El relevo generacional de las consolas de Nintendo suele darse aproximadamente cada seis o siete años. Nintendo Switch lleva cinco años entre nosotros y a la vista está que se encuentra en la flor de su vida. No solo por los juegos ya disponibles y los que están en el horno, sino por su manera de medirse frontalmente con los sistemas de nueva generación. Un lustro después, Switch sigue vendiéndose como pan caliente.
Si bien, Nintendo Switch nos ha dado estupendas sorpresas y enormes alegrías con conversiones de juegos como The Witcher 3, Dragon Ball FighterZ, DOOM Eternal y Overwatch tan logradas que desafían toda lógica, no es ningún secreto que ni techo tecnológico -alcanzado hace años- ha supuesto una barrera para una máquina que no solo ha mostrado la mejor cara de La Gran N, sino que ha sabido cautivar al gran público.
A base de nuevas aventuras con Mario, Kirby o el incombustible Pikachu, pero también siendo muy experimental con propuestas arriesgadas e ideas atrevidas. Posicionándose como el mejor sistema para disfrutar en compañía o recuperar los clásicos de toda la vida y, en el proceso, proclamándose como el nuevo bastión del videojuego indie más allá del PC. Muchos frentes abiertos y todos perfectamente cubiertos.
¿Qué ha cambiado desde su lanzamiento, en un ya relativamente lejano 2017? Definitivamente, es alucinante ver lo mucho que ha crecido el catálogo de juegos partiendo de aquel catálogo de lanzamiento en el que parece que nadie, salvo Bomberman, quería coincidir con The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Cinco años y 100 millones de consolas vendidas después, todavía seguimos ilusionados por la mera idea de regresar a aquella Hyrule que nos enamoró y redescubrirla de nuevas formas.
Y pese a que hoy vemos a Nintendo Switch como una consola que es sinónimo de éxito, lo cierto es que cinco años atrás la Gran N estaba atravesando un momento muy delicado a todos los niveles.
El proyecto NX de Nintendo: del descalabro de Wii U al triunfo de Switch
El secretismo que rodeó todo lo relacionado con Switch antes de su presentación fue, cuanto menos, insólito. La situación, muy complicada. Nintendo anunció a la sucesora de Wii U el mismo día que confirmaba su entrada en el mercado de los juegos para móviles y cuando ésta todavía no había cumplido los tres años en las estanterías. Había muchos motivos para forzar el relevo: Wii U apenas logró vender algo más de 13 millones de consolas. A modo ilustrativo PS5 vendió esa cantidad antes de cumplir su primer año.
El anuncio prematuro del que pasó a llamarse Proyecto NX vino acompañado de toda clase de especulaciones en torno al mismo. El propio Shigeru Miyamoto llegó a decir que la nueva consola no había sido presentada para, literalmente, evitar la aparición de imitadores. La pregunta se hacía sola: ¿qué tenía Nintendo entre manos? Lo que no sabíamos es qué pondría Nintendo en nuestras manos.
Tras mostrarse por primera vez en navidades de 2016, Nintendo Switch llegó a las estanterías un 3 de Marzo de 2017 con un puñado de juegos y, sobresaliendo entre todos ellos, la nueva aventura del héroe de Hyrule. The Legend of Zelda Breath of The Wild supuso el salto definitivo de la saga a los juegos de mundo abierto, pero también llevó las sensaciones de aventura al siguiente nivel. No solo fue un auténtico vendeconsolas, sino el abanderado definitivo de Switch.
Apenas un mes después, otra cita obligada: Mario Kart 8 Deluxe. El primero de los muchos y muy bienvenidos relanzamientos de Wii U en Switch. Una segunda oportunidad para un absoluto imprescindible que a día de hoy sigue triunfando en ventas y creciendo a nivel de contenidos. Las divertidísimas carreras de karts de Mario se convirtieron en la excusa perfecta para hacerse con aquella nueva maquinita.
Dos años y algunos meses después, Nintendo Switch estrenaba la octava generación de Pokémon. Para sorpresa de nadie, las ediciones Espada y Escudo arrasaron a nivel de ventas. Los desarrolladores indies encontraron en la eShop de Switch un escaparate privilegiado en el que llevar sus juegos. Compañías como Ubisoft, EA, Bandai Namco o Square Enix llevaron sus mayores éxitos a la consola de moda e hicieron conversiones a medida. Minecraft, de Microsoft, abrió el juego cruzado entre todos los sistemas.
Por primera vez en diez años una sobremesa de Nintendo ya no dependía de sus exclusividades, aunque hay que reconocer que estas siempre han tenido un valor muy especial. Y lo mismo se puede decir de su legado: en lugar de ofrecer un sistema similar a la Consola Virtual de los sistemas anteriores, se apostó por una suscripción online cuyos máximos incentivos son el juego online y una oferta de juegos clásicos imbatible. Con margen de mejora, por supuesto, pero terriblemente amortizable.
Y pese a que cinco años después seguimos esperando que llegue Netflix a Nintendo Switch, la política en lo que respecta a las aplicaciones ha cambiado bastante: YouTube, Crunchyroll o una versión acomodada de Twitch ya están disponibles en la consola. Estamos deseando ver qué será lo próximo, y puestos a elegir no le vendría nada mal una aplicación de Discord o una alternativa para chat de voz.
¿El secreto del éxito arrollador de Nintendo? Juegos, juegos y más juegos. Disponer de un catálogo rotundo y enfocado a todos los públicos, respaldado por las estrellas de la casa. Lo cual no quita que muchos de nosotros sigamos ilusionados con ver una conversión de Grand Theft Auto V o Persona 5 Royale en cada Nintendo Direct anunciado.
Porque, pese a todo lo logrado en estos cinco años, pocas compañías pueden despertar más fascinación y disparar tanto la imaginación de los apasionados de los videojuegos como Nintendo. Sobre todo, si hay monstruos de bolsillo, héroes bigotudos o aventureros de orejas puntiagudas de por medio.
Cinco años de Zelda: Breath of the Wild, el primer éxito de Nintendo Switch
The Legend of Zelda: Breath of the Wild no fue un juego exclusivo de Nintendo Switch: los usuarios de Wii U llevaban muchos años e incontables retrasos esperándolo y, siendo justos, sus mayores expectativas fueron alcanzadas. Sin embargo, la mayor aventura del héroe de Hyrule hasta la fecha era y sigue siendo la excusa perfecta para estrenar la consola de Nintendo.
Como ocurre con la propia Nintendo Switch, la clave para entender el éxito de Breath of the Wild a nivel de crítica y público reside en su modo de disponer y heredar de todo lo logrado y aprendido anteriormente y replantearlo a base de nuevas ideas. Dar una mayor libertad al jugador a la hora de experimentar con lo ya conocido. Algo que sobre el papel parece sencillo, pero a la hora de darle forma resulta un desafío titánico.
Porque juegos de fantasía y mundo abierto hubo antes y seguirá habiendo en el futuro, pero la sensación de irse a la montaña más alta a nuestra vista en busca de santuarios y descender de su cumbre en paravela o deslizándonos a toda velocidad sobre nuestro escudo es algo que solo puede ser imitado con mayor o menor éxito.
El espíritu del descubrimiento y la emoción de la aventura de la saga estaba presente, pero su manera de aportar libertad sentó nueva cátedra. Y viendo las posibilidades de la piedra Sheikah, está claro que todavía quedan cosas muy interesantes por descubrir y nuevas locuras por hacer.
Que The Legend of Zelda: Breath of the Wild sea considerado un videojuego perfecto, dentro o fuera de la propia saga, ya es algo que debe plantearse cada uno. Pero su impacto en la cultura del videojuego es incuestionable y, por extensión, su enorme legado uno de los motivos por los que el futuro inminente de Nintendo Switch tenga tan buena pinta.
Porque la muy esperada secuela de Zelda: Breath of the Wild es el mucho más que una simple respuesta a los máximos bombazos que llegarán a las consolas de nueva generación: es el juego con el que mediremos todo lo logrado y aprendido por Nintendo durante esta nueva etapa. Y, visto lo visto, ya aspira a ser un nuevo hito para los juegos de aventuras y los videojuegos en general.
100 millones de consolas después (y sumando)
Con Nintendo Switch, por primera vez desde el lanzamiento de Game Boy la Gran N unificó su catálogo de sobremesa y portátil en una misma consola. Aquello podría parecer un tiro en el pie, pero hay que reconocer que su filosofía de ofrecer dos consolas en un una y poder jugar a sus exitazos de sobremesa en cualquier lugar o sobre la marcha es todo un reclamo. Y lo segura siendo durante al menos cinco años. Posiblemente, algunos más.
La propia Nintendo asegura que Nintendo Switch se encuentra apenas en la mitad de su ciclo de vida, y solo hay que ver lo que sabemos que se viene en 2022 para entender los motivos de esa afirmación tan atrevida:
De partida, Kirby y la Tierra olvidada ya apunta a ser el mejor juego del héroe rosado jamás hecho. Palabras mayores.
Splatoon 3 consolidará más y mejor la fórmula de shooter colorido, disparatado y para todo el mundo. Cimentando el aspecto competitivo de la consola.
¿Ya tenías Mario Kart 8 Deluxe? Hasta 48 nuevos circuitos clásicos irán llegando por tandas y de manera escalonada a la consola.
Si te apasiona el rol, Fire Emblem: Three Hopes y Xenoblade Chronicles 3 tienen son sinónimo de personajes con un carisma especial e incalculables horas de juego.
Aunque si lo que buscas es acción, con Bayonetta 3 estaremos más que servidos. La bruja de PlatinumGames es una de las exclusividades más potentes de Switch.
Por supuesto, contamos con el regreso de los mejores juegos del legado de Nintendo. No solo a través del catálogo en expansión de Nintendo Switch online, sino con relanzamientos tan esperados como Nintendo Switch Sports o Mario Strikers.
Eso sí, pese a que todos los anteriores tienen un atractivo único, Pokémon Escarlata y Púrpura, su mundo abierto muy inspirado en España y sus lecciones aprendidas de Leyendas Pokémon: Arceus (el primer bombazo del año) está llamado a ser el superventas de esta nueva etapa.
Lo cual no eclipsa la muy esperada llegada del juego llamado a abanderar y redondear esta primera y muy fructífera etapa de Switch: la secuela de Zelda: Breath of the Wild.
Que Nintendo Switch haya retomado su hábito de ofrecer como mínimo un lanzamiento clave al mes tras las complicaciones derivadas de la pandemia mundial es algo que ha cimentado más y mejor la confianza en la marca Nintendo y la propia consola. Fomentando que siempre hay algo nuevo interesante a lo que jugar, que nos demos un capricho o, directamente, posicionando citas obligadas en nuestro calendario cada mes. Algo de lo que ningún otro sistema puede presumir.
Y pese a que, a nivel de hardware, Nintendo Switch tiene sus propias limitaciones, el juego en la nube seguirá expandiendo su catálogo y promoviendo que le demos la bienvenida a juegos esenciales que van más allá de las expectativas de sus jugadores. Como un Control: Ultimate Edition que ofrece trazado de rayos o la llegada de toda la saga Kingdom Hearts.
¿Qué podemos esperar del futuro de Nintendo más allá de Switch y el próximo juego The Legend of Zelda? Si bien, está claro que todavía es muy pronto para hablar de la sucesora, solo hay una cosa que le pido de corazón a la Gran N visto lo que ya hay en Switch y lo que está por llegar: retrocompatibilidad.
Ver 11 comentarios