Volvemos a hablar de las condiciones laborales en Naughty Dog y más concretamente de esa cultura del crunch de la que ya se ha hablado con anterioridad. En este caso ha sido el propio Neil Druckmann, vicepresidente del estudio y director de The Last of Us 2, quien ha hecho una serie de comentarios sobre el tema.
Ha sido en el último podcast de Troy Baker, el encargado de interpretar a Joel en las dos entregas de The Last of Us, donde han podido conversar él y Druckmann acerca de un buen puñado de temas relacionados con The Last of Us 2 y Naughty Dog. Es un podcast de casi hora y media de duración lleno de spoilers sobre el juego en el que, al llegar a la hora y 20 minutos, podemos escuchar a Druckmann declarando lo siguiente:
"Sé que trabajamos demasiado duro y nos hemos ganado cierta reputación dentro de la industria. Mucho de lo que se ha dicho es cierto y no estamos orgullosos de ello, pero también hay cosas basadas en falsedades incluso en artículos que gozan de buena reputación. Mucho viene del cariño. La gente trabaja así de duro porque cree en el proyecto, en lo que significa el proyecto, y me gustaría dar un ejemplo. Las opciones de accesibilidad que tiene este juego no salieron de mí, no salieron de mi jefe, Evan, no salieron de Kurt o Anthony, los directores del juego. Salieron de gente del equipo que quería hacer el juego más inclusivo y que más jugadores puedieran experimentar las historias de Naughty Dog. Y ellos trabajaron horas de más incluso cuando yo les pedí que no lo hicieran. Les dije que teníamos que acabar el juego, pero me ignoraron y lo hicieron igualmente".
Esto es algo que hemos escuchado en muchas ocasiones. La idea de que no hay un jefe exigiendo horas extras, sino que son los propios empleados los que deciden trabajar más de lo estipulado por pura pasión y otros compañeros pueden verse obligados de alguna forma a hacer lo mismo para no dar la impresión de que trabajan menos o están menos implicado. Si bien es cierto que hay casos así, sigue siendo una situación mejorable. Druckmann habla de ello un minuto después en el podcast:
"Te habrás dado cuenta de que no hablo del crunch. Evito cualquier conversación sobre el crunch porque es un tema demasiado sensible para mí. Me preocupo tanto por el equipo, por su bienestar y por lo duro que trabajan que no quiero decir nada hasta estar seguro de que hemos progresado lo suficiente en este tema. La conversación giró entorno a la idea de que la dirección es mala y o bien cambia o sigue siendo mala, pero todo es mucho más complicado. Cuando tomamos ciertas medidas para limitar el tiempo de trabajo, la gente dejó de estar contenta. Los empleados estaban descontentos cuando intentamos forzarlos a irse de la oficina y empezamos a perder gente. Se trata de encontrar el equilibrio que nos permita dejar que la gente exprese su pasión a la vez que ofrecemos las herramientas adecuadas para protegerlos incluso de ellos mismos. En este proyecto he fallado intentando conseguir eso. Probé varias cosas que no funcionaron y vamos a intentar nuevas cosas de ahora en adelante contando con ayuda externa".
Druckmann sigue argumentando que la conversación alrededor del tema del crunch ha generado básicamente dos bandos opuestos y que o bien estás en uno o en el otro, pero que la realidad es mucho más compleja.
La parte positiva de todo esto es que, según las palabras del propio Druckmann, van a contar con ayuda externa para mejorar la situación laboral del estudio de ahora en adelante.
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