Noticias de Ys: The Oath in Felghana en Vida Extra
Nunca es tarde si la dicha es buena, y en este caso lo ‘Ys’. Siete años, que se dice pronto, han tenido que transcurrir desde que la versión japonesa para PC de ‘Ys: The Oath in Felghana’ haya llegado tanto a Europa como a los Estados Unidos. De 2005 a 2012, ahí es nada, aunque curiosamente para la PSP de Sony no tuvimos que esperar tanto (primeros de 2011 en nuestro territorio). Este trabajo de Nihom Falcom es, a su vez, un remake del ‘Ys III: Wanderers from Ys’ de 1989, con el sempiterno Adol Christin como protagonista. Y es que hay cosas que nunca cambian, igual que el sello de calidad ‘Ys’, lo que se traduce en dureza para los combates contra los jefes de turno. ¿Ha merecido la pena esperar tanto para ver ‘The Oath in Felghana’ traducido, oficialmente, al inglés? Analicémoslo.
Respondiendo brevemente habría que decir que sí, pero también es una pena que sólo nos haya llegado en el idioma de Shakespeare. A pesar de ello, no hay que olvidar que esta saga no se lleva muy bien con nuestro territorio, pese a que estos últimos años está cambiando un poco la balanza.
Si nunca encarnamos a Christin en ninguna de sus aventuras, ‘Ys: The Oath in Felghana’ (no ha sido mi caso, aunque tampoco me considero, ni mucho menos, un erudito de los ‘Ys’) nos sorprenderá por partida doble. Primero, resulta ser un exponente bastante notable del género de los action RPG, y segundo, porque nos demuestra que este género también puede volverse duro si se lo propone uno.
Punto de partida en ‘Ys: The Oath in Felghana’: lo básico
Y es que en seguida notaremos, cuando hagamos frente al primer jefe de turno, que ‘Ys: The Oath in Felghana’ no está pensado para todos los públicos. Aún contando con seis niveles de dificultad distintos (desde muy fácil hasta, literalmente, infernal), ya en el modo normal nos pondrá en apuros más de una ocasión. Mi desesperación con el jefe final, sin ir más lejos, me llevó a desistir por momentos. Ni me planteo siquiera rejugarlo en Inferno sabiendo que será más duro, y con más patrones de ataque. Sobra decir que si buscamos retos difíciles, aquí tendremos varias tazas.
Ganar experiencia para subir niveles, y que de ese modo un jefe nos resulte más fácil (no mucho, pero algo), se convertirá en una opción para los impacientes, pero sabiendo que cuanto mayor nivel tengamos, menos experiencia, en proporción nos darán los enemigos, con lo que al final acabaremos con uno o dos niveles por encima de la zona en la que nos encontremos. El límite de nivel será de 60, pero estando ya en nivel 52, y en la zona final, la única experiencia que ganaremos serán migajas.
Adol Christin será, como siempre, muy ducho con la espada. Contaremos con seis distintas, sin características especiales salvo un mayor poder ofensivo, y cada una de ellas podremos mejorarla hasta nivel 3. También contaremos con seis tipos de escudos y de armaduras, y en este caso también se podrán mejorar. ‘Ys: The Oath in Felghana’ se aleja bastante del género, eso sí, en cuanto al resto de objetos del inventario ya que no contaremos con pociones ni nada por el estilo. Salvo dos objetos especiales (espejo ilusorio y amuleto), no habrá nada más que podamos usar en combate. Si el enemigo nos hace daño nuestra única esperanza es que, una vez abatido, suelte una hierba curativa. Si no, dependeremos de los puntos de guardado, que a su vez curarán nuestras heridas.
Esto, que ya de por sí es heavy en algunas zonas (todavía recuerdo mi alocada incursión en lo más profundo una cueva, a mitad de la historia, encontrándome con enemigos de gran tamaño sin encontrar ningún punto de guardado, hasta que fallecí, claro), se torna más complicado al saber que contra los enemigos finales no habrá pausa. Ahí será el todo por el todo. Y es que si con los enemigos normales a veces se compensaba el no recibir curación alguna gracias a los potenciadores momentáneos que suelen soltar casi siempre (uno aumentará nuestra fuerza, otro nuestra defensa, y otro la velocidad de regeneración del maná), en los jefes iremos completamente a pelo.
Sí, sí, muy bien, ¿pero y qué hay de la historia de Felghana?
Como hemos dicho al inicio, el protagonista de ‘Ys: The Oath in Felghana’ será Adol Christin, el único personaje jugable. Su historia arranca llegando con Dogi al país Felghana, tras muchos años de ausencia. Al llegar al pueblo de Redmont él y su acompañante descubren que el mal se cierne sobre todo Felghana, y nuestra labor será que todo vuelva a la normalidad. Si no no habría juego, ¿verdad?
De entrada sorprende que Felghana sea pequeño. Lo que veremos en primera instancia con el mapa es todo lo que hay de Felghana. A saber: el pueblo Redmont, la cantera Tigray, las ruinas Illburns, las montañas ancianas, el castillo de Valestein y la isla de Genos. Y ya está, aunque obviamente cada una de estas zonas tendrá varias partes, pero en definitiva será eso. Debido a ello tampoco será un RPG excesivamente largo. En lo personal, he tardado unas doce horas en completarlo (en nivel normal), aunque según un logro de Steam, es posible hacer un speed-run de menos de cinco horas.
A lo largo de la historia entablaremos conversación con 32 personajes, siendo los más importantes, claramente, y sin entrar en spoilers innecesarios, Dogi, Elena y Chester. No faltarán los giros de guión, con alguna que otra traición de por medio, ni tampoco los personajes misteriosos, como el insistente Dularn. Ya en cuanto a enemigos, 79 serán los que veremos, y si hablamos de cifras en ambos casos es porque ‘The Oath in Felghana’ guarda un completo inventario con descripciones de cada uno de ellos con más de un detalle interesante: cuánta experiencia nos da un enemigo, por ejemplo.
El nivel de inglés utilizado en los diálogos no será muy enrevesado, aunque algunos tal vez tengan que utilizar el diccionario en momentos puntuales. En cualquier caso, no habrá problemas para seguir la historia al ser un juego bastante lineal. Tendremos libertad de exploración, salvo al principio. En la cantera Tigray veremos una zona a gran distancia a la cuál no podremos acceder con nuestro simple salto, o el acceso a las montañas ancianas, cuya altura es muy elevada. ‘Ys: The Oath in Felghana’ nos irá obsequiando, poco a poco, con un aumento de las habilidades de Adol, en especial con tres tipos de brazaletes mágicos. Estos, a su vez, no servirán solamente para acceder a otras partes del mapeado, sino que los utilizaremos como ataque (consumiendo magia; se regenera con el tiempo), pudiendo mejorar cada brazalete hasta un máximo de tres niveles por medio de joyas especiales (ocultas por todo Felghana). Pero aunque sea un juego lineal no quiere decir que no contemos con misiones secundarias. Las habrá, pero pocas, y en todas ellas estarán involucrados objetos especiales, siendo recompensados con otros cuyo uso podrá ser esencial para obtener la victoria.
Adol Christin, un héroe que no conoce la palabra miedo
En cualquier caso, por mucho objeto especial o brazalete que haya, Adol Christin no será ni mucho menos manco sin ninguna de estas cosas. Tendremos varios tipos de ataque con la espada, tanto estando en tierra como en aire, y aún por encima contaremos con el modo potenciado (boost mode), una barra especial que se irá cargando con el tiempo y que desatada nos proporcionará un aumento considerable de nuestra velocidad y poder de ataque, y no solo eso, sino un aumento de nuestra resistencia al impacto de los enemigos (y no nos podrán tirar al suelo). Sobra decir que será de vital importancia frente a los jefazos de turno, y lo mejor es que siempre se recargará con el tiempo.
Si nos va la marcha ‘Ys: The Oath in Felghana’ nos ofrecerá, tras pasar por primera vez el juego, el modo Time Attack, que viene a ser un Boss Rush con tiempo, para medir lo buenos que somos contra los jefes. Además, al completar el juego en normal desbloquearemos los niveles más difíciles, y ahí sí que podremos echarnos más horas, porque la dificultad se dispara considerablemente (en Inferno sobretodo). Aunque si somos los de, tan pronto haber finalizado una aventura, pasar a otra historia, es justo reconocer que no estamos ante un juego largo. Ni corto ni largo. Correcto.
Habiendo obviado de un modo evidente el hablar de los gráficos de este trabajo de Nihon Falcom (es de 2005, salvo que ahora se ha adaptado a la alta definición; ajustable desde el menú de Steam, pudiendo configurarlo para jugar con mando, entre otras cosas), puesto que no están desde luego al día (tampoco desagradan, ojo; cumplen, sin más), decir que la banda sonora se torna repetitiva. No cuenta ni siquiera con ningún tema a destacar, ni tampoco molesta al principio, pero tras repetir una zona (algo habitual) es cuando nos empezamos a cansar de las melodías, y al final no será raro optar por desactivar momentáneamente la música. Son cosas que pasan, como se suele decir.
En resumen, ‘Ys: The Oath in Felghana’ se convierte en una opción muy a tener en cuenta para los fans de los action-RPG deseosos de retos interesantes, y al precio que viene, pese a la tardanza para Europa respecto al original (en físico) de Japón, todavía más. Por muchos años más, Adol Christin.
Ys: The Oath in Felghana | PC
Plataformas: PC (versión analizada) y PSP
Desarrollador: Nihon Falcom
Distribuidor: XSEED Games
Lanzamiento: 19 de marzo
Precio: 11,99 euros
Ys: The Oath in Felghana, remake del Ys III: Wanderers from Ys, para PC cruza el charco después de siete años de letargo, y la espera ha merecido la pena. Action-RPG perteneciente a una saga de dificultad legendaria.
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En Steam | Ys: The Oath in Felghana