Desde que la saga Pokémon comenzó a dar sus primeros pasos hace casi 28 años se han llegado a publicar más de un centenar de videojuegos diferentes en multitud de plataformas. Los primeros de ellos fueron las míticas ediciones Pokémon Rojo y Pokémon Azul, como fueron conocidas en occidente, mientras que en Japón esta última se trataba de Pokémon Verde.
Fue la primera vez con la que millones de jugadores con una Game Boy pudieron conocer el universo de Pokémon, con sus criaturas tan populares que siguen siendo mundialmente conocidas después de casi tres décadas. Desde entonces, la serie comenzó a viajar por otras generaciones con más ediciones, pero llegó un momento en el que Game Freak y The Pokémon Company decidieron recordar viejos tiempos.
Fue entonces cuando en 2004 pusieron a la venta los juegos Pokémon Rojo Fuego y Pokémon Verde Hoja en Game Boy Advance. El mayor motivo por el que se volvieron tan especiales fue porque era la primera vez que la franquicia apostaba por desarrollar unos remakes de las ediciones Rojo y Azul. Un ejemplo que con el tiempo se ha seguido con más juegos, pero esta era la primera vez que se podía revisitar una región antigua con un lavado de cara completamente nuevo.
Tal día como hoy, 29 de enero de 2024, se han cumplido exactamente 20 años desde aquel momento, al menos en Japón, dado que no llegaron a Norteamérica hasta el 9 de septiembre y a Europa el 1 de octubre. Es por ello que, para celebrar este acontecimiento, hemos querido recordar qué fue lo que hizo tan especiales a este par de títulos.
Volviendo a una Kanto diferente
Nada más comenzar la partida se podía apreciar claramente el cambio gráfico, aunque este no era totalmente nuevo. En realidad se empleó como base el apartado visual de Pokémon Rubí, Zafiro y Esmeralda, de ahí que estas aventuras se consideraba que formaban parte de la tercera generación de la saga. De hecho, hasta utilizaban las mismas características, por lo que contaban con un buen conjunto de novedades con respecto a los juegos originales.
Aun así, era la forma perfecta de volver a la región de Kanto. En este sentido, la historia y los objetivos principales se mantenían tal cual. Por lo tanto, los entrenadores debían viajar por diferentes bosques, cuevas, ciudades y otra serie de zonas desafiando a entrenadores y líderes de gimnasio. Todo ello con el objetivo de obtener ocho medallas que concedían el acceso a retar al Alto Mando en la Liga Pokémon y así ser proclamado el mejor entrenador de todos.
Además, había que luchar contra el rival de nuestro protagonista e incluso lidiar contra el malvado Team Rocket para frustrar sus maquiavélicos planes. Por otro lado, se mantuvo la elección de los Pokémon iniciales, así que había que escoger si el viaje se quería emprender junto con Bulbasaur, Charmander o Squirtle.
Sin embargo, aunque llegados a este punto puede parecer que era lo mismo que ya se pudo jugar en Game Boy, lo cierto es que la lista de novedades era bastante extensa, dando motivos más que de sobra para hacerse con este par de juegos que ampliaban considerablemente las formas de pasar el rato.
Islas, nuevos combates y más Pokémon
En las ediciones originales la aventura prácticamente concluía tras derrotar al Alto Mando. No obstante, aquí se añadieron más objetivos adicionales, siendo el más importante de ellos las Islas Sete, un nuevo archipiélago que daba pie a nuevas historias secundarias y sobre todo a la aparición de Pokémon de la segunda y tercer generación, ya que hasta ese momento solo estaban disponibles los que debutaron en Kanto, nada más.
En la última de las siete islas que formaban parte de este territorio, conocida como Isla Sétima, se encontraba la Torre Desafío. Un lugar perfecto para que los entrenadores pudieran demostrar lo poderosos que eran sus equipos, dado que permitía plantar cara a otros entrenadores para desbloquear objetos de evolución exclusivos, como por ejemplo la Roca del Rey, la Escamadragón o el Revestimiento Metálico.
En otro orden de cosas, el Team Rocket no había dicho su última palabra, de manera que había que luchar contra ellos una vez más en estas islas, pero también había que salir en la búsqueda y captura de los Perros Legendarios de Johto. Dependiendo de la elección del Pokémon inicial estos variaban, así que los que se decantaron por Bulbasaur se podían encontrar con Entei, con Suicune en el caso de elegir a Charmander o con Raikou si se optaba por Squirtle.
Y si alguno se quedaba con ganas de volver a plantar cara al Alto Mando, debía saber que estos no se andaban con tonterías, porque a partir de la segunda vuelta se volvían muchísimo más fuertes. Todos sus Pokémon tenían niveles más elevados y sus equipos contaban con criaturas distintas, lo que obligaba a tener que pensar en nuevas estrategias para hacerse con la victoria.
Más novedades para desarrollar unos remakes inolvidables
Por si no era suficiente con todas las novedades mencionadas hasta ahora, que ya hacían que la vuelta a Kanto se sintiese diferente, todas las mecánicas de los anteriores juegos se conservaron, afectando directamente a la jugabilidad. Esto se notaba sobre todo en las naturalezas y habilidades especiales, algo que no estaba presente en los Pokémon Rojo y Azul originales.
Esto también se apreciaba en los movimientos, dado que algunos cambiaron sus tipos, como por ejemplo Mordisco al pasar a ser de tipo Normal a Siniestro, al igual que con los tipos de ciertos Pokémon, como Magnemite y Magneton al cambiar su tipo Eléctrico puro a Eléctrico / Acero. Y otra novedad que reutilizaron de Pokémon Rubí y Zafiro es que se podía escoger a un chico o una chica como entrenador/a, así como recolectar Bayas por el escenario.
Por lo demás, contaba con dos artilugios muy especiales que resultaban de lo más útiles: el buscapelea, para combatir contra entrenadores de rutas que ya se habían visitado previamente; y también un diario en forma de recordatorio, que mostraba de tres a cinco acciones que se habían realizado en la última sesión, como capturar a algún Pokémon, visitar cierta zona, ganar a algún entrenador, etc.
Entre unas cosas y otras, la duración de los juegos aumentó a lo grande, poniendo la guinda en el pastel un conector inalámbrico que incluían dentro de la caja y que era perfecto para intercambiar Pokémon o combatir contra otras personas cercanas sin la necesidad del cable Link. Por todo ello, es innegable que eran unos remakes sobresalientes y una compra imprescindible para todo aquel con una Game Boy Advance.
Tal fue el caso que hasta se llegaron a vender 12 millones de unidades, una cifra que no está nada mal. Es más, esta no iba a ser la última vez que los jugadores volverían a Kanto, porque más adelante se desarrollaron los remakes de Pokémon Oro y Plata y también otro más de Pokémon Rojo y Azul con las ediciones Pokémon: Let's Go, Pikachu! y Let's Go, Eevee! para Nintendo Switch, por lo que el legado que dejaron Pokémon Rojo Fuego y Verde Hoja fue sublime.
En VidaExtra | Todos los videojuegos de Pokémon: de la saga principal a los spin-offs y aplicaciones
En VidaExtra | Todos los juegos de la serie principal de Pokémon ordenados de peor a mejor
Ver 1 comentarios