Ayer se puso a la venta 'Dark Souls III' en España, y eso quiere decir que ya habréis muerto un montón de veces. Yo he iniciado una segunda partida, ahora en PS4, y pude matar a los dos primeros jefes sin morir, pero me acabó matando una bestia que se transforma por una osadía muy tonta por mi parte. Y es que es inevitable morir. Sobre todo si vamos confiados. Es la peor decisión.
Eso, y pecar de ansiosos. Son nuestros peores enemigos en 'Dark Souls'. Porque en esta entrega, aparentemente la última, según Hidetaka Miyazaki, su director, se nos vuelve a exigir estar concentrados al máximo y saber anticiparnos al enemigo. Los veteranos lo tendrán más fácil (pero morirán), mientras que los recién llegados... ¡Que se preparen!
Tanto para unos como para otros, vamos a ofreceros una serie de trucos y consejos de 'Dark Souls III' para que el viaje por el Reino de Lothric os resulte lo más llevadero posible. Habrá cosas muy básicas, otras no tanto, y algunos secretos que se os pueden pasar por alto.
¿Qué escudo equipar? ¿Cuál me conviene mejor?
Como comenté en el análisis, en esta entrega me han resultado más complejos los parries. Esas paradas con el escudo requieren un timing perfecto y me ha dado la sensación, además, de que hay menos ataques que se puedan parar para contraatacar justo después. Es por ello que al final opté por bloquear o esquivar.
Cabe decir que en 'Dark Souls III' hay tres tipos de escudos: los que cuentan con la habilidad de "Parar" (icono redondo), los de "Destreza de arma" (una espada) y los de "Golpe de escudo" (icono rectangular). El que usé al principio era precisamente de "Parar", al permitir el parry.
Los de "Destreza de arma" no permiten la parada, sino que en su defecto habilitan la habilidad especial del arma empuñada con la otra mano. Mientras que los de "Golpe de escudo" realizan un barrido hacia adelante muy poderoso que depende de las estadísticas de su poder de ataque.
Cada tipo de escudo cuenta con otras características que los hacen únicos. Por ejemplo, los de "Golpe de escudo" son los que cuentan con mayor Estabilidad, lo que significa que absorben mucha energía de parte de los ataques del enemigo. Por contra, son los más pesados y necesitaremos mucho Vigor para que nuestro Latente no empiece a rodar muy lento.
Conviene fijarse mucho en todos esos parámetros y saber qué tipo de escudo se adapta mejor a nuestro estilo de juego. Yo he ido variando entre todos ellos y ahora mismo me decanto por los de "Destreza de arma" al haber renegado casi por completo de realizar adecuadamente los parries aquí, al contrario de lo que me sucedió con el primer 'Dark Souls'.
¿Sirven para algo las Habilidades? ¿Son útiles?
Una de las novedades de peso de esta entrega radica en las Habilidades o Destrezas de armas (es lo mismo). En las primeras horas de juego no le di tanta importancia, pero lo cierto es que se convierten en algo crucial contra algún jefazo (como veremos adelante). La pega es que no solamente consumen energía, sino también PC, y esa barra no se recupera con el tiempo, sino que depende de frascos de estus de ceniza u otros objetos (o las hogueras, claro).
Esto abre un dilema: ¿sacrificamos algunos estus de vida para contar con alguna reserva de ceniza? Porque Andre, el herrero, nos permite ajustar el número de frascus de cada lado. Si optamos por un piromántico, por ejemplo, sería interesante no solamente contar con algún frasco de estus de ceniza para recuperar los PC, sino también subir el Aprendizaje en la Guardiana de Fuego para incrementar considerablemente la barra de PC (ésta sube de modo más generoso que la de Energía). Porque lo de rellenar los PC en la hoguera no es lo recomendable. A fin de cuentas, al descansar en la hoguera, se regeneran todos los enemigos...
Pero volviendo al tema de las Habilidades, aunque haya algunas que no parecen gran cosa, si nos fijamos en la descripción de cada arma, veremos que hay ciertas destrezas que pueden desequilibrar la balanza a nuestro favor. Algunas son especialmente buenas contra un tipo específico de enemigos.
Además, hay variedad incluso entre un mismo tipo de arma. Por ejemplo, los arcos: algunos optan por el tiro potente, otros por un tiro triple, o incluso varios aplican magia o perforación. Así que sí, las Habilidades son importantes siempre y cuando se sepan utilizar bien.
Conseguir el anillo de serpiente plateada codiciosa
Cuando llegamos al Santuario de Enlace de Fuego, poco después de derrotar al primer jefe, Iudex Gundyr, hay un truco para conseguir el anillo de serpiente plateada codiciosa sin tener que pagarle a la Sirvienta del Santuario 20.000 almas por la llave de la torre ruinosa tras el Santuario.
Si subimos a la parte superior del Santuario, por la parte derecha, según entramos por primera vez en dicho lugar tras derrotar a Iudex Gundyr, y salimos al exterior, llegaremos precisamente hasta la puerta de la torre ruinosa. Pero está cerrada. Damos la vuelta y veremos un árbol pegado al tejado del Santuario (imagen superior, parte izquierda). Hay un punto muy concreto de ese árbol en el que si saltamos, podremos llegar hasta el tejado. Es un poco por encima de la marca que dejé en el suelo. No es muy difícil, tan solo hay que encontrar el punto exacto.
Superado ese escollo, iremos hasta la parte frontal del tejado, hacia al fondo, y pasaremos por la única ventana abierta. Intentando no caernos, conseguiremos el primer fragmento de estus para aumentar el máximo de frascos de estus que podemos llevar (hablando con Andre), mientras que al fondo habrá un muro invisible (donde está la marca) tras el cuál, más adelante, veremos un cofre situado en la parte inferior. Ahí está el anillo de serpiente plateada codiciosa con el que los enemigos caídos ceden más almas.
Siempre está la opción de soltar 20.000 almas para abrir la puerta de la torre ruinosa, subir esa zona y tirarse después por la parte superior del tejado (y de paso habilitar las escaleras), pero es algo que no conseguiremos hasta después de unas cuantas horas. Con este truco ahorraremos tiempo y disgustos.
¿Cómo se llega hasta el Gigante del Asentamiento?
Uno de los quebraderos de cabeza más absurdos que tuve con 'Dark Souls III' fue el relativo al Gigante del Asentamiento de los no muertos. Lo veía al fondo, en esa torre, y no solamente me dio un par de disgustos al acercarme al cementerio previo al Gran Árbol Corrompido, el tercer jefe del juego, sino que sus gigantescas flechas llegaban a otras zonas de Lothric, como una de las partes pantanosas del Camino de los Sacrificios o incluso los aledaños de la Capilla de purificación, en la Catedral de la Oscuridad. No paraba de dar vueltas preguntándome por dónde lo alcanzaría y llegué a pensar que en Irithyll estaría la respuesta. Pero no.
La solución era sencilla. Estúpidamente sencilla. Pero me había obcecado. Tras abrir la puerta de la torre y ver por primera vez a Siegward de Catarina, éste se pregunta cómo se activaría el mecanismo del ascensor para que suba... Lo que hay que hacer es activar el ascensor que baja y rodar hacia afuera para no bajar con él, y de ese modo, al cabo de unos segundos, veremos cómo baja el otro ascensor de arriba. Nos subimos a él y ya está, iremos a la parte superior.
Ahí tendremos dos opciones: o matar al Gigante o hacer que nos ayude. Lo primero no es recomendable, puesto que puede ser un aliado francamente útil al no ceñirse solamente a la parte del cementerio del Asentamiento de no muertos. Sin embargo, necesitaremos rama blanca joven, un objeto que sale de vez en cuando por la parte trasera y superior del Santuario de Enlace de Fuego (justo antes del truco del salto), de parte de un árbol que podemos "Examinar", y que veremos en más zonas. Hará falta un determinado número de estas ramas para que nos pueda ayudar realmente "en cualquier momento", como dice al inicio.
En esta torre, por cierto, podremos acceder a otra zona si saltamos poco antes de llegar hasta la cima. La pista está en fijarse en el "Mmm" de Siegward, porque estará esperándonos ante un demonio de gran tamaño.
¿Dónde se farmea mejor en Dark Souls III?
Pese a que en la versión 1.03 de 'Dark Souls III' se haya ajustado el número de almas que sueltan ciertos enemigos, el Perímetro de Torreón de Farron sigue siendo una buena zona de farmeo. Los Caballeros Oscuros que van camino de los Vigilantes del Abismo ya no dan el desorbitado número de almas (2.500 por cabeza), puesto que ya no llegan ni a las 500, pero los otros enemigos que rondan la zona, especialmente los situados tras la hoguera, nos dan cerca de 1.000 almas en unos segundos. Para que os hagáis a la idea: antes eran 7.000 almas en 2~3 minutos. Y eso era una burrada.
Lo que no ha cambiado es lo que se consigue por la zona de Yhorm, el Gigante, en la Capital Profanada. Ahí podemos conseguir más de 20.000 almas en un par de minutos. Además, las Doncellas soltarán de vez en cuando Dagas de Doncella, que podremos vender después por 1.000 almas cada una.
Si queremos agilizar el proceso, lo ideal será derrotar primeramente a Yhorm y encender su hoguera, así tendremos todos los enemigos al lado. El problema es derrotar a Yhorm. ¿O no? En realidad es un proceso muy sencillo.
Cómo derrotar fácilmente a Yhorm, el Gigante
La primera vez que llegué hasta los aposentos de Yhorm, con la emoción del momento, no me fijé bien en el arma que había conseguido al lado de su trono. Y fue un fallo muy gordo por mi parte, porque si queremos derrotar a Yhorm por el método clásico, sudaremos tinta. Es toda una prueba de resistencia ya que le quitaremos poquísimo, incluso aunque le hagamos críticos en su cabeza con un arco y le hagamos un ataque visceral después. Resiste muchísimos golpes.
En uno de los combates me quedé a dos o tres golpes, literalmente, de derrotarlo. Pero era francamente agotador (15 o 20 minutos por combate) al tener que medir muy bien los ataques (ya me sabía de memoria sus patrones de ataque, incluso en su segunda fase). Y tampoco quería subir más mis estadísticas. Tenía que haber otra forma. Y por suerte, la hay. Su arma.
El arma que recogemos al lado de su trono se llama Soberano de las tormentas. Atentos a su descripción, porque da muchas pistas sobre lo que hay que hacer:
Espadón con la hoja rota, también conocido como el "matagigantes" por la fuerza de las tormentas que alberga en su interior, capaz de derribar gigantes. Yhorm, el Gigante, llegó a empuñar dos, pero les dio uno a los humanos que dudaban de él y otro a un fiel amigo antes de convertirse en Señor de la Ceniza. Habilidad: Rey de la Tormenta - Adopta la postura de combate para imbuir la espada del poder de las tormentas. Es muy efectiva contra gigantes.
Ahí está la solución. Y también el mejor ejemplo que se puede dar sobre la importancia de las Habilidades. Si cargamos esa destreza contra Yhorm durante unos segundos (hasta que el espadón active su tormenta y un viento huracanado), soltará una descarga brutal que lo dejará medio noqueado. Si lo hacemos unas cuatro veces lo mataremos por completo.
Rosaria ha muerto, ¿y ahora qué hago?
Rosaria forma parte de uno de los juramentos a los que podremos rendir pleitesía en 'Dark Souls III'. Podemos encontrarla en la parte central superior de la Catedral de la Oscuridad, poco antes del duelo contra los Diáconos de la Oscuridad. El problema es que avanzada la historia, muere. Y no solamente eso, sino que al unirnos a su juramento, Dedos de Rosaria, provocaremos la ira de otros NPC, como Sirris, de los Reinos sin Sol, entrando también en juego Leonhard.
Por suerte, podremos revivirla. Los pasos a seguir son sencillos: en primer lugar, haber recogido el Orbe del Ojo Negro delante de su cadáver; en segundo lugar, derrotar al jefe de Anor Londo, Aldrich, el Devoradioses. Tras esto hay que ir a la parte superior de la sala de Aldrich, subiendo por cualquiera de los dos ascensores automáticos situados en los laterales. Ahí nos saldrá el mensaje "Sientes temblar el Orbe del Ojo Negro", claro indicativo de que tendremos que usar el Orbe para invadir el mundo de la persona que asesinó a Rosaria, Leonhard.
Si derrotamos a Leonhard, aparte de dos objetos para nuestro equipo, conseguiremos el alma de Rosaria. Por lo tanto, habrá que volver después a los Aposentos de Rosaria para restaurar su alma y que vuelva a la vida.
Cómo llegar hasta el Pico del Archidragón
El Pico del Archidragón es la zona oculta del Reino de Lothric, y lugar del jefe opcional más difícil de todo el juego. Para llegar hasta ahí hay que situarse en la parte que muestra la imagen superior, en la parte exterior de la Mansión lejana de Irithyll del Valle Boreal, y utilizar el gesto "Camino del dragón".
Esto último se consigue tras acceder a la zona especial de la Catedral del Gran Muro de Lothric, matando en primer lugar a la Bailarina del Valle Boreal y después, más adelante, a Oceiros, el Rey Consumido, consiguiendo el gesto en la sala contigua, sin pérdida alguna.
Aún no he sido capaz de derrotar al Rey sin nombre, el jefe que regenta el Pico del Archidragón, pero al menos el Wyvern Antiguo, jefe al que nos enfrentaremos al poco rato de llegar a esa zona, es de los más fáciles del juego, igual que Yhorm. El mecanismo es sencillo: pasar de él, tirar hacia el fondo a la izquierda y dar toda la vuelta para poder subir y situarnos en la parte superior derecha para saltar desde ahí y propinarle un ataque que lo matará de un toque.
Cabe recordar que éste será uno de los pasos esenciales para convertirse en Dragón, como detallamos ayer mismo en otro artículo. Ahí está toda la info.
¿Dónde se consigue la Losa de Titanita?
Al contrario que en 'Bloodborne', donde al principio tan solo había un material por partida con el que subir cualquier arma al máximo nivel, en 'Dark Souls III' tendremos varios. Yo, por ahora, he conseguido tan solo dos Losas de Titanita, pero me consta que hay unas cuantas más.
Las que he cogido están, casualmente, en la misma zona: el Castillo de Lothric. Y en ambos casos, habrá que llegar hasta poco antes de la puerta custodiada por Lorian y Lothric, uno de los últimos jefes de la historia. Podremos conseguir ambas Losas de Titanita antes de ese duelo, estad tranquilos. Aunque una de ellas no será nada fácil obtenerla.
Tirando por el ascensor de la derecha de la hoguera del Gran Archivo, y saliendo después por las escaleras de la derecha, con ese puente que lleva hasta Lorian y Lothric, hay que subir a continuación por las escaleras de la izquierda, llegando hasta un campanario en donde están tres enemigos de gran tamaño. Si los vencemos, se nos concederá una Losa de Titanita.
La otra Losa de Titanita que he obtenido está en el ascensor que activamos justo antes del duelo contra Lorian y Lothric. Éste, por cierto, es un atajo para llegar al duelo sin pasar por los enemigos de ese puente, siendo su hoguera más cercana la del Asesino de dragones. El ascensor tiene truco, a todo esto, el mismo que el del Gigante de la torre del Asentamiento de los no muertos: una vez que lo activamos desde arriba y bajamos, volvemos a activarlo, pero nos salimos. Dejamos que suba para que aparezca otro ascensor por debajo. Nos subimos a ése y bajamos. La Losa de Titanita no tiene pérdida, literalmente.
La Losa de Titanita es el único material que no se puede conseguir mediante la Sirvienta del Santuario. El resto, siempre y cuando le hayamos dado cenizas de distintos tipos, se pueden comprar soltando cierto número de almas:
- Fragmento de titanita: 800 almas
- Fragmento grande de titanita: 4.000 almas
- Trozo de titanita: 13.000 almas
- Titanita centelleante: 15.000 almas
- Escama de titanita: 20.000 almas
Esto viene muy bien si no sabemos qué enemigos sueltan este tipo de materiales, aunque lo más probable es que a esas alturas de la historia tendremos fragmentos y trozos en abundancia. Pero una ayuda extra nunca viene mal.
Esperamos que con esta pequeña guía el viaje por el Reino de Lothric os resulte menos duro de lo que ya es de por sí. Y si tenéis alguna otra duda en concreto, dejadla en los comentarios e intentaremos ayudaros en la medida de lo posible.
¡Que nosotros también morimos!
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