Es posible que la idea que tenía en mente Will Wright cuando dio forma a Los Sims fuese únicamente la de decorar, tener una vida tranquila y relajarse en un mundo virtual. Sin embargo, con el paso de los años la comunidad ha encontrado nuevas formas de torturar a los diferentes avatares y no todo se reduce a que se ahoguen en la piscina.
Esa clase de tortura queda a la altura del betún para u m a m i, un usuario de Twitter/X que ha compartido una de sus partidas en el simulador. Si bien su historia se remonta a 2015 con pruebas visuales, la ha revivido casi una década después detallando los pasos que siguió para crear un taller clandestino repleto de torturas.
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Hace nueve años, mucho antes de convertirme en animador, instalé Los Sims 4 y creé "My Sweatshop Family". Con mi dinero inicial, pude construir un dormitorio y una fábrica independiente para los trabajadores.
A lo largo de numerosos tweets, u m a m i relata las atrocidades y la presión a la que sometió a su grupo de Sims. Un solo afortunado logró salir del taller para entrar en la habitación que hay junto a la estructura, mientras el resto comienza con el trabajo que repetirán durante jornadas incansables. "Aquí obligaba a los esclavos a escribir libros y guiones para publicarlos, así cada mañana cobraba una gran suma de derechos de autor", explica el usuario.
A los veinte minutos de partida ya cuenta con la primera víctima, Mopen, un Sim que de alguna forma murió y cuya tumba se encuentra en la entrada. Para mayor grado de humillación, todos los Sims fueron vestidos con ridículos disfraces de perrito caliente. La rutina no permite la diversión ni otro foco distinto a cubrir los deberes diarios o las necesidades básicas.
Tal y como podemos ver en la imagen, los Sims apenas cuentan con camas, una cocina, nevera, lavabo, váter y ducha, más allá de sus escritorios donde escribir guiones sin parar. Nada está decorado, todo es sombrío, sin estridencias y con el objetivo claro de aumentar la productividad.
El campo de concentración, pues no puede recibir otro nombre, también sufre de múltiples averías en las tuberías y las conexiones eléctricas, lo cual desemboca en la muerte de su esclavista principal. En un momento dado, "me di cuenta de que es mucho más fácil entrenar a mis esclavos para pintar y vender que para escribir guiones. Las ganancias fueron lentas al principio, pero crecieron rápidamente." Una mentalidad digna del capitalismo más voraz.
Incluso los empleados del exterior terminaron por perder la cabeza, ya que la criada se quedó encerrada por accidente y "empezó a volverse loca y se quitó la ropa". Los esclavistas, por su parte, sí que consigue un trato digno y u m a m i mejora su comodidad transformando su hogar en una lujosa mansión, producto de los beneficios. Mientras, la podredumbre y el hedor infestan las instalaciones del taller, por lo que las condiciones del taller empeoran gravemente.
Para un mayor grado de regodeo, el jugador crea una conexión con el taller por el techo, por lo que los trabajadores pueden ver perfectamente a su jefe pasearse por lo alto sin dar un palo al agua. A pesar de todo, u m a m i tuvo que comenzar de cero, esta vez con mayor experiencia como explotador laboral y creó una suerte de torre que no distinguía entre taller y mansión... de cara al exterior.
El interior seguía siendo un infierno para cualquiera que trabajase allí, ya que las condiciones seguían siendo lamentables. Es más, añadió una sala de visitas que recuerda a la de las cárceles con separación entre los individuos, lo cual mina la moral a cualquiera y dificulta preocuparse en tareas secundarias como mantenerlo todo limpio.
En un alarde de bondad, u m a m i permitió que los pintores dibujasen en una sala acristalada que les permitía ver el exterior. "Las ventanas les sirven de inspiración", relata el jugador, el cual se tuvo que enfrentar a un problema. Debido a la insalubre forma de vivir, los Sims envejecían a un ritmo pasmoso y, a pesar de que quiso acceder a la Poción de la juventud para mantenerlos lozanos, no pudo obtenerla debido a que los trabajadores no habían logrado ninguna meta en sus vidas.
Como si de animales se tratasen, creyó que la mejor solución sería fomentar la procreación, pero sin ningún tipo de intimidad. Una sala para la copulación acristalada y con focos lista para crear niños, llegando a dar resultado, pero ese crío no tenía ni idea del mundo al que acababa de llegar.
En cuanto pudo hacer uso de sus funciones psicomotoras, el jugador tuvo claro que "este chico nunca irá a la escuela. Trabajará para mí hasta la muerte". La explotación infantil llegó al taller clandestino, por lo que las ganancias volvieron a dirigirse en ampliar los terrenos y construir un castillo. Un lujo absolutamente innecesario, excepto para la esclavista que seguía disfrutando de la tortura sin ningún tipo de escrúpulo. Por si fuera poco, las apariciones del más allá llegaron al escenario:
¿Recuerdas a ese tipo, Mopen, que murió al principio y se libró fácilmente? Pues ahora aparece como fantasma, pero no puedo evitar que entre en la mansión a través de las paredes. Pensé que tal vez volvería para atormentar los sueños de la baronesa de la mansión por todas las penurias que le causó, pero en lugar de eso se limita a trollear en los foros.
El destino de los Sims quedó sellado para siempre, pues u m a m i remodeló todavía más la mansión para colmarla de estridencias y opulencia. "En este punto me estaba aburriendo así que me detuve", por lo que esos Sims permanecen atrapados en una condena laboral sin fin. Menos mal que esto jamás podría pasar en la vida real, ¿verdad?
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