De un tiempo a esta parte se están popularizando cada vez más los micropagos por contenidos aleatorios, también conocidos como cajas de botín. A finales de 2017 fue la gran comidilla del sector, y a raíz de eso las compañías han empezado a tomar cartas en el asunto.
La ESA, o Entertainment Sofware Association, a la que pertenecen muchas de las grandes compañías de videojuegos, ha anunciado cuáles serán sus nuevas medidas respecto a las cajas de botín. Más concretamente, Nintendo, Sony y Microsoft serán las que vayan a exigirles a los juegos que salgan en sus plataformas que muestren los porcentajes de probabilidades para obtener recompensas aleatorias.
Se trata del siguiente paso con respecto a su anterior medida, con la que hicieron que las cajas de los videojuegos que se vendían en las tiendas avisaran con un icono si contenían esta clase de micropagos o no.
Esta nueva política solo se aplicará a los nuevos juegos que vayan a salir, así como a actualizaciones que añadan cajas de botín a títulos ya existentes. Es decir, que se aplicará a juegos que continuamente añaden nuevo contenido mediante estas, como los eventos de Overwatch y sus aspectos exclusivos.
Michael Warnecke, uno de los máximos responsables de la ESA, asegura que hay otras compañías, aparte de las tres principales fabricantes de consolas, que también trabajan en implementar esta clase de políticas.
Empresas como Apple ya exigieron en 2017 que todos los juegos de iOS detallaran las probabilidades de obtención de sus recompensas aleatorias. En China esto es obligatorio por ley para todos los títulos.
Aun con todo, siguen siendo medidas demasiado blandas. Otras compañías están optando por erradicarlas directamente. Es el caso de Psyonix, que ayer mismo anunció que se desharía para siempre de las cajas de botín de Rocket League, en favor de un sistema que permite al jugador saber qué está comprando. En Estados Unidos incluso hay un proyecto de ley para prohibirlas.
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