Cuando el PP y el PSOE entraron en el metaverso y acabaron atacados con tanques, incendios y metralletas

Cuando el PP y el PSOE entraron en el metaverso y acabaron atacados con tanques, incendios y metralletas

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Secondlife

La del metaverso es una cantinela que, por suerte o por desgracia para todos los que estamos ya algo cansados de la idea, no nos viene de nuevas. Eso de tener avatares virtuales ganando dinero virtual para pagar hipotecas virtuales viene de muy lejos.

Y como ya lo demostró Second Life desde su lanzamiento en 2003, los mundos virtuales a menudo son sólo un reflejo aún más cafre, retorcido y despiadado de todo lo malo que ya tenemos en el mundo real. Desde las megacorporaciones hasta la política.

Todo lo malo del mundo real en un mundo virtual

Religión, publicidad, precios desorbitados, elitismo, filias… La idea de una segunda vida en un mundo virtual no tardó demasiado en llenarse de todo lo bueno y lo malo que ya teníamos en el mundo real.

Sorprendentemente, pese a ello el auge de la idea y el crecimiento de su base de usuarios se mantiene  aún a día de hoy, 20 años después de su lanzamiento, con unos picos de unos 50.000 usuarios concurrentes.

Con unas cifras que desde Second Life situaban el año pasado en torno a los 70 millones de cuentas, no es de extrañar que muchos quisieran sacar tajada de aquél universo virtual cuando estaba en su pleno apogeo.

Desde marcas de ropa hasta gurús dando conferencias, todos querían su pedacito de fama en Second Life y, con la necesidad de acercarse a los jóvenes para sumar votos, pronto los partidos políticos también decidieron sumarse a esa realidad alternativa.

No sólo los anglosajones se suman a este tipo de locuras, ojo, en España también hubo quienes quisieron asomarse a la posibilidad de acercarse a otro tipo de público de la mano de lugares y avatares virtuales. El problema es que la cosa les salió regular.

Cuando la política se pasó a lo virtual y salió escaldada

Estamos en 2007 y la campaña de las elecciones autonómicas y municipales ha llevado a PP y PSOE a crear sus propias sedes en el mundo de Second Life. La idea es poder organizar mítines y debates tanto entre rivales políticos como con la comunidad.

Pero lo que debía ser un lugar de reunión e información para miembros y simpatizantes de ambos partidos, no tardó en convertirse en un completo caos con manifestaciones, concentraciones con huelgas de hambre virtuales y hasta el incendio de las sedes.

Secondlife

Un esperpento provocado por la crispación que los propios agentes electorales encargados de velar por la seguridad de los sitios recogían con declaraciones como estas:

"Han lanzado bombas, han entrado con metralletas, incluso un tanque dentro de la sede, un incendio alrededor, cualquier cosa que te puedas imaginar".
"Ayer intentaron quemarla, pero estaba protegida y provocaron varios incendios en los terrenos cercanos. Hemos denunciado al terrorista ante la comisión de Second Life".

Cuando partidos políticos y demás personalidades vieron hasta qué punto era difícil ponerle puertas y seguridad al campo, con acoso a avatares y entrevistas boicoteadas por penes voladores, la idea de aprovechar el tirón del mundo virtual para sacar rédito en el real se fue desvaneciendo hasta que poco a poco todos abandonaron el intento. Las filias, en cambio, parece que siguen ahí.

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