Construir tu casa en un videojuego es una de las actividades más peligrosas y adictivas que existen en esta industria. Y por si alguien se atreve a decir lo contrario, aquí va la prueba irrefutable: Los Sims. Esa droga (de la buena) lleva atrapando gente desde el 2000 y no solo se niega a parar, sino que ahora la experiencia base de Los Sims 4 es gratis. Como se suele decir, a la primera invita la casa.
Esta adicción se ha extendido a cualquier videojuego que permita el housing o la construcción de casas, creando auténticos monstruos come-horas: Minecraft, Valheim, Raft, 7 Days to Die, My Time At Portia, Palworld... La lista es endiabladamente larga.
Fallout 4 se subió al carro, permitiendo la construcción de bases y asentamientos en localizaciones puntuales. El impacto en los jugadores fue de tal magnitud que se crearon memes del estilo: tengo que encontrar a mi hijo, pero antes debo construir 10 asentamientos, hacer 50 misiones secundarias, explorar el mapa y echarme novia. Y sobra decir que el asunto se nos fue de las manos en Fallout 76.
El lugar perfecto en Fallout 76 para mi casa
He visto absolutamente de todo en Fallout 76 en lo que respecta a casas, desde humildes chozas hasta mansiones de infarto. También he sufrido varias mazmorras: estancias de búnkeres encadenadas con obstáculos y laberintos pensados para sumergir a los que entren en la demencia más oscura.
He tenido decenas de diseños de casas repartidas por toda Appalachia a lo largo de las +500 horas que he jugado a Fallout 76. No puedo acordarme de todo, pero a lo largo de la localización puedes ver tanto un mapa con las principales localizaciones como algunas capturas de casas pasadas.
Mi última y actual casa es la que se sitúa más al sur de todas las que he tenido, justo encima del letrero de West Virginia. Y pese a que es el lugar perfecto, hay un pequeño problema: puede que Fallout 76 me obligue a quitarla en el futuro. Por si no lo habéis notado, esa zona está ligeramente distinta.
Es un hueco enorme con algunas localizaciones en la versión actual del juego, pero en la próxima gran actualización (Skyline Valley) se incluirá una nueva zona con un montón de nuevo contenido. Y no es especulación, puesto que ya se puede probar en el servidor de pruebas.
Hasta que el mapa cambie en el juego final, definitivamente he encontrado la zona perfecta para establecer mi base. Sabía que quería contar esta historia, así que me preocupé de apuntar las horas. El fin de semana pasado, 3-5 de mayo, estuve vagabundeando por el yermo, buscando una nueva localización para mi casa. Eché cuatro horas de reloj dando vueltas y desperdicié alrededor de 500-1000 chapas en los viajes rápidos más absurdos de la historia.
Tenía claro que no quería mi casa en las zonas negras, minera al suroeste y pantano a lo alto del este. Si bien hay una zona en esta última que me gusta mucho, sobre un puente por donde pasa una vía de tren, son localizaciones que estéticamente no entran en mis marcos de gustos. Están chulas, pero no para establecer mi casa.
Pensé establecerme en la zona roja del sureste, cerca de los bosques radiactivos de plantas rarunas de color rojo-rosas. El problema es que es una conflictiva y suele haber muchos enemigos, y ya no hablemos de que es una zona donde caen bombas nucleares a diario. Basta poner una casa permanente para que algún desgraciado decida pegar el petardazo nuclear en mi puerta.
Fue pensando en los pepinacos que decidí establecerme a los alrededores de la zona roja, preferiblemente con vistas para ver caer las bombas nucleares. Ya tuve una casa al norte, así que decidí (re)explorar el oeste. Allí encontré un pequeño claro en la enorme cordillera. Tenía todo lo que buscaba: aislado, protegido contra enemigos por las montañas, con un pequeño lago y vistas a toda la zona roja.
No me apetecía construir la estructura. Siempre acabo haciendo los mismos diseños. Eché un vistazo al apartado "Estructuras" del Sistema de Construcción y me topé con un armatoste que hacía mucho que compré en la Tienda Atómica y que rara vez he usado. Son tres caravanas, una sobre otra, que forman una estructura gracias a los anclajes, un container y los cimientos de hormigón.
La caravana más baja está reservada al robot que farmea la chatarra y a la estación de las Servoarmaduras. En la caravana intermedia puse la estación de mi compañera, todas las mesas de trabajo, el almacenaje y decoré la terraza con instrumentos, sillones y una parrilla. Es algo así como la zona de ocio común. Finalmente, la caravana más alta queda reservada para la habitación y un enorme trono para sentarme a mirar el horizonte.
Finalmente, me las ingenié para poner un carromato de feria (donde se lleva a los animales salvajes) junto a la estructura principal. Este espacio está reservado para los jugadores invitados y está equipado con lo básico: baúles (normal y de Fallout 1st), cuencos de caramelos y bebida, la tienda, un banco para sentarse y otras chuminadas para que se entretengan. Nada especial, pero algunos lo agradecen.
Todo esto me llevó alrededor de dos horas y todavía me quedaba plantar todo el huerto y mejorar la red eléctrica para que tuviese coherencia con los botones de paso. Apareció un mensaje de "Muerte Aerea" justo cuando iba a ponerme con todo ello.
Era la prueba de fuego de la casa: el espectáculo de la bomba nuclear. Senté a mi personaje en el trono del tercer piso y esperé paciente. Sabía que desde esa distancia se vería claramente el champiñón de la bomba, pero no lo tenía tan claro con el proyectil cayendo desde el cielo.
Desde la posición de la última captura, las montañas del fondo comienzan a desdibujarse al echar un poco para atrás la cámara. Pese a estar casi al límite, vi perfectamente como el proyectil caía desde los cielos y explotaba en la zona habitual para activar el evento Tierra Calcinada. ¿Mereció la pena echar todo el sábado noche para esta movida? Absolutamente... pese a que Fallout 76 quizás me lo arrebate en unos meses. Para mí, no hay otro lugar mejor.
En VidaExtra | Conquisté el Mar Resplandeciente de Fallout 4 hace casi 10 años, pero Fallout 76 me ha ablandado y he vuelto a pasar miedo
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