Los jugadores solemos ser uno de los peores enemigos de los desarrolladores, aunque no a malas en la mayoría de ocasiones. Nuestra inventiva, curiosidad y excentricidades suelen traducirse en muchos dolores de cabeza. Siempre encontramos esas grietas en el muro o vacíos legales para hacer cosas en videojuegos que ni siquiera sus creadores habían pensado.
El caso de las vacas en The Witcher 3: Wild Hunt es un ejemplo muy interesante. Cuando ocurre algo así, lo normal es introducir una actualización que solvente el error y/o devuelva el equilibrio a la economía (excepto si eres Rockstar con GTA Online), pero CD Projekt quiso vengarse de los jugadores.
¿En qué consistía? A modo de resumen, los jugadores se dedicaban a matar sistemáticamente a todas las vacas de Huerto Blanco para obtener materiales valiosos como el cuero sin correr riesgos y luego venderlos para sacarse un buen puñado de coronas. Los pobres animales reaparecían cuando Geralt meditaba y vuelta a empezar, como Doctor Strange con Dormammu. Esto destrozaba la economía del juego desde los primeros compases.
¿Cuál fue la solución de CD Projekt? Introdujo al Chort, una bestia menor tipo relicto que se puede encontrar en Velen, las Islas Skellige y Kaer Morhen. Aparecía con mucha frecuencia cuando los jugadores masacraban cierto número de vacas y era un problema porque tenía un nivel muy superior, tanto que estaba representado con una calavera roja. Fue una disuasión efectiva para la mayoría de jugadores... pero no para todos.
Los chorts son más pequeños que los demonios, es cierto, pero aun así son lo suficientemente grandes como para matarlos. [...] Los chorts luchan con poca delicadeza, corriendo directamente hacia su oponente e intentando derribarlo con la fuerza de su embestida.
Después de derribar a su enemigo, muerden, patean y golpean con sus patas en forma de garra. Debido a su tamaño y su postura de cuatro patas, la fuerza de la Señal de Aard no les hace mucho efecto, y los poderes regenerativos de su cuerpo permiten que cualquier herida que reciba se cure a un ritmo rápido.
Derrotar al Chort suponía obtener Cuero de Chort, cuyo valor era mayor que el cuero normal. La disuasión se convirtió en aliciente para los jugadores habilidosos, que ahora sacaban más dinero por sus matanzas. Si bien no era fácil matarlo con poco nivel, las recompensas en Coronas y materiales todavía merecían la pena para unos pocos jugadores. CD Projekt necesitó varios parches para arreglar el asunto: rebajaron la frecuencia de aparición y era necesario salir y entrar de Huerto Blanco para enfrentarlo una vez más.
Sobra decir que muchos jugadores no cesaron en su empeño, pese a todas las trabas. La recompensa seguía mereciendo la pena en términos de Coronas. CD Projekt se acabó dando por vencida. Las vacas y los Chorts continuaron muriendo en masa hasta que el asunto se convirtió en una anécdota... una que nos enseña que los jugadores siempre encontraremos un hueco en el muro que nos separa de las cosas que no deberíamos hacer en videojuegos.
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