Fue hace tiempo, cuando Ouya todavía prometía ser la panacea de los desarrolladores independientes y una verdadera alternativa a las grandes consolas. El sueño romántico de una consola financiada en parte por la comunidad, abierta y pensada para satisfacer tanto al usuario como al desarrollador.
Una época en la que se hacían brindis al aire y se prometían cosas de las que ahora se retractan. Por ejemplo la política de demostraciones obligatorias en su catálogo de juegos. Como sabréis, hasta ahora era obligatorio que los desarrolladores preparasen una versión demo de su juego para que el usuario pudiera probar antes de comprar. Algo que ha pasado a la historia.
Bob Mills, del equipo de Ouya, confirmaba que a partir de ahora ya no será un requisito que todos los videojuegos cuenten con su demostración. Dice que han tomado esta decisión tras más de un año oyendo a los desarrolladores y al ver que lo pedían a gritos. No es la primera vez que escuchamos a un desarrollador hablar en contra de las demos y aunque es un movimiento que se puede entender desde ese punto de vista es más complicado defenderlo de cara al usuario.
Particularmente lo que sí me gustaría ver son medidas decididas para aumentar la calidad de los juegos de la consola, impedir las copias baratas de otros juegos y ver como el catálogo crece y madura. Pero quien sabe si eso es demasiado para lo que le queda a la Ouya por delante…
Vía | Gamesindustry
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