Reconozco tener cierta devoción por los fillers con sabor veraniego. Propuestas rápidas tanto de preparar como de jugar que puedes disfrutar tanto sobre la toalla de la piscina como en una sobremesa resguardado del calor. Lo que hace una infancia jugando al UNO o al Burro en las mismas condiciones.
Con turnos aún más rápidos y ágiles que aquellos clásicos hoy nos enfrentamos a Picnic, un juego en el que colocar el mantel más bonito posible y con el mayor grupo de alimentos que puedas te coronará vencedor en partidas que se pasan volando.
Cómo se juega a Picnic
Más por su comodidad a la hora de jugar que por las posibilidades en cuanto a diversión, debo reconocer que Picnic se ha convertido rápido durante los últimos días en mi opción favorita para cubrir huecos mientras preparamos juegos más grandes.
Aquí la idea parte de crear un mantel de Picnic con comida de la forma más eficiente posible. Con cartas de tres elementos, deberemos montar una cuadrícula de cuatro por cuatro en la que, enlazando y pisando cartas, apuntemos a conseguir el mayor grupo posible de un tipo de alimento o mantel.
Durante cuatro rondas los jugadores irán cogiendo dos cartas del montón, se quedarán con una y pasarán la que no les interese al jugador de su izquierda, teniendo así la dualidad entre elegir lo que más le convenga a él o fastidiar al oponente con combinaciones más difíciles de cuadrar.
Con cierto hueco para la estrategia pero sin ser lo bastante enrevesado para que los más pequeños del grupo no se sientan en inferioridad de condiciones, Picnic finalizará contando cuántos elementos del mismo grupo hemos conseguido unir de forma ortogonal y, a ese número, le restaremos dos para subir escalones en la zona de puntuación.
Partidas rápidas y simples con olor a piscina
De esta forma sólo los grupos de tres (que tras la resta de dos contarán un punto) o más, servirán para poder llevarnos una partida que probablemente quede por debajo de los 10 minutos con un grupo ágil.
La buena noticia es que, para cuando hayamos quemado la idea básica, podremos añadir un girito en forma de cartas de objetivo que nos harán puntuar más o menos dependiendo de si tenemos una disposición concreta de elementos o más o menos grupos de un alimento o mantel en concreto.
Lejos de quemar la idea en un par de partidas, y es que lo primero que te viene a la cabeza cuando te plantas ante un juego de este estilo es que va a tener la mecha muy corta, en realidad Picnic ha demostrado ser unos de esos pasatiempos que, disfrutado en familia o con amigos, te permite mantener una conversación sin que pierdas el hilo de la partida o la charla.
Un juego fácil de abordar y de lo más entretenido que seguro vamos a tener a mano este verano cuando el calor apriete tanto que la cabeza no dé para algo más sesudo. Y es que no siempre es necesario recurrir al juego más profundo del mundo para pasar un buen rato.
Zacatrus! Picnic
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