Actualmente, cuando vemos que un videojuego ocupa decenas de gigas, nos llevamos las manos a la cabeza y nos volvemos locos pensando en qué podemos desinstalar para hacerle sitio. Es lo que nos ha tocado vivir en la época digital donde encontramos actualmente, aunque el formato físico sigue dando guerra y por lo general es raro el título que a día de hoy viene en más de un disco.
No obstante, en el pasado el formato físico gozaba de una mayor presencia y los discos no tenían la misma capacidad en comparación con los Blu-Ray de hoy en día. Antes de estos últimos teníamos los DVDs y mucho antes todavía los CDs, el siguiente formato en el que se empezaron a distribuir los juegos tras los míticos disquetes.
Tal vez a alguien que haya nacido en este siglo le pueda sonar totalmente ajeno todo esto, pero lo cierto es que hace unas cuantas generaciones teníamos casos tan curiosos como el de Call of Duty 2. El FPS de Activision se lanzó hace 19 años y en aquel momento requería de un total de seis CDs para su correspondiente instalación.
No uno ni dos, sino seis discos para jugar a COD 2
Una enorme colección de discos que te dejaban tirado si eliminabas los datos y luego perdías o se te estropeaba uno de ellos, porque entonces ya te resultaba imposible volver a jugar. Puede parecer una locura, aunque no era el título que más CDs incluía dentro de su caja: en 1995 salió a la venta el clásico Phantasmagoria para PC y SEGA Saturn y ahí eran necesarios siete y ocho CDs, respectivamente.
Pero hay incluso casos más llamativos como el de Everquest II, compuesto por un total de nueve CDs dedicados al propio juego y otro adicional con contenidos extra. Por lo tanto, esto conllevaba que te juntabas con una torre enorme de CDs para unos pocos juegos. Gracias al formato digital algunos de estos problemas se han subsanado: cualquiera de los juegos mencionados están disponibles a través de Steam, por ejemplo.
Desde luego resulta sorprendente la situación en la que nos encontrábamos hace no tanto y cómo ha cambiado en un par de décadas. Así hemos pasado de tener que abrir el lector de discos una y otra vez para cambiar de CDs a tener que pulsar un solo botón para instalar y jugar pasados unos minutos.
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