Tarde o temprano tenía que explotar, decían los más agoreros. La Wii es una consola de parrillada y su moda durará dos días, aseguraban los más listos de la clase. No, Wii venderá como nunca ha vendido una consola y establecerá una base nueva de jugadores, asentía Iwata. Y vaya si tenía razón.
Las ventas globales no hacían más que subir y Nintendo era consciente de que la Gallina de los huevos de Oro tardaría bastante en desinflarse. Pero claro, todo llega y si al desgaste de un producto le sumamos una mala colección de lanzamientos pues acabamos encontrando ventas más bajas. Eso es lo que piensa Miyamoto que, como todos los grandes de verdad, no pone la excusa como ejemplo.
“Creo que cualquier producto de entretenimiento es menos susceptible a los cambios de la economía. El hecho de que en 2009 no pudiésemos vender más que en 2008 fue que, simplemente, en comparación, no pudimos crear productos suficientemente divertidos.”
“Mientras creemos experiencias únicas y sin precedentes en los videojuegos, amigos, no hay nada de que preocuparse.”
Ya sabéis que Miyamoto no quiere excusas. Se han dormido en los laureles y lo sabe perfectamente así que ahora toca currar en dos años lo que antes no has hecho en tres o cuaro. Qué bien sienta leer un poco de autocrítica, ¿verdad?
Algunos ejecutivos agresivos de determinadas compañías que todos conocemos podrían aplicarse el cuento. El de la autocrítica digo.
Vía | Vandal
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