Que lo que más me haya gustado con diferencia del reciente State of Play de Sony haya sido el recopilatorio de las Tortugas Ninja, no dice mucho del resto de juegos presentados... a excepción de ese intento de Fire Emblem por parte de Square Enix que se llama The DioField Chronicle (y no Final Fantasy Tactics) que sí me gustó.
Que lo retro haya pesado tanto, no solamente por mi parte, sino para mucha más gente, dice mucho del cariño que aún le profesamos a las Tortugas Ninja y por extensión a los clásicos que fue lanzando Konami desde finales de los 80 tras el inolvidable Teenage Mutant Ninja Turtles de recreativas. Además, vuelve a demostrar un patrón al alza por parte del gigante nipón a la hora de recuperar juegos olvidados por culpa de licencias caducadas o tiendas digitales cerradas.
Un gigante con mucha historia... que no aprovecha
Que Konami ya no sea la de antaño es algo que hemos explicado en reiteradas ocasiones y tampoco hay que ser un lince para darse cuenta. El siglo pasado fue una de las compañías más grandes junto con Capcom, SNK, SEGA o Nintendo.
Esto se explica con claridad al ver la situación actual de dos de sus sagas más importantes (Metal Gear y Silent Hill), en estado comatoso tras la marcha de Hideo Kojima en 2015. Esto provocó varios frentes en la industria: la cancelación de Silent Hills (donde estaba Kojima), la debacle de la saga de espionaje con Metal Gear Survive (por primera vez, sin Kojima) y que uno de los GOTY de 2019 no fuese de Konami, sino de Kojima (Death Stranding) con su nuevo estudio.
Konami ha intentado varios movimientos desde entonces, pero sin demasiado éxito. Salvando las cartas de Yu-Gi-Oh!, que siguen teniendo tirón, su imagen con los Pro Evolution Soccer se ha visto muy deteriorada a raíz del reciente eFootball 2022, que aún no ha corregido sus múltiples defectos y carencias. Y ya van muchos meses de retraso con esta versión que parece a todas luces una demo.
No olvidemos que Konami celebró su 50 aniversario recientemente. ¡50 años en la industria del videojuego!, que se dice pronto. Pocas son tan veteranas como esta compañía nipona, teniendo que recordar el especial que le dedicamos junto con otras compañías nacidas antes de los 80, como Capcom, SNK o Nintendo. En mi caso mis favoritas siempre fueron Capcom y Konami, aunque no por los típicos (Metal Gear Solid o Silent Hill 2), sino por Vandal Hearts o la secuela de Suikoden.
Es lo bueno de Konami, que cuenta con un legado de juegos imborrable en nuestro recuerdo, pero que no se está aprovechando como debería: ni con nuevas iteraciones ni tampoco con remakes o remasterizaciones para devolverlas al mercado. Si hubiese nuevas colecciones de Metal Gear Solid y Silent Hill sería un comienzo positivo, sin duda, especialmente si tenemos en cuenta que para disfrutarlas adecuadamente en alta definición en la actualidad hay que recurrir a la retrocompatibilidad de Xbox Series, al funcionar ambos lotes de Xbox 360 junto con las últimas entregas del survival horror de Konami a cargo de otros estudios.
En este sentido uno de los cambios que ha experimentado el gigante nipón nos recuerda tímidamente a lo que hizo en su antigua etapa, donde no desarrollaba todo, sino que de vez en cuando se limitaba a dar visibilidad a otras producciones actuando como editora. Sin embargo, por ahora, no ha experimentado el éxito de antaño: Skelattack fue bonito, pero mejorable. Y tres cuartos de lo mismo para GetsuFumaDen: Undying Moon, quedando a la espera de los lanzamientos de Crimesight y CYGNI: All Guns Blazing en Steam, con fecha aún por determinar.
Konami sorprende ahora con sus colecciones retro
Su labor como editora en la actualidad o el poco tino con su saga futbolera por excelencia, no quita el mérito de ver Castlevania en Netflix, por ejemplo. Sí, nos gustaría ver un nuevo videojuego de Castlevania, pero tampoco puede uno quejarse tras recibir Castlevania Advance Collection el año pasado. Sin duda, un punto de inflexión en cuanto a colecciones retro se refiere, al brindarnos tres exclusivos de antaño para la portátil Game Boy Advance en sistemas actuales.
No es la primera vez que lo hace si nos atenemos al movimiento de los últimos años, de todas formas. Ahí está, por ejemplo, el Castlevania Anniversary Collection, con la trilogía de NES, las dos aventuras de Game Boy, el impactante Super Castlevania IV de SNES, el exclusivo que tuvo Mega Drive y una rareza nunca vista aquí, el Kid Dracula de Famicom. Y también sacó de los Contra, ojo.
No son las únicas de esta etapa más reciente, pero sí las que han englobado mayor número de juegos o rarezas, al haber recibido en 2018 el más parco Castlevania Requiem: Symphony of the Night & Rondo of Blood. Y no se puede olvidar tampoco que se ha reeditado el mítico Sunset Riders de recreativas.
Pero nada de esto quita que nos haya sorprendido mucho la noticia sobre las Tortugas Ninja. Porque se engloba casi toda la etapa de los inicios de los 90 más allá del "manido" Teenage Mutant Ninja Turtles: Turtles in Time (que falló con su remake de Ubisoft, el mejorable Re-Shelled) al incluir tres juegos de Game Boy o los de lucha 1vs1 de SNES y Mega Drive, sin olvidar por supuesto sus beat 'em up.
¿Habrá más colecciones? Visto lo visto, no lo descartamos... ¡Cowabunga!
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