- Aviso: spoilers de la Temporada 2 de Los Anillos de Poder
Se acabó. La Temporada 2 de Los Anillos de Poder ha finalizado y no ha dejado a nadie indiferente. Para algunos ha supuesto una falta a la obra original de J. R. R. Tolkien, como el resto de la serie, pero para otros ha resultado una gozada. La serie ha conseguido salir del escollo de la Temporada 1 y se ha ganado a su público.
Si bien el momento más destacado del último episodio ha sido la revelación de la identidad del Extraño, otro momento se ha ganado el corazón de muchos fans de Los Anillos de Poder y El Señor de los Anillos. Tiene lugar lejos de la Tierra Media, en una Númenor que no pasa por su mejor momento.
La reina Tar-Míriel (Cynthia Addai-Robinson) insta a Elendil (Lloyd Owen) a dejarla atrás y abandonar la ciudad debido a la persecución y matanza de fieles por parte del gobierno de Pharazôn (Trystan Gravelle). Sin embargo, no se va con las manos vacías. La monarca le entrega un arma que se convertirá en una de las reliquias más valiosas para el mundo de los hombres.
La espada es Narsil, aquella que fue quebrada durante la Guerra de la Última Alianza, que derrotó a Sauron y cuyos fragmentos se utilizaron para forjar a Andúril. Pasó de manos de Elendil a Isildur. Sus fragmentos se conservaron en Rivendel y fue Elrond quien la puso en manos de Aragorn.
Y precisamente esta última escena de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey se referencia en el último episodio de Los Anillos de Poder. Ambos parientes desenvainan la espada por primera vez del mismo modo. Es un detalle tan épico como nostálgico.
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