Mi primera vez en World of Warcraft fue tan breve que ni salí de Ventormenta. Más tarde, unos amigos me enseñaron el maravilloso mundo de Azeroth

Mi primera vez en World of Warcraft fue tan breve que ni salí de Ventormenta. Más tarde, unos amigos me enseñaron el maravilloso mundo de Azeroth

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Llegué tarde a los videojuegos. Hasta casi llegado a los 20 años, mi relación con los juegos era tan simple como un chupete: jugaba y descubría otros juegos gracias a mis amigos. Fin. De vez en cuando compraba una revista de videojuegos, pero nunca terminé de leer una al completo.

Juego a videojuegos desde pequeñito, pero no conocía a nadie con quien compartir esta afición y obviamente mis padres no comprendían cómo el chavalín podía tirarse 10 horas seguidas jugando al Driver 2. Me perdí muchísimas cosas con las que he tenido que ponerme al día.

World of Warcraft, el legendario juego de Blizzard Entertainment lanzado en noviembre de 2004, era hasta hace unos años una de mis asignaturas pendientes. ¿Cómo podía adentrarme en este maravilloso mundo sin morir en el intento?

Mi primera vez en World of Warcraft fue tan breve que ni salí de Ventormenta

Mi primer contacto con World of Warcraft fue en la sección de videojuegos de una tienda con un el "Starter Pack de World of Warcraft" en versión física. "World of Warcraft: Tu viaje más épico comienza aquí". El pack contiene una "Guía de Inicio Rápido" y 4 discos con las expansiones:

  • The Burning Crusade (2007)
  • Wrath of the Lich King (2008)
  • Cataclysm (2010)
  • Pandaria (2012)
Wow Pack

Después de una chapa de varios días, uno de mis mejores amigos accedió a volver a World of Warcraft. Estaba frente a aquel Starter Pack con la intención de comprarlo... y así lo hice. Más tarde, llegué a casa emocionado y lo puse a instalar.

Cuando estuvo todo listo, comencé a dar mis primeros pasos en WoW. Todo era muy nuevo y emocionante porque hasta el momento solo había visto un par de imágenes y anuncios. Mi nivel de desinformación era abrumador.

Opté por elegir un Paladín humano (Alianza) como primer personaje. Hicimos las primeras misiones de tutorial y luego mi amigo me hizo un tour por Ventormenta, la ciudad de la Alianza, mientras cantaba por primera vez su increíble Banda Sonora. Y eso fue todo, porque luego me quedé solo.

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Ahí estaba, dando vueltas por la ciudad, buscando algo que hacer. No te vacilo: estuve HORAS explorando sin abrir el mapa. Estaba tan abrumado que me agobié y decidí dejarlo hasta que volviese a conectarse mi amigo. La cuestión es que nunca volvió a jugar... ni yo tampoco.

No te engañaba al decirte que no salí de Ventormenta. Es literal. No llegué a conocer la inmensidad de WoW. Tuvieron que pasar unos años para que consiguiese "engañar" a otro amigo para jugar a World of Warcraft.

Regreso a World of Warcraft como el adalid que necesita Azeroth, pero no el que merece

Fue a mediados de 2019 con la expansión Battle of Azeroth (2018) que regresé a World of Warcraft. Esta vez me acompañaba una pareja de amigos: un veterano de los primeros días y una neófita como yo. Compré todo lo necesario para tener el contenido al día y comencé a jugar con un personaje nuevo.

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Mis aventuras en World of Warcraft volvieron a comenzar en Ventormenta, pero esta vez con un Brujo Huargen y más compañía. Me convertí en una esponja: absorbía toda la información que nos daba nuestro maestro. Jugamos juntos durante meses y meses. Seguimos jugando. Mis regalos de cumpleaños llegaban en forma de tiempo de juego y una montura de Barco Pirata.

Mi idea era pasar por todas las expansiones antes de llegar a Battle of Azeroth, pero pronto me di cuenta de lo absurdamente grande que es World of Warcraft. Aprender todo el lore todo lo rápido que quería iba a ser imposible. Iba a tener que ir muy poco a poco.

Me inicié en World of Warcraft junto a la Alianza y Jaina Proudmoore. ¿Llegué tarde? Mucho, muchísimo. Eso sí, la cantidad de horas que jugué antes de hacer mi primera parada fue insana. Descubrí muchísimos sitios, viví cientos de historias y conocí tanto a personas repugnantes como increíbles. Más increíbles que repugnantes, todo sea dicho.

Una de mis aventuras favoritas fue cuando me propuse domesticar al Lobo Fenryr (derecha de la imagen) con mi cazadora en las Cámaras del Valor, una mazmorra situada en las Islas Abruptas y parte de la expansión de Legión. Todavía lo conservo. Es una de mis zonas favoritas por su clara inspiración en los dioses nórdicos.

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"El Panteón titánico nombró a Odyn, guardián de los titanes, para que comandara los ejércitos forjados por ellos en la batalla contra los Dioses Antiguos.
Posteriormente, elevó las Cámaras del Valor al cielo y estableció una fuerza constituida por los mejores campeones vrykuls para defender Azeroth. Sin embargo, cuando Ulduar cayó en las garras de Yogg-Saron, sufrió la traición de Loken y la maldición de Helya, y quedó atrapado en estas cámaras para toda la eternidad.''

Ahora sí, ahora no... Quiero volver a World of Warcraft

Hice mi primer parón de World of Warcraft después de reservar la expansión Shadowlands (2020). Regresé a finales de 2021 para jugar la expansión que había comprado, pero no tardé en dejarlo de lado por otros lanzamientos y por problemas personales.

Ahora, las expansiones Dragonflight para retail y Wrath of the Lich King para Classic han vuelto a despertarme el gusanillo por World of Warcraft... aunque solo pensar en todo el contenido que me queda por jugar de Shadowlands hace que me agobie un poco.

Además, nunca llegué a probar World of Warcraft Classic, la experiencia original de World of Warcraft, aquella que vivieron las personas que jugaron al videojuego desde sus comienzos. Y ahora se me antoja mucho, muchísimo.

Excusas no me faltan... más cuando he mirado como 10 veces el icono de Battle.net desde que comencé a escribir esta publicación. Me apetece desinstalar todos los juegos que tengo instalados, instalar World of Warcraft y desaparecer un tiempo en su increíble y enorme mundo... al menos hasta Skull and Bones y God of War Ragnarok, y luego volver.

Ahora te toca a ti: ¿cuál es tu historia en World of Warcraft?, ¿cuáles son tus mejores y peores recuerdos?, ¿has conocido a gente increíble mientras jugaba? Te leo en comentarios.

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