Marble Madness es historia de los videojuegos, amigos, historia de los videojuegos. Y lo podéis jugar gratis en vuestro navegador a través de Internet Archive, esa página llena de fantasía que a veces parece mentira que pueda existir. Y que por suerte existe.
El jueguito de marras fue diseñado por Mark Cerny, un nombre que seguro que os suena, pero que por si las moscas recuerdo que se trata del arquitecto tanto de la PS4 como de la PS5. Y allá en 1984, cuando Cerny tenía 20 añitos de nada, sacó este juego con Atari en formato máquina arcade. Era su segundo videojuego: en 1983 ya había hecho otro para Atari llamado Major Havoc.
El planteamiento de Marble Madness es sencillo: simplemente hay que conducir una bola de mármol por una serie de niveles hasta llegar a la meta. Eso sí, todo bajo un límite de tiempo y con obstáculos y enemigos dando la brasa. Y con toda esa sencillez, podréis comprobar al jugarlo lo bien que responde la bola a las órdenes y las físicas, sobre todo cuando hablamos de un juego de hace 36 años.
En la máquina original, la bola de mármol se controlaba con un trackball. En esta foto de AAARPinball podéis verla:
Más adelante el juego acabaría llegando a un buen puñado de sistemas como el Amiga, el Apple II, el C64, el ZX Spectrum y otros, además de a consolas como la Game Gear, la Master System o la NES. Y por supuesto fue copiado en títulos como Sliders o Gyroscope (si pulsáis en esos links los podréis jugar gratis también en el navegador. De nada).
En esta versión nos tenemos que conformar con usar las flechas del teclado, pero lo cierto es que funciona bien y es divertido. Corto, porque son seis fases, pero divertido. En esta imagen de André Majorel podemos ver todos los niveles:
Como datos curiosos, cabe decir que fue el primer juego para el que Atari usó su Atari System 1 como hardware (más tarde lo veríamos en máquinas como Indiana Jones and The Temple of Doom. Sí, si hacéis click ahí también lo podéis jugar gratis desde el navegador) y uno de los primeros en incorporar audio en estéreo real, ya que hasta ese momento el sonido era en mono o bien en estéreo simulado. La BSO, obra de Brad Fuller, es maravillosa.
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