Hoy, martes 20 de mayo, Greenpeace ha presentado el informe "Jugando Sucio" en el que revela que las tres consolas de nueva generación que están luchando por el podio en la guerra actual, Wii, PlayStation 3 y Xbox360, contienen sustancias y materiales peligrosos como PVC, ftalatos, berilio y bromo.
En VidaExtra hemos hablado diversas veces de las agrias polémicas que GreenPeace mantiene con Nintendo, de su última posición en el ranking que vincula a las empresas con el medioambiente y de su poco o nulo esfuerzo por subir en ese ranking. Pero informes como estos demuestran que aquí no sólo hay un culpable y que todos tienen mucho que callar.
Ninguno de los tres fabricantes (Nintendo, Sony y Microsoft) han superado el examen de la ONG. El informe, muestra que tanto en Xbox 360 como en PS3, algunos materiales contenían niveles muy altos de ftalatos, que, por ejemplo, no están permitidos en la Unión Europea cuando son parte de juguetes o artículos para niños.
Uno de estos ftalatos es el DEHP, que interfiere en el desarrollo sexual de los mamíferos, incluyendo a los seres humanos, especialmente del sexo masculino. No quiero ser aguafiestas, pero con informes así, da la sensación de que los hardcore gamers lo van a pasar mal en esta generación, al menos en cuanto a relaciones sexuales se refiere. Pero siendo realistas, dejando a un lado las bromas y el impacto mediático que buscaba Greenpeace, es una cosa a tomarse en serio.
El otro ftalato es el DINP, encontrado solamente en Xbox 360 y que también está prohibido en juguetes y artículos infantiles.
Según Kevin Bridgen, miembro de la Unidad científica de Greenpeace y participante en el estudio, "depende de que las videoconsolas se consideren juguetes o no, para que puedan contener legalmente sustancias peligrosas y materiales que pongan en riesgo nuestra salud. Sin embargo, ya existe tecnología disponible para que las empresas diseñen y fabriquen videoconsolas sin utilizar compuestos tóxicos".
Dejando a un lado los ftalatos, nos encontramos con los altos niveles de bromo que las tres consolas en cuestión poseen, siendo Wii y PS3 los que mayor nivel demuestran con un 12,5% y un 13,8%, respectivamente.
Pero bueno, una vez teniendo claro que nuestra afición a los videojuegos puede ocasionar el declive y la mutación de la raza humana, o al menos conseguir atrofiar nuestro aparato sexual (modo de ironía apagado), también es digno mencionar el único dato positivo en el informe.
Y es que los mismos análisis han demostrado que los fabricantes están intentando reducir y evitar el uso de algunas sustancias y materiales tóxicos en sus consolas, aunque aún queda mucho por hacer. En la Wii de Nintendo no se encontraron aleaciones de Berilio en los contactos eléctricos, y el uso de PVC y ftatalatos resultaba limitado. En la otra mano, PS3 contenía circuitos impresos sin bromo y Xbox 360 utiliza pocas sustancias bromadas en los materiales de la carcasa.
En palabras de Sara del Río, responsable de la campaña de contaminación de GreenPeace, "estos análisis demuestran que es posible fabricar consolas más respetuosas con el medio ambiente. Las empresas que las desarrollan sólo tienen que revisar qué componentes peligrosos pueden ser sustituidos por alternativas no tóxicas y asumir el compromiso de hacerlo".
Teniendo en cuenta el enorme número de consolas vendidas y lo difícil que después resulta deshacerse de ellas (aunque ya se que por aquí anda alguno que aún guarda su Nes o anteriores), no estaría mal un compromiso total por parte de los fabricantes respecto a los valores medioambientales en su fabricación, ya que facilitaría el reciclaje posterior y ayudaría a descongestionar el cargado ambiente global.
Por mucho que nos gusten las consolas, imagino que nos gusta más nuestro planeta.
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