La bomba saltó a comienzos de año. Microsoft puso el dinero encima de la mesa y ofreció a Activision Blizzard su compra por más de 68.000 millones de dólares. Un acuerdo pactado entre las directivas y que debía verse refrendado por los accionistas de la compañía de Bobby Kotick.
Durante una reunión especial para votar si la adquisición saldría adelante o no, más del 98% de los accionistas han votado a favor de la propuesta. Por lo tanto, se salva el primer escollo para que una operación de una magnitud enorme llegue a buen puerto. Kotick ha querido celebrar este paso tan importante:
"El abrumador voto de apoyo de nuestros accionistas de hoy confirma nuestra creencia compartida de que, combinados con Microsoft, estaremos aún mejor posicionados para crear un gran valor para nuestros jugadores, incluso mayores oportunidades para nuestros empleados, y continuar nuestro enfoque en convertirnos en un ejemplo inspirador de un lugar de trabajo acogedor, respetuoso e inclusivo"
Hora de los reguladores
Este ha sido un movimiento clave, pero faltan unos cuantos más. Ahora le llega el turno a las agencias e instituciones reguladoras de diferentes regiones. Señalan desde Bloomberg que no existe mucha confianza en Wall Street acerca de que Microsoft termine por comprar Activision Blizzard.
El acuerdo al que llegó Microsoft era pagar 95 dólares por acción para una transacción que tiene previsto finalizar en el año fiscal que termina el 30 de junio de 2023. Sin embargo, estas acciones ahora mismo cotizan un 25% por debajo de lo pactado, por lo que desde el medio indican que esta situación pone en riesgo la operación.
A pesar de ello, la Comisión Federal de Comercio estadounidense se encargará de revisar la compra. Hace unos meses, esta agencia bloqueó la adquisición de Arm por parte de Nvidia. Por otro lado, la Unión Europea y China también deben dar su visto bueno a todo ello.
