
La fábrica lleva años abandonada, pero todavía conserva muchos droides y zonas cuya estructura recuerda a su homónima en Geonosis, que vimos en Star Wars: Episodio II - El Ataque de los Clones. Otras aparecieron en la serie The Clone Wars, por ejemplo. Caminar entre tantos droides de combate fue genial y un poco tenso, porque tienes la idea paranoide de que cualquiera de ellos se puede activar en cualquier momento.
El hecho de que estas tres misiones se quedasen grabadas a fuego en mi memoria, como un mensaje destacado y en negrita, me hace pensar que Ubisoft perdió una oportunidad de oro a la hora de enfocar Star Wars Outlaws. Apostaron por hacer lo de siempre: mundo abierto con sigilo, tiroteos y muchas explosiones. Y no me parece mal, pero quizás la historia hubiese sido muy diferente de haber aparcado el sigilo y los mundos abiertos para inclinar la balanza hacia algo mucho más similar a Uncharted y Tomb Raider.
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