My Urban Playground, del director Anders Euklund, es un documental sobre el impacto de los videojuegos en nuestra planificación urbanística, contándonos cómo títulos de simulación pueden cambiar a mejor la forma en la que vivimos gracias a sus estadísticas. La película recoge una realidad palpable en la que Suecia afronta la creación de un nuevo sistema de transporte gracias a ‘Cities: Skylines’, pero no es el único ejemplo.
La unión de ‘Minecraft’ y las Naciones Unidas es otro de los temas que, junto a la sombra de Will Wright y la ecosostenibilidad del videojuego ‘Block’hood’, lanzado hace unos días en Steam Early Access, completan un elenco de ideas interesantes sobre cómo los videojuegos siguen adentrándose en nuestro día a día.
Block'hood: otra forma de encarar la simulación
Esa última parada será nuestra primera, y es que al ver ‘Block’hood’ inmediatamente recordé el imprescindible ‘rymdkapsel’, ‘SimTower’ y mi adicción a la construcción y gestión de Kairosoft. Después vi que Devolver Digital estaba metida en el ajo y lo compré, claro.
A diferencia de un ‘Sim’, donde el límite es el dinero, en ‘Block’hood’ todo se centra en la sinergia, en crear una comunidad basada en la energía sostenible.
Un árbol necesita agua pero proporciona aire fresco a la gente, que a su vez aporta beneficios para seguir creciendo pero también reclama un techo con todas las necesidades básicas cubiertas.
El atropellado tutorial y un tiento a sus desafíos nos ponen sobre la pista, pero eso no impide que la primera partida en el modo sandbox sea bastante caótica.
Estamos acostumbrados a encarar este tipo de simuladores desde el IMACHEAT y el dinero como válvula de escape, pero lo que propone ‘Block’hood’ es que te preocupes por la estructura y cómo una unidad alimenta a otra, que puedas jugar sin que el contador de dinero descienda.
Con un sistema de Input y Output, cada parte de nuestro edificio debe cubrir unas necesidades para funcionar. No es acumular recursos, es pensar en darles una salida, y acaba siendo un salto más complicado de lo que esperaba.
Un inicio prometedor para un largo recorrido
Consiguiendo que interiorice el mensaje ya tienen medio camino recorrido, pero el de establecer a 'Block'hood' como una herramienta desde la que narrar los beneficios de la sostenibilidad no va a ser un paseo fácil.
El empaque del juego no ayuda demasiado, tosco y con trabajo por delante, pero es de esos proyectos en los que te gustaría ver más atención y hay algo muy adictivo en su propuesta.
Cosas como que el control sea mucho más cómodo, poder jugarlo desde una tablet, que un niño pueda disfrutarlo gracias a una curva de aprendizaje mejor adaptada y, sobre todo, que alguien le dé un repaso a sus menús para que algo tan simple como el proceso de cargar una partida sea más llevadero. Necesidades básicas en las que Devolver Digital vuelve a poner su dinero para seguir engordando un catálogo ejemplar.
Es un Early Access y hay que tratarlo como tal, como un proyecto con muchísimo margen de mejora sobre una base que ya pinta realmente bien, así que además va a ser bonito verlo crecer. Tiene potencial para convertirse en uno de esos juegos que acaba funcionando en un aula, así que apunta a ser uno de esos peones en la dura batalla de enseñarle al mundo que los juegos también pueden ser otra cosa.
Si os interesa, hay una guía de inicio en Steam que acabará de convenceros. Crear un edificio bonito y ecosostenible es tan complicado como relajante, así que es más que recomendable seguirlo de cerca para ver cómo evoluciona. Seguro que más de uno acaba cayendo cuando lo vea rebajado.
El videojuego como herramienta urbanística
Que Paradox esté tras el documental que también coloca a 'Block'hood' ne la palestra, demuestra que aún hay hueco para otro tipo de publicidad, que My Urban Playground puede ser la lanzadera perfecta para apoyar a su ‘Cities: Skylines’ aunque peque de altivo al sentarlo en la mesa entre ‘Minecraft’ y Will Wright.
A Wright, el genio de lo 'Sim', le debemos que nuestras ciudades tengan acceso a un completo tutorial sobre cómo crear la ciudad perfecta. Gracias a ‘SimCity’ y los patrones de conducta y crecimiento incluidos en el juego, la Universidad de Londres consiguió crear mapas digitales de varias ciudades inglesas.
La idea partía de recopilar todos esos datos y condensarlos en una simulación que pueda aportar las claves para la correcta evolución de una ciudad. A través de una web llamada Mappiness también incluyen el humor de distintos voluntarios para añadirlo a los datos, así que podría decirse que es el ‘SimCity’ más fiel a la realidad que puedes encontrarte.
Pero lo de ‘SimCity’ con el urbanismo no es nada nuevo, viene de lejos. Desde su primera edición para Amiga y Mac en 1989 ha servido de herramienta de prueba para toda clase de teorías sobre urbanismo, y la guía del juego es un completo manual sobre crecimiento de población sostenible.
Encargado a Johnny L. Wilson, editor de la revista Computer Gaming World, el libro es una fuente inagotable de apuntes y gráficos sobre los problemas comunes de una ciudad. No es una mera guía en la que te indican qué hacer en el juego, se mueve entre datos reales para explicarte cómo deberías enfocar tu partida.
Así, cuenta que el crecimiento del automóvil como transporte llegará a su punto de saturación en 2040, mientras te muestra la caída del caballo frente al coche y te explica por qué las calles rectas son más eficientes. Es algo demencial.
Minecraft, la ONU y los mapas de Cities: Skylines
Precisamente por eso hay que mirar con buenos ojos a proyectos como ‘Block’hood’, del arquitecto chileno José Sánchez, o la campaña Block by Block impulsada por Mojang y UN Habitat. Con esta última, desde 2014 las Naciones Unidas utilizan ‘Minecraft’ para integrar a las comunidades en la creación de nuevos espacios, permitiéndoles aportar su versión ideal de los lugares públicos que acabarán rodeándolas.
La propuesta ya ha funcionado en lugares como Kenya, Nepal o Colombia, donde la experiencia de dos años en ‘Minecraft’ es requisito indispensable para aquellos que quieran comprobar en primera persona que se puede ganar dinero construyendo ciudades con bloques virtuales. Sus diseños servirán después de guía al iniciarse las obras, dando resultado a cambios como estos.
La cara menos conocida, la que realmente deberíamos ver enfocada cuando hablamos de este tipo de desarrollos, es la que nos muestra cómo juegos como 'Minecraft' o ‘Cities: Skyline’ se ha convertido en el pasatiempo ideal para cientos de arquitectos e ingenieros.
Desde el lanzamiento de Cities: Skylines el año pasado, hemos visto cómo nuestros jugadores utilizaban su creatividad para diseñar cientos de cosas, desde patrones de carretera y simulaciones de tráfico hasta recreaciones de ciudades al completo.
Tu nueva saga de simulación favorita
Ese intento de "Copy/Paste" de la vida real es un clásico de ‘Cities: Skylines’ en YouTube, y Reddit un pozo en el que puedes saltar de la playa de Long Beach hasta la desembocadura del río Ter. Es el ejemplo perfecto de cómo un juego puede convertirse en herramienta y un gran logro para un proyecto que empezó con la fundación de Colossal Order, la compañía detrás de la saga, hace apenas siete años.
Eso es lo que ha tardado la desarrolladora finlandesa en colocar sus tres títulos publicados hasta la fecha en nuestro recuerdo, primero con las dos entregas de ‘Cities in Motion’ y luego intentando plantarle cara a un gigante como ‘SimCity’, que le puso fácil la entrada con sus problemas de conexión, con su ‘Cities: Skylines’.
23.000 comentarios en Steam avalan el juego, otro de los que acaba fagotizando una incontable cantidad de horas. El título de Paradox Interactive es una de esas piezas imprescindibles en la colección de cualquier fanático de la gestión en simuladores, pero también la puerta de entrada perfecta para aquellos que aún no se hayan atrevido con el género.
Ahora que las nuevas redes de transporte público y la remodelación de zonas en decadencia se diseñan en juegos como ‘Cities: Skylines’, se hace aún más recomendable que nos acerquemos a comprobar de primera mano, qué es lo que tienen preparado para nosotros las ciudades del futuro.
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