Randy Pitchford, CEO de Gearbox, y Wade Callender, antiguo consejero legal de la compañía y amigo de la infancia del primero, han llegado a un acuerdo después de un año en los tribunales.
Ambas partes han decidido retirar los cargos que habían presentado contra el otro, según podemos ver en The Hollywood Reporter. Esto es lo que dice el comunicado que acompaña la retirada conjunta:
Tras revisar todas las pruebas del caso, ha sido opinión del tribunal que estas pruebas liberan a Randy Pitchford de los alegatos en su contra; todos los malentendidos entre ambas partes se han solucionado, y estas han intercambiado disculpas. Ya que las partes están mutuamente vinculadas por la confidencialidad, no habrá ninguna sentencia adicional en el futuro.
Todas las acusaciones han quedado degenadas y, según dicta el tribunal, no podrán volverse a realizar por ninguna de las partes.
Todo esto viene de una controversia ocurrida a finales del año pasado. Wade Callender acusó a Randy Pitchford ante la Comisión de Trabajo de Texas por los Derechos Civiles de haberle discriminado por su fe cristiana. Gearbox respondió demandando a Callender por negarse a devolver un préstamo de 300.000 dólares y por utilizar una tarjeta de crédito de la compañía para sus gastos personales.
Lo siguiente fue una demanda real ante los tribunales interpuesta por el propio abogado, que acusaba al CEO de llegar a un acuerdo secreto con 2K Games para agenciarse 12 millones de dólares que deberían haber sido un adelanto de los royalties que tenían que pagar a los empleados, y de dejarse un pendrive en un restaurante con información clasificada de la empresa y con "pornografía de menores". De esto informó Kotaku a principios de este año.
No obstante, tras el acuerdo ya no habrá más juicios, al menos contra Callender. El estudio detrás de la saga Borderlands espera ahora al desenlace de la demanda interpuesta por el compositor Bobby Prince a causa de unos royalties sin pagar, tal y como informan en GamesIndustry.
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