Lo más ilusionante de Disney's Extreme Skate Adventure es no haberlo jugado en su día. La oportunidad de jugar un nuevo Tony Hawk no siempre está ahí. Y aquí Buzz Lightyear, Simba y compañía nos regalaban el mismo sistema de control en nuevos escenarios.
Con niveles propios e ideas recicladas de Tony Hawk's Pro Skater 4 con un lavado de cara, Disney's Extreme Skate Adventure es todo lo que un crío del 2003 habría podido desear. El tiempo le ha sentado regular a esta rareza de PS2, pero lo que esconde detrás de unos simpáticos personajes Disney da para documental.
Buzz Lightyear haciendo un Rocket Air
Los Tenchu, los Tomb Raider, la saga Bloody Roar… Es fácil agarrarse a lo de preferir la Activision de antes, pero entre todas aquellas franquicias famosas también hacían de las suyas. A los dos minutos de empezar Disney's Extreme Skate Adventure ya te has cruzado con tu primera valla publicitaria de Nokia y grindando al lado de un McDonald’s.
Aquella Activision era de otra época, pero pese a que sus juegos fuesen más originales y arriesgados, al inicio de los 2000 también nos tocaba lidiar con estrategias poco loables. De aquellos barros estos lodos, que se suele decir.
El caso es que los grandes juegos estaban allí y, de hecho, de aquella época son también algunos de los mejores juegos de Disney que hemos tenido la ocasión de jugar. De Toy Story 2: Buzz Lightyear to the Rescue!, sin ir más lejos, he hablado hasta la saciedad.
Vestido de aventura en miniatura con los eventos de la película en mente, la idea era ir superando niveles a base de mejorar al bueno de Buzz. Un metroidvania reducido a su mínima expresión que resultó ser un juego increíble que siempre recomiendo probar.
Siendo los reyes de las franquicias, desde Marvel hasta Cabela’s, aquella Activision se adaptaba a lo que fuese. Si había que hacer un juego de skate para niños, se haría en condiciones (más gente jugando, más gente viendo anuncios), y eso no sólo incluía abrazar su franquicia más potente, también concentrarse en crear algo que realmente pudiese gustarle a los críos.
Un Tony Hawk para niños con publicidad
Con niños actores incluidos en el juego tras un casting, y un pequeño rapero que participa en la banda sonora del juego, la de los primeros compases de Disney's Extreme Skate Adventure es una estampa difícil de digerir. Pero hay sorpresas que merece la pena comentar.
Los controles adaptados, en una época en la que la accesibilidad aún estaba despegando, son una buena muestra de hasta qué punto estaban estudiados estos juegos. En esencia, esto es un Tony Hawk’s Pro Skater 4 con una mano de pintura por encima. Los niños del inframundo se juntan con Woody haciendo grabs en el cuarto de Andy y Rafiki grindando ramas.
Varios personajes para tres películas: Toy Story, El Rey León y Tarzán, en distintos niveles que lamentablemente sólo podremos jugar con sus respectivos personajes. Compensan la falta con tener movimientos únicos para cada uno de ellos, lo que te da para gozar a base de combos y manuals con distintos resultados.
En ese último punto es donde entra la accesibilidad de Disney's Extreme Skate Adventure. Hacer que un crío memorice y ejecute con precisión lo que suponían los desafíos de un Tony Hawk tiene un punto de crueldad, así que el sistema de control por defecto en el juego se lleva los trucos a los distintos botones para simplificarlo todo.
El botón del flip hará un flip asignado, así que no tienes que preocuparte de saltar y ejecutar combinaciones de botones. Como en el caso del metroidvania, es uno de esos juegos reducidos a su mínima expresión. No es lo mismo, pero se le parece mucho.
El girito es que en el menú de opciones puedes activar un modo Pro (otra vez con las sutilezas) en el que el esquema de control vuelve a ser exactamente el mismo que lleva años grabado a fuego en tu cabeza. Ya no volverás a hacer un manual pulsando un botón, sino moviendo el joystick en vertical. No sé a vosotros, pero a mí la idea de jugar un Tony Hawk con Buzz Lightyear me apetece muchísimo.