Desde que Phil Spencer mencionase en el pasado E3 que Microsoft ya estaba trabajando en una nueva consola, los rumores sobre el proyecto apodado Scarlett no han dejado de surgir. El cambio generacional puede que aún no esté a la vuelta de la esquina, pero sin duda plantea caminos muy interesantes que cuadran con el futuro que parecen perseguir las compañías.
El último en salir a la luz nos llega de Thurrott, desde donde aseguran que el también rumoreado servicio de streaming de Microsoft podría suponer la llegada de no una, sino dos consolas distintas de la marca Xbox. Ni es el primero ni tampoco será el último, de hecho, esto es todo lo que se ha dicho sobre la nueva Xbox hasta ahora.
Dos consolas distintas
La idea de las dos consolas parte de una premisa tan loca como lógica. Mientras que la nueva Xbox contaría con una versión como las de toda la vida, esto es una máquina con todos los avances de hardware y software que le permitan mantenerse a flote durante los siguientes años a su lanzamiento, también habría en desarrollo una máquina muy diferente en lo que a características y precio se refiere.
Esa segunda versión de la nueva Xbox tendría lo justo para trabajar con juegos en streaming. No sólo eso, a medio camino entre moverse en local y gracias a la nube, se dice que Microsoft habría dado con una nueva tecnología que solucionaría los problemas de latencia mediante una máquina mucho más barata que, en esencia, se encargaría de procesar la imagen, detectar colisiones y controlar el input de los mandos.
Destino Gamescom
De la mano de Larry Hryb, más conocido como Major Nelson, hace algunos días saltó a escena la posibilidad de que todos esos rumores tuviesen fecha de caducidad. Según el ejecutivo, la Gamescom serviría de escenario para presentar nuevo hardware y accesorios de Xbox, apuntando así a un hipotético anuncio de la próxima máquina de la marca.
Tras ello Hryb reconoció el error y afirmó que se había tratado de un malentendido, que con nuevo hardware se refería a nuevos packs de Xbox One y accesorios, no a una nueva consola. Se desconoce si a Major Nelson se le fue de las manos el mensaje o sólo se refería a otra rumoreada novedad, la llegada de un nuevo mando Elite.
La nube (sí, otra vez)
Microsoft es ahora más que nunca una empresa de servicios, y eso pasa por intentar crear un ecosistema en el que todos sus productos apoyen esa máxima. Azure vuelve a ponerse sobre la mesa y no sólo sobre plataforma de streaming, también como servicio que haga de esos procesos un terreno mucho menos abrupto de lo que hemos visto hasta la fecha.
Sumemos ahí una consola con menos potencia pero más barata y orientada a explotar ese poder de la nube y las suscripciones como Xbox Game Pass. Justo ahí tenemos el combo perfecto con el que la compañía ya planeaba coquetear a principios de la presente generación. Al final el camino ha sido más largo y lento, pero el objetivo apunta a ser el mismo.
7,4 TFLOP
Las máquinas actuales más potentes son PS4 Pro y Xbox One X, que se quedan respectivamente en una potencia de 4,2 y 6 TFLOP. Según Timothy Lottes, ingeniero de AMD, para mantener una estabilidad a la hora de alcanzar los 4K y 30fps, las nuevas máquinas deberían superar al menos los 7,4 TFLOP.
Podría ir más allá, claro, especialmente si al final acaban haciéndole caso al público a la hora de abordar el reto de mantener una tasa de refresco de 60fps en vez de seguir luchando por el factor resolución. Si además quieres estandarizar una generación con vistas a mantener un catálogo 4K a 60 imágenes por segundo, la potencia (y precio) de las nuevas consolas deberían subir varios escalones más.
Ver 20 comentarios