La aventura de fantasía de Dragon's Dogma 2 está limitada a ser resuelta de una única manera constantemente. El hecho de que las misiones se puedan completar de diferentes formas otorga a los jugadores una gran libertad para echarle imaginación e incluso llevar a cabo acciones que probablemente ni los desarrolladores pensaron en ellas. Uno de los mejores ejemplos lo ha dejado un jugador en una anécdota un tanto cómica.
A partir de aquí habrá spoilers de la historia principal de Dragon's Dogma 2
Una de las primeras paradas del viaje tras progresar en la historia principal es la ciudad de Vernworth. Allí los jugadores comienzan a recibir una serie de misiones principales destinadas a averiguar quién ha suplantado al Arisen, nuestro protagonista, y se ha apoderado del trono del reino. A base de investigar se acaba revelando que todo ha sido parte del maquiavélico plan de la reina.
Para incriminarla es necesario reunir una serie de pruebas que sean capaces de demostrar todo lo que ha estado orquestando a lo largo de este tiempo. Esto supone que el objetivo es el de colarse en el castillo por la noche y en determinadas habitaciones, aunque siempre teniendo cuidado de no ser descubierto por los guardas que están deambulando por los pasillos con el fin de no ser arrestado por adentrarse en lugares en los que no somos bienvenidos.
Una forma de hacer que todo sea más sencillo es obteniendo una armadura como la del resto de guardas para así pasar desapercibido. De este modo, el jugador en cuestión que ha protagonizado esta anécdota se pasea tranquilamente por el interior del castillo hasta llegar a la habitación de la reina. En ese momento, ni corto ni perezoso, se acerca a la reina para cogerla en brazos y raptarla.
Lo lógico sería que en ese momento saltase la alarma por todas partes o los guardas reaccionasen de alguna manera, pero lo cierto es que la IA ni se da cuenta y pasa olímpicamente del jugador. Eso le permite ir de un lado a otro con la reina sin que nadie haga nada al respecto y sin llamar la atención, pero eso no es lo peor de todo, porque al salir del castillo es cuando se produce el remate de la jugada.
Teniendo en cuenta que la reina es una de las villanas que están tratando de evitar que recuperemos nuestro título de Arisen, el jugador pensó que sería buena idea matarla. Así pues, se acercó a un acantilado de la ciudad y directamente la arrojó al mar para que muriese al instante. Desde luego, una solución muy eficaz que podría haber solucionado muchas cosas rápidamente. Lástima que el juego no esté preparado para ello y la reina reaparezca si regresas a su habitación. Eso sí, sin ser consciente de lo sucedido, así que todo el mundo chitón que aquí no ha pasado nada.
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