Uno de los videojuegos más clásicos de la historia y conocidos a nivel mundial es sin duda Pac-Man, en el que los jugadores controlan al famoso comecocos con el objetivo de comerse todas las bolas que hay repartidas por las decenas de fases, aunque al mismo tiempo que hay que esquivar a los fantasmas que se mueven sin cesar por el nivel.
Las primeras pantallas pueden resultar más o menos sencillas, pero rápidamente se van complicando cada vez más en el momento que los fantasmas se vuelven más agresivos. Esto conlleva que, por mucho que la mecánica sea tan simple, sobrevivir es todo un desafío. No obstante, un secreto del juego es que existe la manera de quedarte quieto sin que te pase absolutamente nada.
Aunque parezca una locura, hay un lugar muy concreto del escenario en el que te puedes quedar sin moverte y los fantasmas jamás te atacarán. Te ignorarán por completo como si no existieses, lo que es una buena forma para relajarse o dejar el juego en segundo plano mientras te vas a comer, vas al baño, te preparas un café o lo que sea que te apetezca.
El lugar está situado prácticamente al lado de la zona de inicio, como podéis ver en la imagen situada justo encima de estas líneas. Además, la prueba que demuestra que esa zona es totalmente segura la tenéis también en el siguiente vídeo en el que Pac-Man se queda paralizado y los fantasmas le ignoran, aunque pasen por su lado en numerosas ocasiones.
Eso sí, no penséis que es tan fácil como posicionarse ahí sin más, porque en realidad el truco tiene más miga de lo que parece. Y es que para que los fantasmas no te hagan nada te tienes que colocar en el sitio indicado justo en el instante en el que ninguno te esté apuntando con su mirada, porque si alguno te ve colocarte ahí no servirá de nada.
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