Puede que el as bajo la manga de Microsoft no esté en las posibilidades de Xbox Series X o en una versión alternativa más barata para la nueva generación. Tampoco en un Halo, Forza, Fable o el resto de juegos que tengan en el horno, sino en haberse adelantado a uno de esos cambios que promete traer cola.
Ayer 2K Games daba a conocer más detalles de NBA 2K21 y, junto a la presentación de su estrategia de cara a tener presencia en ambas generaciones, también avisaba de una tendencia que puede convertirse en algo habitual en los próximos meses: los juegos de nueva generación serán más caros que los actuales.
De los 70 a los 90 euros por lanzamiento
La diferencia de precio entre NBA 2K21 para PS4 y Xbox One respecto a la versión para PS5 y Xbox Series X será de 5 euros, y subirá 10 dólares en el caso de Estados Unidos. De los 69,99 euros a los que estamos acostumbrados subiríamos a los 74,99 euros o incluso los 79,99 euros si deciden ser menos bondadosos en el futuro.
Al contactar con 2K España para que nos explicasen a qué se debía la diferencia de precio en el salto generacional, esto es lo que nos comentaron:
"Creemos que nuestro PVPR para NBA 2K21 en las plataformas de próxima generación representa de forma justa el valor de lo que se ofrece: potencia, velocidad y tecnología que solo son posibles en el nuevo hardware.
Si bien confiamos en que NBA 2K21 será un salto monumental para la franquicia y un escaparate visual destacado en las consolas de la próxima generación, reconocemos que es nuestra responsabilidad demostrar este valor a nuestros fans y jugadores de NBA 2K".
Pero por muy fría que esté el agua del jarro que se nos viene encima al acercarnos cada vez más a los 100 euros por juego, lo cierto es que los videojuegos suben como lo hace todo lo demás.
Y pese a ello no estamos tan mal
El último incremento de precio que se realizó en la industria se remonta al cambio generacional de PS3 y Xbox 360, cuando saltamos de los 59,99 euros a los 69 euros que se han vuelto más habituales en los grandes lanzamientos.
De eso hace ya 15 años y, desde entonces, no sólo los costes de desarrollo han subido como la espuma para ofrecer una fidelidad visual más acentuada o juegos más grandes y largos, también hemos visto como poco a poco iba subiendo de precio todo lo demás.
No cuestan lo mismo los juegos igual que no valen lo mismo las películas 4K, las suscripciones a servicios como Netflix o las entradas de cine. Un aumento en los precios que, en cierta medida, hemos conseguido esquivar hasta ahora.
En ese escenario, comprensible pero igualmente molesto, entra en juego lo que ya es un secreto a voces, que la jugada de Game Pass y unificar plataformas, llevando los juegos anteriormente exclusivos de Xbox también a PC, puede ahorrarle el mal trago a más de uno.
El The Last of Us 2 de Xbox se llama Game Pass
Lo que hace unos años parecía un tiro en el pie ahora se vislumbra mejor como una estrategia de fidelización que va más allá de la máquina o los juegos. Microsoft sigue sin salvar por completo el escollo de calidad y ambición que hay entre los catálogos de Xbox y PlayStation, pero cada vez está más claro que no lo hace por simple dejadez sino porque su estrategia va por otro camino.
Sus esfuerzos son otros y, lejos de intentar ofrecer el catálogo más atractivo posible, lo que busca es crear una burbuja en la que el jugador se sienta cómodo y protegido de las idas y venidas que no tardarán en llegar.
En cualquier caso no todo son lloros. O al menos no todos los lloros serán nuestros. Está por ver también cómo responde el mercado a un incremento así cuando muchos grandes lanzamientos actuales han quedado relegados a sonoras rebajas de precio a apenas un mes después de su llegada a las tiendas. Serán más caros, sí, pero la experiencia y alternativas de los jugadores pueden ser un factor muy determinante.
Ejemplos como el de NBA 2K21, y es fácil predecir que no será el único, le dan aún más peso a tener todos los nuevos exclusivos anuales de una consola por una suscripción que cuesta menos que dos juegos de lanzamiento.
Más aún ante un panorama en el que Smart Delivery, la posibilidad de comprar un juego en la actual generación y jugarlo sin coste adicional en la siguiente, parece que no va a ser la norma. La excusa de "pero el sombrero es nuevo" deja de tener sentido cuando alguien te está regalando también la casa y el descapotable de Stacy Malibú por el mismo precio.
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