La Nintendo Entertainment System lo cambió todo. La primera consola de Nintendo supuso una revolución absoluta en el mundo de los videojuegos, llegando a vender decenas de millones de unidades desde su lanzamiento en 1983 en Japón. Es en el país nipón donde su nombre más conocido es Famicom y es allí donde experimentaron algunos de los periféricos más estrambóticos de la historia de la marca.
Todos recordamos el legendario Power Glove, el NES Zapper, R.O.B y otros tantos intentos fallidos de la compañía japonesa para ofrecer una experiencia más allá de agarrar el mando para jugar. Sin duda, uno de los accesorios más destacados de todos fue el Famicom Modem, un aparato que jamás vimos en Occidente y que apareció en la vida de los jugadores japoneses allá por septiembre de 1988.
Nintendo se alió a mediados del año 1987 con la empresa Nomura Securities, la cual se especializaba en el mercado financiero. El objetivo era dar forma a un módem que permitiese crear una red de información entre un servidor y el cliente de turno para poder usar la información en pantalla. Es decir, una suerte de Internet a pequeña escala que solo podrían usar los propietarios de Famicom.
El objetivo era realmente ambicioso, pues se pretendía permitir apostar a carreras de caballos, consultar el tiempo meteorológico y hasta consultar trucos para los juegos de la estantería. Unas tarjetas especiales darían acceso a todo este contenido, si bien Nintendo tan solo lanzó el llamado Super Mario Club, una red para las tiendas de juguetes en Japón donde los potenciales clientes podrían consultar las reseñas de los juegos. Igualito que Amazon, oiga.
Sin embargo, la verdadera fantasía llegó con Famicom Trader. La función más rocambolesca de Famicom Modem fue una tarjeta que permitía el acceso a una red de bolsa para trabajar con acciones. Cabe recordar que Nomura Securities tenía influencia en el sector, por lo que se entendió como lógico que hubiese la posibilidad de que los adultos usasen esta plataforma. El mundo de los negocios tenía un nuevo canal con el que operar.
En el primer anuncio que veis justo debajo se muestra la segunda versión del dispositivo, el cual incluía un teclado númerico que facilitaba el manejo. Era necesario conectarse por cable telefónico de una forma muy primitiva a Internet y ahí es donde la magia capitalista tenía lugar.
Lejos de quedarse como una curiosidad para los jugadores con mayor ansia bursátil, algunos bancos en Japón le dieron uso, incluyendo a Dai-Ichi Kangyo Bank. Uno de los momentos más espeluznantes sucedió con el anuncio de la primera versión de Famicom Trader, cuando se decidió que la Mona Lisa sería un buen reclamo para vender unidades.
Funcionase o no aquello, se produjeron 130.000 unidades hasta su descontinuación total en 2001. Mucho antes, a finales de 1989, se decidió dar carpetazo al asunto apagando los servidores por la poca rentabilidad que generaban. Estaba demasiado adelantado a su tiempo, aunque el mercado de las apuestas de caballos llegó a acaparar el 35% de las operaciones online de la época.
Hubo amagos de llevar el servicio a Estados Unidos, incluso para implementarlo como un formato de lotería, pero aquello no cuajó antes siquiera de intentarlo. Desde luego, lo que no se le puede negar a Nintendo es que no intenten innovar.
Famicom Network System en acción. Este módem de Nintendo fue utilizado por algunas empresas (empleado de Dai-Ichi Kangyo Bank en la primera foto) para transacciones y comercio de acciones a finales de los años 80.
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