Un 26 de junio de 2004 un desarrollador independiente japonés publicó 'Yume Nikki' (traducido sería algo así como 'Diario de Sueños'), un extraño videojuego que a pesar de estar creado en RPG Maker huía de las características clásicas del género y proponía, en su lugar, un surrealista viaje a través de los sueños de una hikikomori.
14 años después 'Yume Nikki' ha llegado a Steam de mano de la distribuidora japonesa AGM Playism, especializada en obras independientes de la talla de 'La-Mulana', 'Va-11 Hall-A' y 'Momodora: Reverie Under the Moonlight'.
Su lanzamiento en la famosa plataforma de distribución digital de videojuegos no es casualidad: al parecer, dentro de poco (en unas dos semanas) se anunciará algo nuevo relacionado con 'Yume Nikki', por lo que su aterrizaje en Steam vendría a funcionar como un allanamiento del terreno antes de la llegada de esa buena nueva.
Pero antes de que eso ocurra es interesante ahondar en 'Yume Nikki', en sus formas y su mensaje, en su estilo sui géneris que acabó marcando un camino que muchos otros desarrolladores siguieron posteriormente. También en su misterioso creador, Kikiyama, quien desapareció sin dejar rastro y sin desvelar su verdadera identidad.
Descubriendo los sueños de una hikikomori
Describir la trama de 'Yume Nikki' no es una tarea sencilla: su historia principal invita a los jugadores a viajar a través de los sueños de una chica hikikomori llamada Madotsuki (窓付き), pero la obra no presenta una estructura narrativa clásica, sino que se centra en generar situaciones surrealistas y grotescas que los jugadores pueden interpretar a su modo.
Hay una misión principal que consiste en recoger 24 'efectos', unos objetos que se encuentran repartidos a través de los 12 mundos disponibles. A estos mundos se puede acceder por sus respectivas puerta desde un nexo central, aunque cada uno de ellos tiene varias conexiones con diferentes submundos. Todos igual de horrendos, visualmente hablando.
Esta interconexión de niveles da como resultado un mapa general bastante grande que, combinado con su chocante estética, provoca una sensación de incomodidad en el jugador. Todo en 'Yume Nikki' es sumamente extraño, incluyendo los encuentros con los NPC que habitan los mundos del juego.
Y es que además de la protagonista hay varios personajes más que juegan un papel muy importante en la interpretación de la trama de 'Yume Nikki'. Todos extravagantes y grotescos, claro. Casi se podría decir que ellos son los verdaderos protagonistas, o al menos son los que conducen una historia que se ha ido completando con nuevas versiones del juego publicadas por el propio Kikiyama, pero también con fanfics y con un manga oficial publicado originalmente en 2013.
Estamos ante uno de esos juegos que no basta sólo con jugarlos, sino que tienen detrás un rico universo que se ha ido fraguando poco a poco gracias a una base de fans que supieron ver el potencial de la obra de un autor que paradójicamente nunca quiso desvelar su identidad real.
Aunque ahora estemos un poco más acostumbrados a este tipo de obras experimentales, 'Yume Nikki' fue un adelantado a su tiempo; su autor se permitió trastear con un motor muy especializado en un género concreto para conseguir una obra que algunos definen como el resultado de mezclar 'LSD' (el estrambótico juego de la PlayStation original) y 'Earthbound'.
No en vano es un juego que ha trascendido en el tiempo. Su llegada a Steam ha sido muy celebrada por la comunidad que pudo jugarla en su momento, festejando que ahora esa pequeña y singular obra es más accesible para el gran público. Ahora más gente puede deleitarse con uno de los videojuegos más estrafalarios que existen.
Mecánicas grotescas para un juego extravagante
Porque para jugar a 'Yume Nikki' hace falta tener estómago. Los eventos que acontecen en su mundo carecen de sentido, son desagradables y espeluznantes: hay personajes sin rostro, deshumanizados, otros que emiten extraños sonidos, algunos mutan o sangran al interactuar con ellos…
Y no solo los personajes dan grima, también desprenden esa sensación algunos niveles como el Mundo de los Ojos (repleto de partes del cuerpo desmembradas y ensangrentadas) o la Habitación de los Asesinatos. Los objetos (efectos) no se quedan atrás: con ellos se pueden desde matar a los NPC hasta convertir el pelo de la protagonista en caca.
Afortunadamente los jugadores pueden decidir cuándo despertar de la pesadilla, ya que en cualquier momento de la partida pueden volver a la habitación de Madotsuki y descansar un rato antes de volver a empezar. Además de como reposo, sirve también como punto de control al que volver en caso de acabar perdido por los rincones del macabro mundo onírico.
Vuelve el misterioso autor: ¿secuela en camino?
El lanzamiento de 'Yume Nikki' en Steam ha venido acompañado de una cuenta atrás que parece indicar que en unos días tendremos nuevas noticias acerca de una posible nueva entrega de este peculiar videojuego, una especie de secuela que el autor prometió hace ya mucho tiempo.
En su día Kikiyama explicó que iba a desarrollar nuevas actualizaciones que corrigiesen ciertos fallos de 'Yume Nikki' y que, de paso, explicasen algo más acerca de la historia de Madotsuki. Pero esa especie de secuela nunca llegó.
Poco le importó a los fans, a decir verdad; hay montones de fan-games adicionales que vienen a completar la historia original sirviendo a modo de fanfics, una práctica contra la que Kikiyama no parece haberse manifestado.
Tampoco es que el desarrollador sea de muchas palabras; Kikiyama mantiene el perfil bajo, al menos desde que publicase la versión final del juego en 2007 (aunque ya desde mucho antes ha demostrado no ser muy amigo de las apariciones públicas). Como es evidente, la comunidad ha terminado por mitificar su figura creando leyendas urbanas y rumores en torno a su propia historia.
A decir verdad, poco importa ya la persona que hay detrás de ese pseudónimo: el personaje despierta más interés que la identidad real (algo similar a lo que ocurre con Yoko Taro) y la obra ha trascendido a su autor. ¿Qué cambia que descubramos su rostro? ¿Qué cambia que conozcamos su nombre?
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