Desde que Microsoft anunció que pagaría casi 70.000 millones de dólares por hacerse con la propiedad de Activision Blizzard, el terremoto de incertidumbre ha sacudido a la industria. La última polémica llega por parte de la empresa en respuesta a la propia Sony, acusándola de pagar a los estudios para evitar que sus juegos se publiquen en Xbox Game Pass.
Estamos hablando de un informe publicado en Brasil que no solo trata este tema, sino que permite leer la opinión de Microsoft acerca de la exclusividad de Call of Duty. Si bien la división dirigida por Phil Spencer señaló que tal escenario no sucederá, Sony asegura que estamos ante una amenaza para el mercado de los videojuegos.
Xbox se ha puesto firme en este sentido y ha decidido poner encima de la mesa los argumentos por los que considera que convertir a la saga Call of Duty en exclusiva es un error garrafal. Extendiendo este pensamiento a cualquier juego que obtendrá Microsoft con la compra de Activision Blizzard, la empresa señala que la rentabilidad se iría al garete.
La compañía perdería todas las ventas actuales derivadas de que Call of Duty se encuentre disponible en otros sistemas como PlayStation. Para compensar dichas pérdidas, tendrían que atraerse todos esos jugadores al ecosistema Xbox y conseguir los ingresos por ventas directas en el resto de plataformas.
De esta manera, la potencial exclusividad no es un buen negocio para Microsoft. Además, la empresa reitera que, en caso de hacerlo, no habría un impacto competitivo en la industria, por lo que la idea ha sido totalmente desechada.
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