Es el padre de todos los MMORPG. Ultima Online lleva en activo desde 1997 de forma ininterrumpida, lo cual ha consolidado al título como el juego online de estas características que más tiempo lleva conectado a la red. Así pues, es perfectamente comprensible que muchos de los cimientos de sus sucesores se creasen a partir de las enseñanzas creadas por Richard Garrot.
El creador de la obra implementó sistemas como el uso de habilidades por porcentaje, una economía interna generada por los objetos construidos por la comunidad y la construcción de casas en terrenos que debían ser comprados. La enorme peculiaridad de este último punto es que el espacio es común a todos los jugadores, por lo que podemos ver las residencias de nuestros amigos, aunque también tiene su parte mala.
Ultima Online sucede en el reino de Britannia, el cual, a pesar de ser virtual, dispone de un espacio limitado. Poseer una casa en el MMORPG es una pequeña proeza, pero más es mantenerla a lo largo de las décadas. A pesar de que pueda parecer mentira, lo cierto es que hay jugadores que continúan pagando la suscripción mensual para no perder ese edificio al que le tienen tanto cariño.
Tal y como comenta el usuario de Twitter Xabi_Sides, existen usuarios que no han fallado ni un solo mes a la hora de abonar el coste de 12,99 dólares para acceder a todas las funciones del juego. Una de las variables es acudir al formato Endless Journey, un método gratuito para jugar a Ultima Online, aunque con restricciones como colocar casas o el almacenamiento disponible. De esta forma, este tipo de usuarios solo pueden entrar en viviendas públicas.
Pero, ¿por qué seguir pagando durante tanto tiempo? El motivo es el cariño que le tienen los jugadores a sus casas y la dificultad de construir una nueva en caso de perderla. El usuario Dizzy comentó en 2020 que "puede que pase años sin jugar, pero luego vuelvo por varios meses. Tengo trabajo, esposa, perros, etc., y el tiempo libre es escaso. Durante años, jugué durante 20 minutos en el servidor antes del trabajo (...) A pesar de todo, he mantenido mi casa".
Una pérdida irreparable
Las consecuencias de no hacerlo son catastróficas. En primer lugar, hay que tener en cuenta que las casas se deterioran continuamente, por lo cual es imprescindible estar atento a su estado. Teniendo en cuenta esto, una casa puede colapsar en apenas cinco días, presentando el estado In Danger Of Collapse (IDOC), o como diríamos por estos lares, que de un soplido se viene abajo.
Tal es el ansia de la comunidad por reclamar una buena parcela de píxeles que hay cazadores de IDOC, ya que la casa se destruye y todos los objetos del interior pasan a transformarse en dos posibilidades. La primera es que el botín se convierta en la recompensa de un monstruo aleatorio del mundo de Ultima Online y la segunda es que se genere un Ettin, la raza humanoide más grande del juego, por lo que habrá que aniquilarlos para reclamar lo que llevan encima.
Uno de los consejos más recomendables es aliarse con algún amigo de confianza al que se le permita entrar y actualizar el hogar, pero todavía hay gente que lo hace a mano. Lejos de evitar situaciones como esta, en EA han creído conveniente crear la figura del Inspector de construcciones. Hablamos de un personaje que, pago de 5.000 piezas de oro mediante, es capaz de decirte las coordenadas exactas de una casa que está IDOC.
Los más afortunados han podido conseguir casas eternas y personalizadas a través de rifas, pero son una minoría. En vista de que hay casas que siguen en pie después de tantas décadas, una agrupación llamada Ultima Online Historical Housing Society lleva formada en el MMO desde hace años. Esta sociedad exclusiva otorga distinciones a quienes posean una casa que lleve 10 o más años en pie, lo cual es un honor del que prácticamente nadie puede presumir.
Por hacer cálculos, el jugador más antiguo que comenzase su partida el 24 de septiembre de 1997 hasta la fecha de la publicación de este post, habría gastado 3.974,94 dólares si jamás hubiese fallado a su cita con la mensualidad. Para muchos, vale la pena la inversión.
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