Bethesda no mentía. Prometió un desafío y nos hemos encontrado con un muro que pocos han podido superar. La última actualización de Fallout 76 es con toda seguridad una de las más importantes de su historia, más incluso que la maravillosa Skyline Valley.
No solo se ha añadido la nueva raid Profundidades Luminosas, que ahora hablaré de mi experiencia en ella, también se han realizado un montón de cambios que obligan a todos los jugadores a replantearse su forma de jugar. Y no es una exageración, porque han tocado el sistema de cartas S.P.E.C.I.A.L y absolutamente nadie se ha librado de la visita al menú para realizar ajustes en sus builds.
La ultra patada voladora de Fallout 76
No quiero liarme demasiado con las novedades de la actualización porque no quiero convertir este artículo en una lista, pero tampoco quiero pasarlo por alto. Dicho esto, voy a despachar esta sección con una breve sección de puntos que resume todo lo que han añadido:
- La raid Profundidades Luminosas.
- Cambios de valores y tipos de cartas en el sistema S.P.E.C.I.A.L.
- Balanceo importante de armas y armaduras. Introducción de las Legendarias de cuatro estrellas.
- Introducción de las mascotas en los C.A.M.P.
- Títulos de personaje.
- Mejoras y corrección de errores en el sistema de construcción, C.A.M.P y talleres, armas y armaduras, módulos y apariencias, comida y consumibles de ayuda, misiones, mutaciones, temporadas y de aspectos generales. Además, se añade un sistema de marcado con diferentes símbolos y sonidos.
La actualización ha puesto todo patas arriba. Mi sesión de juego no empezó directamente en la raid, ya que el juego me avisó de que mi construcción de personaje (build) había sufrido cambios debido al balanceo en el sistema S.P.E.C.I.A.L. Me eché las manos a la cabeza y clamé al cielo, pero al final el daño no fue tan dramático como imaginaba.
Pasé 40 minutos de reloj realizando ajustes y buscando la carta Genes Almidonados. Ya no está en Suerte, sino de Resistencia. Solo eso ya me obligó a tocar algunos puntos de las estadísticas. Y solo fueron los cambios preliminares. Este fin de semana toca echar unas cuantas horas realizando ajustes y pruebas con alguna película o serie de fondo.
Casi 600 horas de juego, varios personajes y nivel 245. ¿Qué podía salir tan mal en Profundidades Luminosas para catalogarlo como fracaso? Pues justamente lo que ocurrió. Me uní a dos jugadores niveles 994 y 1509. Muy mal teníamos que jugar para no pasar al menos los primeros jefes de la raid. ¡No podía ser tan difícil!
Avanzamos hasta la arena de Guardián EN06. El primer jefe de la raid es un enorme robot de tipo Ironside anclado al centro de la sala redonda. Blanco y en botella: dividirnos para darle vueltas. Uno tanquea y el resto lo cose a tiros. También hay un montón de paredes y columnas con vida, claramente coberturas para no recibir todos sus disparos. Creo que fui el único en percatarse de esto último.
El nivel 994 no le duró ni un minuto al Guardián EN06. Ni siquiera necesitó su salva de misiles para tumbarlo. Lo hizo papilla con las ametralladoras de energía. Ni siquiera su brillante servoarmadura lo salvó del fuego enemigo. Me quedé solo. A penas conseguí quitarle un dedo de vida al Sistema de Escudo Ultragenético, que protege en cierta medida al robot. Tras un minuto, acepté lo inevitable y me dejé matar. Me destruyó en menos de un segundo. Volvimos a intentarlo con un resultado exactamente igual al original.
Salí de la raid Profundidades Luminosas con el orgullo muy tocado. Todos los del grupo se retiraron, excepto el nivel 994. No pareció aprender la lección porque volvió a entrar mientras yo salía. Hice viaje rápido a mi C.A.M.P. y acosté a mi personaje en su cama. Y allí mi alma de veterano de Fallout lloró por la humillada histórica que acaba de sufrir. Bethesda prometió un desafío y ha cumplido.
Mi sesión de juego acabó ahí. Dejé a mi personaje dormir mientras cenaba una ensalada y comentaba la experiencia con un amigo. Incluso él, que es mucho más experimentado que yo, sufrió el mismo destino. Nos reímos un poco de nuestra desgracia y luego comenzamos a planear tanto posibles construcciones de personaje como estrategias para completar la raid. Una cosa quedó clara: vamos a necesitar mucho farmeo y estudiar a otros jugadores. No va a ser cosa de unos días.
Pese a todo, estoy más que contento. La última vez que me sentí tan pequeño y sobrepasado en Fallout fue durante mi primer enfrentamiento contra la Bestia Calcinada Reina. Esto se remonta a los inicios de Fallout 76 en 2018. Desde entonces, la mayoría de jugadores veteranos hemos pasado por encima casi cualquier monstruo que se nos ha presentado. Es obvio que los desarrolladores nos tenían ganas (en el buen sentido) y han conseguido su objetivo. ¡Aceptamos el reto!
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