La Espira de la Vigía de Destiny 2 está llena de cables y Vex para aburrir, pero este guardián solitario tiene dos Ases bajo la manga

¡Esta no te la viste venir! Me considero un mal (que no malo) jugador de Destiny 2. Soy un guardián solitario: me gusta explorar y hacer las misiones de historia solo, lanzarme contra grandes hordas con mi poderosa hechicera, adentrarme en la oscuridad sin refuerzos y ver caer a mis pies a las grandes amenazas de la luz.

Soy un mal jugador de Destiny 2. No me gusta correr ni dejar atrás a nadie durante las mazmorras (vanguardia, ocaso...) y otros eventos como El Manantial o Choque de Queches. Fíjate si soy mal jugador de Destiny 2 que el Gambito lo toco por obligación y el Crisol no existe para mí.

Hay mucho lore que no conozco. Forsaken me traumó y desde entonces he ido dando bandazos sin entender demasiado. Vivo las aventuras que me perdí y trato de comprender los eventos que no volverán como la destrucción de los planetas. Lo dicho, no soy el mejor guardián… pero tengo los dos mejores Ases en la manga. Y no me refiero al revolver de Cayde-6, que también.

La Espira de la Vigía de Destiny 2

Hace un par de semanas se lanzó la mazmorra La Espira de la Vigía como parte de la Temporada de los Serafines, la última antes de la llegada del Testigo en la expansión Eclipse. Las cosas están tensas como una cometa. El Estratega es la defensa de los guardianes y hay que realizar muchos preparativos.

Entre todas las labores de preparación y gestión de localizaciones, se encuentra la mazmorra Espira de la Vigía. Como buen guardián, me dispuse a asaltarla para avanzar en la historia y desvelar más detalles sobre los planes de la vanguardia y todos sus aliados.

Bajo de mi nave y comienzo a andar por la mazmorra mientras escucho los diálogos. Todo bien hasta pasado el primer minuto. Llego a la primera zona hostil y tal como llego me cae un proyectil desde lo alto de la montaña que me impacta directamente en la cara. Paro el proyectil con el pecho. Vuelo por los aires.

Vuelvo a aparecer al comienzo de la mazmorra. Esa es la primera señal de que no estoy en una mazmorra normal (como las de Vanguardia y Ocaso). Vuelvo a llegar hasta la misma zona de inicio, pero esta vez no me como el proyectil. Es un pasillo con edificios y montañas a los lados. Imagina un pueblo del lejano oeste pero futurista.

Hay enemigos entre los edificios y sobre las montañas. Los centinelas de las montañas son invulnerables a todas mis armas y mis habilidades... y son los que tiran los proyectiles que me destrozan. Genial. Todo muy justo y tal. Voy de edificio en edificios matando enemigos... pero pronto me doy cuenta de que no paran de salir. Algo estoy haciendo mal o no estoy haciendo algo.

Pasadas un par de muertes, me doy cuenta de tres puntos muy importantes:

• No es una mazmorra normal. Es, como yo la llamo, una "raid menor". A medio camino entre mazmorra normal y raid de varias escuadras.
• Los enemigos no dejan de salir en la primera zona hasta que resuelves un puzle de cables y relés que funcionan con energía.
• Voy justito de luz y necesito una escuadra sí o sí para completarla. Se puede completar en solitario, pero hay que estar borrachísimo de luz.

Procedo a hacer una retirada estratégica y a dedicarme a hacer otras actividades en las que no vuele por los aires para empezar a equiparme en condiciones. En ese momento estaba en 1570 de luz, si no recuerdo mal. No tardé más de una o dos tardes en montarme en los 1580.

Mis dos Ases en la manga: un hechicero y un cazador veteranos que se las saben todas

Como he dicho, soy un mal jugador de Destiny 2 y soy un guardián solitario, pero de vez en cuando me gusta jugar en escuadra con mis dos amigos. Primero hice grupo de voz con el hechicero y charlamos mientras gestionaba el equipo. Le pregunté por la mazmorra. Me dijo que había llegado hasta el jefe final junto al cazador y que tienen el punto de guardado.

¿Me estás diciendo, compañero, que puedo completar la misión de la mazmorra solo pasando por vencer al jefe final? Y encima me dice que podemos intentarlo entre los dos mientras llega el cazador. ¡Música para mis oídos!

Entramos en la sala final de la mazmorra... y justo salta la notificación de que el cazador se ha conectado. Ni con una profecía habría salido tan bien. Ellos ya sabían cómo iba la mecánica de Persys, Ruina Primordial, así que comenzaron a instruirme durante varios minutos. Déficit de atención en el colegio con las matemáticas, pero el primerito para pillar las mecánicas de un jefe final de Destiny 2. Sí, soy.

Lo pillo al vuelo. Teoría aprendida, pero la práctica no siempre es tan fácil. Nos hacen falta 1-2 horas y un par de intentos para ubicar todos los cables y relés, y organizarnos. No es un jefe difícil, pero es… iba a escribir una palabra sutil, pero no: un tocahuevos. Se hace invulnerable y no deja de perseguirte con sus proyectiles que quitan un huevo de vida. Pinche Vex borracho de leche radiolaria.

Lo más increíble es que soy yo, el guardián despistado y con déficit de atención, quien se aprende primero la posición de todos los relés y toda la pesca. Inaudito. Voy echando una mano a mis compañeros con las conexiones y poco a poco vamos bajando la vida al jefe. Si quieres saber más, hay una guía en VidaExtra que tiene toda la info.

Al final, el pavo con esteroides que es Persys termina cayendo ante nuestro poder. Ya no es ni tan ruina ni tan primordial. Mis compañeros celebran como personas que saben que son las 3-4 h de la mañana, mientras yo casi salto de emoción en la silla, como si la vida me fuese en ello. Así soy. Bájame dos puntitos el volumen si juegas conmigo.

Y ya está. El resto de la noche estuvimos explorando el resto de la mazmorra y matando a los jefes menores. Una vez derrotado el principal, el resto de Vex de la mazmorra fueron el aperitivo que no me tomé por saltarme toda la mazmorra. Al final completé toda la mazmorra (en otro orden, porque así soy) y tengo casi todas las piezas de armadura que caen.

El poder de la amistad y la potencia de fuego

Soy un mal jugador de Destiny 2, pero soy un buen guardián de Destiny 2. Todo lo que sé hasta ahora y lo que me queda por aprender es gracias a estos dos guardianes, mis amigos. Los dos únicos guardianes que todavía me acompañan, a pesar de que desaparezca de vez en cuando y que haya días que prefiera luchar en solitario.

Destiny 2 tiene muchas cosas buenas y malas, pero su grandeza es innegable. Todos los guardianes compartimos los mismos triunfos y las mismas penurias a través de la longeva historia. Ahora que el Testigo se acerca, trayendo la guerra y una amenaza nunca antes vista, me gusta ser parte del sentimiento de ser guardián en Destiny 2... y de poder contar siempre con mi escuadra y el resto de auténticos guardianes.