Tres horas jugando a Final Fantasy VII Rebirth no han sido suficientes: necesito ya el JRPG y revivir ESE momento

Tres horas jugando a Final Fantasy VII Rebirth no han sido suficientes: necesito ya el JRPG y revivir ESE momento

Ya he podido disfrutar de la segunda parte del retorno del clásico de Square Enix en PS5

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Final Fantasy VII Rebirth

¿Es posible valorar un videojuego de 100 horas de duración tras haber saboreado apenas tres? A lo largo de las siguientes palabras intentaré resumir mis sensaciones y mi experiencia tras haber catado el juego más esperado de 2024. Final Fantasy VII Rebirth no es otro triple A más, sino que tiene en su mano cambiar para siempre uno de los momentos más icónicos de la historia de los videojuegos.

El lanzamiento de Final Fantasy VII Remake en 2020 provocó un seísmo como pocas veces se ha visto en la industria. Un retorno a Midgar colosal que encumbraba por completo al equipo capitaneado por Tetsuya Nomura, aunque con las dudas acerca de si era correcta las arriesgadísimas decisiones que se suceden en el tramo final de la aventura. Ahora, con Naoki Hamaguchi al frente, es momento de explorar qué hay más allá de los muros de la ciudad futurista.

El regreso a Nibelheim

Mi partida no ha sido la más habitual en eventos como al que pude acudir en Londres. En este caso me tocó comenzar desde el principio, tal cual os sucederá a cada uno de vosotros el próximo 29 de febrero en PS5, y lo hice con uno de los instantes más importantes de toda la trama: el flashback de Nibelheim. Los veteranos del JRPG de 1998 conocen perfectamente qué es lo que sucede mientras Cloud da rienda suelta a su memoria, por lo que evitaré los detalles más explícitos sobre lo que supone toda esta secuencia.

Lo que sí quiero dejar claro es que, gracias a que ahora tenemos una versión 3D con voces, Square Enix se ha preocupado de incluir gestos sutiles, pero muy bien integrados, que nos dan pistas sobre lo que está realmente sucediendo. Estamos en un punto de evolución gráfica en el que, junto al hecho de que la compañía japonesa decidió mantenerse con el motor Unreal Engine 4, que es difícil distinguir un cambio visual en pantalla.

No me malinterpretéis, Final Fantasy VII Rebirth se ve de escándalo y luce de maravilla a 60FPS con una fluidez que no falla en ningún momento. El Remake ya lucía genial y aquí tenemos la misma ración de espectacularidad en cuanto a partículas, texturas y modelados. Todo bien encajado para tomar el control de Sefirot y notar cómo, efectivamente, el mejor SOLDADO de Shinra es una auténtica bestia en batalla.

Final Fantasy VII Rebirth

Todo el tramo en el pueblo que vio nacer a Cloud funciona a modo de tutorial de las principales mecánicas, las cuales siguen el patrón de acción en tiempo real con ese componente estratégico de las habilidades BTC. Continúan funcionando a las mil maravillas, aunque ahora con el componente de las acciones sincronizadas como novedad principal. Existen de dos tipos, las que podríamos llamar simples -que se pueden ejecutar en cualquier momento- y las complejas -requieren de pasos previos y son más espectaculares-.

Mientras que las primeras son recursos que no consumen BTC, como bloquear al unísono dos personajes, son las segundas las nos exigen que usemos BTC para tener acceso a ellas. Una vez que alcanzamos cierta cantidad de BTC usado en una misma lucha, se nos permitirá utilizar tres tipos: las hay que aumentan el nivel del Límite, permiten usar hechizos sin consumir PM o prolongan la vulnerabilidad enemiga, por lo que su uso es tan exclusivo como el de los propios Límites. Será relativamente complicado poder acceder a ellas en un combate por el mundo abierto, siempre dependiendo de la resistencia del enemigo, por lo que su momento para brillar será normalmente contra los jefes.

Y es que la paliza que recibió una suerte de araña gigantesca en el Monte Nibel fue gracias a que Cloud y Sefirot unieron fuerzas para asestar un golpe tremendo. Las acciones sincronizadas complejas son un deleite para los ojos, pues el juego se recrea en los movimientos de cada personaje y poseen un componente mucho más cinemático. Pude usar pocas, pero desde luego que valen la pena ejecutarlas en cuanto las tengamos a tiro. Cabe mencionar la inclusión de la guardia crítica, lo que se traduce en un parry de toda la vida que nos permite bloquear por completo un golpe sin sufrir daño.

Final Fantasy VII Rebirth

Eso sí, antes de llegar hasta las instalaciones de Shinra en lo más alto tuve que pasar un tiempo por Nibelheim y la recreación es excelente. No solo podemos ver con detalle elementos como el arco de la entrada o el depósito de agua del centro del pueblo, sino que todo se ha ampliado mucho más. Hay gente por la calle, en gran cantidad, y podemos explorar desde diferentes puntos de vista gracias al parkour. Sí, ahora Cloud puede escalar por casi cualquier parte hasta llegar a los tejados e incluso puede apoyarse en ciertos salientes de un llamativo color amarillo.

Es un plataformeo muy simple que no pide prácticamente nada de nosotros, más allá de mantener el joystick hacia delante o pulsar círculo, pero se agradece la variedad, aunque tampoco es que nos convirtamos en Spider-Man. Gracias a la amplitud de posibilidades, ahora podemos disfrutar de personajes como el alcalde Zander, el padre de Tifa o el maestro Zangan que se encuentra en el hostal. Son matices que se unen a otros como que Barret interrumpe el flashback con un filtro VHS que congela la imagen mientras hace sus propias preguntas sobre el relato.

De la misma forma la recreación de otro escenario icónico como la Mansión Shinra es genial, dejando más clara la antigüedad del edificio y el valor histórico que allí se esconde. Es el mencionado salto al formato 3D, 26 años después, el que permite que veamos escenas inéditas y directamente más crudas de lo que se pudo lograr en PS1. Y es aquí cuando comienza realmente el viaje.

Final Fantasy VII Rebirth

Kalm y el mundo abierto

Tras el impacto de un flashback memorable, es momento de volver al presente y descubrir Kalm, la primera parada de Final Fantasy VII Rebirth. No he podido dar ni dos pasos tras despertar al día siguiente con Cloud y me encuentro con Sangre de la reina, un juego de cartas coleccionables donde hay que sumar más puntos por fila que el oponente. Dinámico, sencillo y entretenido, este minijuego se ampliará a lo largo de la partida, ya que si ganas consigues cartas nuevas o puedes comprarlas directamente.

Uno de los leitmotiv de la obra es que nos topemos con multitud de formas de pasar el rato, aunque por ahora solo he disfrutado de las barajas repletas de criaturas mágicas. Todavía tengo muchas cosas que aprender, como que ahora existe el nivel del grupo, el cual aumenta dependiendo de la afinidad de Cloud con el resto de integrantes. Es aquí donde es mejor realizar una parada para dejarlo todo bien cristalino.

El parámetro de afinidad afecta a las mecánicas de combate, permitiendo obtener más acciones sincronizadas cuanto más alto sea el nivel de grupo. Podemos escoger cuáles se desbloquean y con qué personajes gracias a los manuales de destreza, un árbol de habilidades que ofrece la opción de escoger qué nuevas capacidades deseamos. Si no nos gusta el resultado siempre podemos revertir el proceso. Por otro lado, Square Enix también ha introducido las mejoras en las propias armas de los protagonistas.

Final Fantasy 7 Rebirth

Estas funcionan como si fuesen materias, es decir, seleccionas cuáles quieres y las engarzas al arma. Puedes escoger si quieres que sus atributos escalen en forma ofensiva, defensiva, manual o equilibrada. Si aumentamos la pericia de la propia mejora, subirá de nivel y cuando llegue al máximo podremos usarla en otras armas, la cual nos ofrecerá potenciadores en batalla. Sin embargo, nada de esto sirve si no potenciamos la afinidad con los compañeros.

Red XIII, Tifa y Aerith se encuentran desperdigados por una Kalm que rebosa vida, belleza y mucha actividad, al más puro estilo del Mercado Muro del Remake. Es cierto que no se puede interactuar con prácticamente nada, más allá de las tiendas o escuchar los comentarios de los aldeanos a nuestro paso, pero una vez más se puede recorrer todo con total libertad por todos sus rincones, incluso a nado por el río. Con todo, algunos pecados del pasado se repiten al más puro estilo de la infame puerta del Sector 7.

Los detalles más pequeños y que pasan inadvertidos, como jarrones, objetos en una mesa o ciertos muebles, no están a la altura visual del resto de elementos. Nada excesivamente grave, pero con los planos más cortos se puede apreciar cierta diferencia respecto al resto de la composición. A la entrada de un establecimiento me encuentro con Aerith y este es un ejemplo de las pequeñas misiones secundarias que presenta Final Fantasy VII Rebirth. Se trata de un evento muy sencillo -el cual puedo rechazar-, agradable y permite fortalecer la relación con la única Cetra que queda viva en todo el planeta. Apenas consiste en acompañarla hasta la torre del reloj de Kalm, pero crea un instante íntimo entre ambos personajes.

Final Fantasy VII Rebirth

Tras ello, toca al fin lanzarse al mundo abierto, el cual es realmente amplio. Las llanuras, los prados verdes, los molinos de viento, los monstruos y multitud de puntos de interés aguardan por un mapa que pude comprobar en el menú de pausa que es bastante grande. Una de las grandes dudas sobre quiénes me acompañan queda resuelta, pues en los ajustes puedo escoger cuáles de mis compañeros lucharán a mi lado. Se produce una estampa extraña como es ver a los miembros restantes observar en la distancia las luchas, pero al menos no desaparecen completamente de la pantalla.

A lo largo del escenario comenzará una recolección de recursos infinita, pues contamos con un taller portátil que permite sintetizar objetos. ¿Quieres una poción o un antídoto? Tan solo precisas los materiales necesarios para que crearlos tú mismo sin problemas y recolectándolos a través de los cofres y las recompensas que dejan los enemigos repartidos por todas partes. Y si no quiero distraerme con ruinas o lugares llamativos, siempre puedo hacer caso a la corriente de mako que aparece para indicarme la dirección que debo seguir.

Durante la exploración pude encontrarme con las paradas de Chocobotaxi, las cuales permiten viajar rápidamente entre puntos concretos del mapa y habilitan la posibilidad de descansar. Eso sí, esa recarga de energía está limitada al número de cojines que llevemos encima, por lo que habrá que medir esfuerzos antes de lanzarnos a descubrir qué hay más allá del horizonte. Mientras, Aerith, Barret y el resto realizan comentarios sobre qué nos aguarda, qué acabamos de encontrar y amenizan de forma orgánica la travesía.

Final Fantasy VII Rebirth

Desde Square Enix nos indicaron que la demo que estábamos probando terminaría en la legendaria batalla contra Midgar Zolom y, aunque pude ver el pantano en el que vive, no tuve tiempo a enfrentarme a la serpiente. Sí que pude visitar la simpática granja de chocobos regentada por Bill y que cuidan debidamente sus nietos Billy y Cloe. Allí viven las simpáticas aves y ya se nos introduce en una misión para conseguir adiestrar una, pero la hora había llegado.

Mi paso por Final Fantasy VII Rebirth ha sido muy pequeño en comparación con la magnitud del viaje que nos aguarda a todos. Con una línea muy continuista, el título se mantiene en sus pilares fundamentales, los cuales ya eran muy robustos, para añadir algunos matices atractivos. Sin embargo, no nos engañemos; es la recreación del mundo abierto y los posibles cambios en la trama los que nos han hecho esperar durante años. Veremos qué se trae entre manos la compañía nipona, pero con lo disfrutado hasta ahora, sé que necesito emprender esta aventura.

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