Imagínate un The Elder Scrolls completamente original con la firma de Obsidian, los creadores de Pillars of Eternity y la secuela de Star Wars: KOTOR. Aquello sería fantasía pura en todos los sentidos. ¿Y si te dijese que hubo un plan para que eso pasase? O, al menos, una intención de que eso llegase a pasar como una gran serie de entregas paralelas a la saga de Bethesda.
Actualmente, tanto Obsidian como la gran compañía de Maryland son parte de la gran familia de Xbox Game Studios, pero antes de que ambas se uniesen a Microsoft nos dieron un juego realmente excepcional: Fallout New Vegas. Para crítica y jugadores, uno de los mejores exponentes de la propia saga. Y eso hace que las ideas descartadas que el guionista y desarrollador Chris Avellone puso sobre la mesa nos duelan un poquito más.
Según ha confirmado Avellone, hace más de diez años Obsidian realizó múltiples propuestas a Bethesda para dar forma a nuevos juegos de The Elder Scrolls y Fallout paralelos a la saga principal. Ya te adelanto que todas ellas fueron rechazadas. Pero lo más curioso es que, además, había un gran plan para expandir ambas franquicias.
Una de las propuestas de The Elder Scrolls (que yo mismo presenté) tenía la misma función que Fallout New Vegas entre Fallout 3 y Falout 4, proporcionar más aventuras en el escenario durante los años previos al próximo lanzamiento de Bethesda.
Dicho de otro modo, la gran idea era ofrecer nuevas incursiones en los universos de sus franquicias más exitosas, en calidad de spin-offs, que diesen margen de maniobra a Bethesda entre los desarrollos de las entregas principales. Y no solo eso, ya que el plan de Avellone era similar a la dinámica de Activision había empezado a darle a Call of Duty hace más de diez años.
Pensé que no estaría de más intentar impulsar un sistema similar al que Treyarch/Activision tenían con Call of Duty en ese momento (a ser posible, con más margen).
Bethesda podría hacer un lanzamiento principal, luego lanzaríamos un título de The Elder Scrolls (en el mismo mundo o en una línea de tiempo/era divergente) antes del próximos gran juego de Bethesda.
Probablemente aquello habría sido menos relevante ahora que el actual Elder Scrolls Online, pero en ese momento parecía ser algo que podría beneficiar a ambos estudios.
Aquí merece la pena que nos metamos en contexto: el plan de Avellone y Obsidian tenía mucho sentido en una época en la que las grandes sagas de videojuegos buscaban reducir los márgenes de tiempo entre una gran entrega y la siguiente de diferentes modos. Desde The Legend of Zelda a Halo pasando por God of War.
¿Qué fue lo que pasó? Básicamente, se sopesaron las ventajas y desventajas de hacer ese movimiento y finalmente se descartó cada idea. Y, como comentó Avellone, el estado en el que fue lanzado Fallout New Vegas, con muchos problemas, tuvo mucho que ver a la hora de tomar esa decisión.
Desde entonces, Bethesda y las sagas Fallout y The Elder Scrolls han evolucionado de manera constante. Posteriormente ambas dieron el salto al formato de MMORPG que acabarán recibiendo contenidos de manera periódica, pero también acabaron ofreciendo a los fans experiencias para móviles. Proyectos colosales ante dos desarrollos que van para largo: The Elder Scrolls 6 y Fallout 5.
Y lo que es más curioso: ahora mismo tanto Bethesda como Obsidian están bajo el paraguas de Xbox Game Studios. Un titán en el que convergen varios de los máximos referentes del RPG occidental. Y no es ningún secreto que Avowed, la primera superproducción de Obsidian tras la adquisición de Microsoft, tiene una enorme influencia en The Elder Scrolls.
¿Hay margen para que aquella idea se materialice ahora que ambos estudios comparten casa? En Obsidian lo tienen clarísimo: arden en deseos de hacer un nuevo Fallout y repetir el éxito de New Vegas.
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