No importa el tiempo que pase, hay expresiones que siempre tendrán sentido. Una de mis favoritas es la que titula este artículo: lo que para unos es basura, para otros es un tesoro. Funciona especialmente en los videojuegos cuando se tratan de RPGs. Y sino que se lo digan a los fans de Fallout, The Elder Scrolls, Starfield, Baldur's Gate, etc.
He avanzado mucho en mi partida de New World: Aeternum desde que te conté mis primeras impresiones. Dejé a mi personaje a Nivel 49-50 tras mi última sesión de juego, aunque todavía me queda mucha historia por delante y mapa por descubrir. Ahora estoy liado con la trama del Bosque Luminoso, que me recuerda mucho a Bosque Prohibido y Viejo Yharnam de Bloodborne. Tengo pendiente dedicarle un escrito a esta zona del mapa.
Voy excesivamente lento y mi partida está siendo ligeramente diferente a lo normal. Por ejemplo, he desbloqueado la montura a Nivel 37, cuando la misión para hacerlo se activa a Nivel 20. Se llama Mi Reino por un Caballo y admito que me gusta mucho. Es corta y no tiene los diálogos más trabajados, pero me gusta mucho.
Mi Reino por un Caballo en New World: Aeternum
Estoy casi seguro que la mayoría de jugadores han hecho esta misión como quien firma su permiso de conducir. Es un trámite que culmina con algo que desean la mayoría de personas que acaban de llegar a Nivel 20: moverse más rápido por el mapa y disfrutar del guiado automático por caminos del caballo. Y más si has comprado alguna montura especial como el oso, por ejemplo.
Entiendo que no sea una misión que reciba mucha atención o reconocimiento, pero no lo comparto. Me gustó desde la primera vez que la jugué y creo que es un detalle hacer partícipe al lore de Aeternum en un proceso que suele ser mecánico y frío en otros videojuegos como Lost Ark, Diablo IV y World of Warcraft. Estos juegos suelen integrarla como una recompensa más del tutorial o las misiones principales. No digo que sea mejor o peor, ahí juegan los gustos de cada uno.
Jochi Khan, un domador de caballos, te cuenta que las "almas primitivas de esta tierra están regresando", unas que se hacen llamar Señores de las Bestias. Su historia ofrece un poco de contexto a esta introducción: se esfuerza en demostrar que es digno de la sangre de su familia. Aspira a domar a los takhi, antiguos caballos del paraíso. Resulta que el Aeternum hace milenos que se perdió la sabiduría de domar caballos.
Se necesitará mucho más que un agudo sentido para desvelar este misterio. El vínculo entre el caballo y su jinete es algo sagrado. Un alma, dos cuerpos. Recuérdalo cuando vayas a investigar.
Las indicaciones de la misión te llegan hasta una cueva cercana de los señores de las bestias. Está llena de vegetación (más que el exterior) y sus paredes están pintadas con representaciones características de la prehistoria y/o de tribus que poblaron Aeternum hace mucho tiempo. Una voz resuena en la cueva tras arrodillarte frente al mural principal, que muestra a una gran bestia supervisando a humanos que montan caballos.
¿Qué es esto? ¿Después de tanto tiempo?, ¿aun quedan humanos en esta isla que se postran ante las fuerzas primitivas? Si buscas la unión con el espíritu de la bestia, debes encontrar una ofrenda que demuestre que tu alma es de verdad salvaje.
Si bien la misión no propone un desafío imposible, se trata de un proceso que te lleva a recorrer toda la cueva. Y si atiendes a las paredes, puedes dilucidar la historia de los señores de las bestias de Aeternum. La ofrenda es Avena Imbuida en Azoth. El lugar es precioso, uno de los más bonitos que he visto en el juego hasta ahora.
La imagen que prepara New World: Aeternum a la salida de la cueva es preciosa: un caballo pastando junto a un río con un foco de luz iluminándolo. Te recomiendo encarecidamente que hagas esta misión por la noche, puesto que esta escena será muchísimo más mágica. La luz que ilumina al caballo será de la luna. Tras darle de comer la avena, desaparece y debes regresar con Khan, quien se alegra de haber redescubierto la sabiduría de este vínculo en la isla.
Me gusta mucho que Amazon Games integre la obtención de la montura con el lore de Aeternum y que se inspire en diferentes culturas reales para crear un pequeño relato. No son pocas las culturas que han venerado a los caballos a lo largo de la historia: los mongoles los consideraban compañeros espirituales, los Escitas enterraban a los guerreros junto a sus caballos y para otras culturas (griegos, romanos, Egipcios, vikingos, persas...) eran símbolos de nobleza, poder, estatus y más.
Tampoco estoy diciendo que debamos darle un GOTY a New World, ni mucho menos, pero sí creo que es un detalle que me ha conquistado desde el primer momento. Además, existen varios coleccionables en forma de textos que amplían esta tradición de las bestias mediante referencias. En general, la historia de Aeternum está fuertemente ligada a las fuerzas de la naturaleza.
Y pese a lo mucho que me gusta la misión, no utilizo la montura a excepción de cuando quiero llegar rápido a un evento de mundo. No porque me crea especial o quiera ir de diferente, sino porque realmente disfruto de caminar por el mundo. No tengo prisa. Además, voy recogiendo plantas, talando árboles, picando piedras y cazando animales; algo que no es compatible con las monturas.
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