Espinoso tema el de los DLCs… Todos sabemos la fama que están cogiendo, para bien o para mal, en esta generación. Antaño, en formato físico, se les llamaba “expansiones”. Pero con el formato digital han sido rebautizados como DLCs (Downloadable-contents, contenidos descargables). ¿Pero ha sido sólo un cambio de formato y de nombre? No, desde luego que no.
Muchas compañías han visto un filón de oro en ellos para combatir la piratería, pero no se han parado a pensar en que esto, en la mayor parte de las ocasiones, resulta un insulto contra el usuario legítimo. DLCs a precios abusivos y con añadidos insulsos, incluso al poco de salir el videojuego en el que se basan. Pocos, muy pocos DLCs de esta generación pueden tener el honor de poder llamarse “expansiones” como tal. Una pena de la que difícilmente vemos una solución. Las compañías que lo siguen haciendo tienen pocos visos de cambiar su política, y raras son las que los ofrecen de un modo altruísta a sus usuarios. Esta imagen, la imagen de la semana que hemos escogido en esta ocasión (el desenlace lo podéis ver a continuación), viene a reflejar el lado malvado de muchas compañías. ¿Se acabará algún día la tarta? ¿Era mentira al final? Ay, que esto era de otro juego…
Definitivamente había más tarta, y no se acabará hasta que los usuarios protestemos al unísono contra las que juegan con nuestro bolsillo. ¡Quiero la hoja de reclamaciones!
Vía | Fase Extra
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