Los casos de jugadores fallecidos por culpa del exceso de horas de juego (y la consiguiente falta de sueño) son la comidilla de los diarios amarillistas. Los casos de jugadores asiáticos aparentemente dormidos durante horas en cibercafés son sólo un ejemplo de los problemas que acarrean estas prácticas.
El streamer GiantWaffle reconocía hace unos días que el récord que tenía entre manos estaba lejos de ser saludable, que era consciente del peligro pero la gracia de un récord estaba ahí, en intentar empujar los límites. El suyo implicaba jugar durante 570 horas en 30 días.
30 Days. Thirty 19 Hour streams in a row. 570+ Hours Streamed. 3 Million Hours Watched. 10,000+ Subs.
— GiantWaffle (@GiantWaffle) December 1, 2019
Streamvember 2019 is COMPLETE! TIME TO SLEEP! <# pic.twitter.com/8F87hBTlfP
Habiendo cambiado su ciclo de sueño para limitarse a cinco horas diarias, el streamer mantuvo una media de 19 horas de retransmisión diaria mientras superaba juegos como Red Dead Redemption 2, Death Stranding o Luigi's Mansion 3.
Aparentemente el riesgo merecía la pena para GiantWaffle, que reconocío estar recibiendo unas estadísticas entre cuatro y diez veces superiores a lo habitual, tanto a nivel de visionado como de suscriptores y nuevas visitas.
Mientras la competencia sigue aumentando, los streamers buscan fórmulas que les ayuden a destacar, muchas de ellas atadas a jornadas de trabajo que pondrían en peligro a más de uno.
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