¿Dónde estabas tú hace treinta años? Puede que muchos de los que estáis leyendo ahora mismo estas líneas ni siquiera hubierais nacido, o que con suerte estuvierais dando vuestros primeros pasos, pero hace ya casi tres décadas del estreno mundial de la primera PlayStation, una consola que inevitablemente cambió el transcurso de esta industria para siempre.
El camino que llevó hasta su concepción no fue precisamente sencillo, pero tras cuatro generaciones de consolas domésticas y dos de portátiles, esta marca se mantiene como una de las más representativas del mundo del ocio electrónico.
Aquella venerable consola gris nos dio grandes momentos para el recuerdo, perlas que quedarán para siempre grabadas en la memoria de todo jugador que se acercara a ella cuando dominaba el mercado. Y aquí van doce de los más significativos de cuantos tuve la oportunidad de disfrutar durante aquella etapa gloriosa, aunque son solo una representativa muestra de tantas horas de dedicación.
Sobrevivir al interrogatorio de Ocelot
Metal Gear Solid revolucionó el concepto que hasta aquel momento teníamos de diseño de producción en un videojuego, siendo entre otras cosas capaz de romper la cuarta pared para ofrecernos secuencias tan impresionantes como la del interrogatorio de Revolver Ocelot a Solid Snake. Un momento crucial en el transcurso de esta aventura y en el de nuestras vidas como jugadores, que nos obligó a esforzarnos machacando el botón como si realmente nos fuera la vida en ello.
Partirle la boca a Sefirot
Una historia puede ser tan grande como el malo que le da sentido, y es por ello que es difícil encontrar juegos más grandes que Final Fantasy VII. Fueron muchas y muy poderosas las razones que nos dio para odiarlo profundamente, y por ello disfruté tanto cuando por fin me pude poner ante él, cara a cara, y seleccionar el Omnilátigo para ajustar cuentas de una vez por todas. ¡Va por ti, Aeris!
Escalar Pikes Peak con mi Suzuki Escudo
Decía el rumor que Gran Turismo 2 contaba con un monstruoso vehículo de casi mil caballos de potencia y capaz de superar los 400 km/h, una auténtica bestia parda que se convertía en el mayor premio al que cualquier jugador lograba aspirar. No podías decir que habías completado este juego hasta que por fin conseguías hacerte con aquel Suzuki Escudo y afrontabas como es debido la subida a Pikes Peak, el trazado para el que fue diseñado.
Hacer frente al T-Rex
La sufrida arqueóloga Lara Croft ha tenido que enfrentarse a todo tipo de amenazas a lo largo de los años, pero ninguna quedará tan fuertemente grabada en nuestras retinas como aquel Tyrannosaurus Rex que aparecía imponente y letal en el primer Tomb Raider. El simpático dinosaurio ha hecho acto de presencia en otras entregas de la franquicia, pero ninguna me dejará tan pasmado como aquella primera vez que le vi asomar el morro en pantalla.
Encontrar ese zombie... ¡Ese zombie!
Mis amigos me habían hablado mucho del miedo que daba Resident Evil, pero nada me había preparado para el impacto que supuso el encuentro con aquel primer zombie que, al ser interrumpido durante la hora de la merienda, giraba lentamente la cabeza para saludar, y ya de paso para decidir si éramos válidos como segundo plato. Una generación entera quedó marcada por aquella mirada muerta y aquel sonido espeluznante.
Acumular millones de puntos en el almacén
De niño tuve un monopatín que me regalaron, pero reconozco que nunca supe hacer muchas cosas con él. Mi interés por las tablas con ruedas podría haber quedado ahí, pero entonces apareció Tony Hawk's Pro Skater en mi vida y todo cambió. De hecho, no me parece descabellado decir que una de las actividades a las que más horas dediqué en la época de PlayStation fue a conseguir puntos, puntos y más puntos haciendo todas las piruetas imaginables en el nivel del almacén.
Chocar frontalmente en el centro del ruedo
Toda la existencia de la saga Destruction Derby se justificaba por un momento único, explosivo, catártico: ese en el que, terminada la cuenta atrás del speaker, todos los coches se dirigían furiosos hacia el centro del círculo mortal que era Red Pike Arena para provocar una colisión simultánea donde los trozos de chapa, transmutados en enormes píxeles, saltaban horriblemente por los aires. Adrenalina pura.
Repartir "perfects" con Hwoarang
Los Tekken fueron grandes emblemas de la primera consola de Sony, y no tengo duda de que entre ellos me quedo especialmente con el tercer capítulo, donde hizo su primera aparición el coreano Hwoarang. Dominar su letal taekwondo, en el que todo se convertía en una tormenta de patadas para el rival, podía ser garantía absoluta de los "perfects" más gratificantes que se puedan imaginar.
Entrar en la niebla de mis pesadillas
Todos estos recuerdos aquí plasmados los experimento hoy de forma consciente, pero hay uno en concreto que más bien me persigue en mis pesadillas: el de deambular solitario por la insondable niebla de Silent Hill. Yo sé que hoy lo veis y os da la risa, pero en aquellos tiempos éramos más impresionables, hasta tal punto que he de hacer una confesión: la primera vez que me puse con él, lo pasé tan mal que tuve que dejarlo al poco de empezar; años después, con más valor en el cuerpo, decidí volver a adentrarme en aquella niebla maldita.
Saltar por los aires en San Francisco
Las empinadas calles de San Francisco han sido escenario habitual en el cine para presentar espectaculares persecuciones, pero nada como protagonizarlas tú mismo, algo que nos ofreció por primera vez el gran Driver. Recuerdo pasar las horas muertas subiendo y bajando las avenidas que ofrecían los mejores saltos, por el simple placer de ver mi coche volando hacia un futuro incierto contra el duro asfalto.
Marcar mi primer gol desde campo propio
Juegos de fútbol ya habíamos probado muchos antes de ISS Pro Evolution, pero a mí al menos este fue el primero que consiguió hacerme sentir pasiones tan encendidas como las que transmite el deporte rey en la vida real. Es por ello que cada logro aquí era celebrado como si tu equipo marcara el gol decisivo en una final de Champions League, más aún si conseguías completar acciones tan espectaculares como marcar un gol desde campo propio. El grito de alegría se podía oír en todo el edificio.
Dominar el dichoso táser
Antes de jugar al primer capítulo de Syphon Filter no tenía ni idea de lo que era un táser, pero Gabe Logan se encargó de dejarlo claro a todos. Y mira que este título tenía un atractivo surtido de armas para elegir cómo afrontar los combates, pero al final siempre acaba recurriendo a esta solución tan poco ortodoxa y que ofrecía situaciones tan esperpénticas con los enemigos que osaban ponerse en nuestro camino.
En VidaExtra | 35 años de Metal Gear, o cómo Solid Snake redefinió la acción bélica en los videojuegos
Foto | Karolina Grabowska
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