Con una familia acostumbrada a los juegos de cartas clásicos y con mil y una ideas para convertir una baraja española o de póker en casi cualquier colección de mecánicas que pueda venirte a la cabeza, introducir cualquier propuesta que se salga de lo común es una misión arriesgada.
Hay pocas variables que hayan conseguido hacerse un hueco más allá del clásico Uno, y ahí puedo hablar de pocas cosas más allá de Love Letter o Exploding Kittens, pero afortunadamente la última sensación del género ha entrado en nuestras partidas con una facilidad pasmosa. Océanos de Papel se ha ganado un merecido hueco entre nuestros juegos habituales.
Qué es Océanos de Papel
Valiéndose de la clásica estrategia de invitarnos a acumular puntos, en realidad Océanos de Papel se anima a unir distintas ideas con más acierto de lo que podría parecer sobre el papel (je je). Están los códigos de colores, el robo con elección, el riesgo y recompensa de una apuesta en el último turno, la clásica construcción de parejas, las habilidades específicas, y la siempre efectiva acumulación de familias.
Un juego de juegos que inevitablemente termina recordándote a este o ese otro juego de cartas del que tengas un buen recuerdo y, con ello, se vale de esa nostalgia y reconocimiento previo para entrar como un guante por diverso que pueda llegar a ser el grupo.
Que las reglas sean simples pese a su profundidad, y que la partida se vaya construyendo poco a poco con un inicio que sólo te pone una carta en la mano, hace que jugar a Océanos de Papel sea lo más accesible posible. Partiendo de cero posibilidades de puntuar o darle un vuelco rápido a la partida, todos tienen las mismas posibilidades desde el principio y puedes ir interiorizando sus mecánicas poco a poco.
Con un gramaje digno y un arte basado en origamis con motivos marítimos que inevitablemente entra por los ojos, es comprensible que Océanos de Papel haya volado de las estanterías este verano.
Cómo se juega a Océanos de Papel
El objetivo de Océanos de Papel es acumular puntos por tres vías: acumulando parejas de ciertos tipos, acumulando familias de otros tipos, o sumando bonificaciones de color cuando se da la oportunidad. Lo más importante es que al finalizar la ronda sumaremos los puntos tanto de las parejas de cartas que hayamos bajado como de las que aún estén en nuestra mano.
Tras barajar Océanos de Papel y repartir una carta a cada jugador, se crean dos pilas de descartes con las dos primeras cartas de la baraja de robo. A continuación nuestro turno nos permitirá robar una carta (la superior de una de las dos pilas de descartes, o las dos primeras del mazo para quedarnos con una y descartar la otra), jugar una o más parejas del mismo tipo activando su habilidad, o terminar la ronda si así lo deseas.
Si bajamos una pareja de cangrejos podremos mirar en una pila de descarte qué carta nos interesa más y robarla, si es una pareja de barcos podremos jugar otro turno, si es una pareja de peces robamos una carta del mazo, y si es una pareja de bañista y tiburón robaremos una carta aleatoria de la mano de otro compañero.
Si decidimos dar por finalizada la ronda podremos hacerlo diciendo Alto, y todos sumamos los puntos que tengamos hasta el momento, o diciendo Última oportunidad y dejando que el resto juegue su última ronda con la esperanza de ser los que más puntos tenemos al finalizar y que el resto sólo sume una bonificación de puntos en base al mayor grupo de cartas de cierto color que tenga. Si fallamos y alguien nos supera, somos nosotros los que sólo puntuamos en base a ese código de color.
Por último, en Océanos de Papel hay unas cartas bonus en forma de Sirena que nos darán puntos de color adicionales de grupo mayor a menor dependiendo de las Sirenas que tengamos. Si conseguimos acumular cuatro de estas Sirenas, ganamos la partida automáticamente. De lo contrario, las rondas continúan hasta que lleguemos a 40, 35 o 30 puntos dependiendo de si jugamos a 2, 3 o 4 jugadores.
En VidaExtra | Este hombre dejó su trabajo fijo en un banco para trabajar en una tienda de juegos, y con ello cambió la industria para siempre
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