Dicen que el tiempo vuela, que no te das cuenta de lo rápido que va hasta que empiezas a hacerte mayor. Qué gran verdad. Ayer ‘Kingdom Hearts’, el juego que unió dos universos tan dispares como el de Disney y el de Square Enix, cumplió la friolera de 10 años, y eso que parece que fue ayer cuando empezamos la aventura de Sora y compañía sin saber muy bien a qué atenernos. Hoy recordamos este magnífico juego repasando las cinco razones que nos convirtieron en fans de la saga. Lástima que las 13 entregas lanzadas, entre versiones especiales y secuelas, no hayan mantenido el tipo todo lo que muchos esperaban.
La historia de Kingdom Hearts
Cuando nos enteramos de su desarrollo la mayoría de nosotros nos quedamos perplejos, unir a los personajes de Disney con los de ‘Final Fantasy’ nos hacía pensar en algún plataformas infantil que nos produciría más rechazo que alegría, pero conforme nombres como Tetsuya Nomura empezaron a sumarse al proyecto la sensación cambió por completo.
Afortunadamente Square acabó teniendo más peso que Disney en el desarrollo, y el resultado fue una historia que, sin abandonar a su público, presentaba un guión y personajes profundos, con giros de aquellos que tenías que analizar con detenimiento para no acabar totalmente perdido. Un juego de aspecto infantil, pero con un espíritu recomendado para adultos.
Sistema de combate
Corría el año 2002 y Square Enix se enfrentaba a su próximo RPG tras una era en la que ‘Final Fantasy’ empezaba a entrar en decadencia. Las batallas por turnos seguían funcionando entre los usuarios más avanzados, pero había que crear algo que también pudiese disfrutar un niño, así que acabaron decidiéndose por el sistema de combate en tiempo real que todos conocemos. El resultado no pudo ser más acertado.
Moverte con Sora por el mapeado, buscando zonas por las que trepar o casa a las que entrar, y de repente encontrarte con una legión de enemigos dispuestos a robarte el corazón (literalmente), sin pausas, reclamando acción inmediata, era toda una delicia. Ataques especiales, magias, objetos e invocaciones al alcance de un par de botones, un sistema que no era nada fácil dominar, pero que con el paso del tiempo acabamos controlando con maestría, evidenciando aún más sus bastas posibilidades.
Invocaciones
Entre los redactores siempre hay cierto cachondeo respecto a la admiración que tengo por el universo Disney, vivido a caballo entre las películas y los juegos licenciados que devoraba cuando era niño, y si hay algo capaz de hacer feliz a un “niño grande” es permitirle volver a controlar el rugido de Simba tras aquella excelente aventura para Megadrive.
Eran sólo seis invocaciones, todas presentadas con un diseño y animaciones magistrales, y aunque con el paso de las horas únicamente las inyecciones de vida de Campanilla y los ataques de Mushu nos sacaban de un apuro, siempre buscábamos una oportunidad para dejar salir al Genio de la lámpara o Dumbo para disfrutar de su grata compañía.
El combate contra Sephiroth
El trabajo de Nomura con el diseño de personajes fue excelente en su mayoría, pero lo conseguido con Sephiroth era para quitarse el sombrero. Acompañado de su mítica espada y una ala oscura, nos enfrentábamos a él en el torneo del mundo de Hércules. Era el último enemigo al que nos enfrentaríamos en el Coliseo del Olimpo, y reconozco haber sudado sangre para matarlo por no llegar a ese punto con el nivel adecuado.
Duro como pocos, vencerlo era todo un reto, y con el paso del tiempo se convirtió en uno de esos emblemas del mundo hardcore, con miles de jugadores subiendo vídeos a YouTube para demostrar su valía venciéndolo sin usar magias, invocaciones u objetos. Algo así como los speedrun de la generación PlayStation.
Banda sonora de Kingdom Hearts
Siempre he dicho que la industria japonesa no estará muerta hasta que no sea superada en todos sus aspectos, y el de las bandas sonoras es un universo que aún reinan los nipones, y parece que la cosa va para largo. El caso de ‘Kingdom Hearts’, con Yōko Shimomura a la cabeza y las orquestas filarmónicas de Tokio y Nuevo Japón a su mando, es algo que merece la pena ser recordado de vez en cuando.
Ya no eran simplemente las variaciones de los temas originales de las películas de Disney o arreglos como el del One Winged Angel de ‘Final Fantasy VII’, es que los temas específicos del juego eran de esos que se quedaban marcados a fuego en la mente, emocionando a quien estaba a los mandos cada vez que el mundo de Sora, junto a sus esperanzas, se venían a bajo. Como cierre al especial os dejo con el tema principal del juego.
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