Lo reconozco, soy el tonto de las ediciones especiales. Es superior a mis fuerzas, me deshago frente a esas enormes y seductoras cajas. Si lo pienso un poco me doy cuenta de que mi desequilibrio ha empeorado preligrosamente en esta generación de consolas. Ha sido en estos años cuando la presencia de estos inventos del diablo se ha hecho más patente, generalmente porque se han acompañado de una sofisticación hasta ahora desconocida.
Desconozco de donde surge esta tendencia. Tal vez sea una popularización de algo más íntimo que siempre se ha dado entre las compañías y la prensa especializada. Las editoras y desarrolladoras solían regalar a ciertos medios de relevancia packs que, además de incluir el juego en cuestión, contenían un montón de memorabilia recopilada para la ocasión. Un simple acto de protocolo como enviar tu nuevo título a un medio, se convertía así en una demostración del mimo y del buen hacer que se había puesto en su desarrollo.
En mi caso particular, mi enfermedad repuntó hace unos días. Un amigo me enseñó su recién adquirido 'Alan Wake' en una caja que simulaba un libro tamaño king size, ya sabeis, tipo 'Los pilares de la tierra'. Quitando el cartón que la recubría aparecía un acabado en tela con letras plateadas. Pero es que dentro estaba lo mejor, a los tres discos mas o menos habituales (juego, dvd con extras y bso) se le unía un libro de 144 páginas en tapa dura con un relato de Alan (el protagonista del juego es escritor) y distinto material increíblemente trabajado.
Ante tal espectáculo y como si de una parafilia se tratara, mi cara debía parecer la de Homer Simpson cuando piensa en rosquillas y una babilla resbala por la comisura de su boca. Empecé a preocuparme cuando se me pasó por la cabeza hacerme con una copia de esa joya, hecho que no resultaría extraño sino fuera por un pequeño detalle, no tengo una Xbox 360. La cordura reapareció y a la larga mi bolsillo lo agradeció. Me conozco, no dudo que, de poseer la estupenda maquina de Microsoft, un casco Spartan adornaría mi ya de por sí apretado estudio.
Este tipo de ediciones tiene un fuerte carácter fetichista pero las hay más prácticas. La de 'Monster Hunter Tri', por ejemplo, viene en forma de baúl, cuesta en España 70 euros y contiene, además del juego (50 euros), el mando clásico (25 euros), el Wii Speak (30 euros) y el busto de un bichejo (no tiene precio). Siendo este un título hardcore de fuerte componente online, esta edición te ofrece, por un estupendo precio, el perfecto equipo para sacarle el mayor partido.
La próxima maravilla que tengo en el horizonte es la edición limitada de 'Bioshock 2', que ya empieza a estar a un precio asequible. Es una bonita caja que contiene un libro de arte de 164 páginas en tapa dura (que por la bellísima dirección artística de la que goza el juego, adquiere aquí especial importancia), carteles publicitarios de Rapture en tamaño A3, la banda sonora en CD y, lo que me ha dejado más alucinado, un vinilo de 12 pulgadas con la música de la primera parte. Nunca pensé que aumentaría mi colección de discos de vinilo con la bso de un videojuego.
He Indagado en mi memoria y creo haber encontrado un par de momentos en los que pudo haber comenzado todo. Por un lado pienso en uno de los primeros videojuegos que entró en mi casa, fue aquel primer 'Zelda' de la NES que venía en un precioso cartucho dorado. El segundo caso se acerca más a lo que conocemos hoy, aunque aquellos días eran más sencillos y la edición especial que compré destacaba únicamente por su voluminosa caja y por un libreto de pistas de igual tamaño pero claro, nunca había visto algo así. Se trataba de la edición española de 'Ilusion of Time'. Todavía guardo estos juegos y de largo en largo los miro (admiro) con mucho cariño. Aunque bien pensado, para mi economía fue como abrir la Caja de Pandora. Por cierto, hablando de la Caja de Pandora,…
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