Se ha vuelto a armar el lío con lo digital. Durante las últimas horas, varios usuarios birmanos de Origin, la plataforma de distribución de EA, han denunciado la imposibilidad de acceder a su biblioteca de juegos por un bloqueo que llegó aparentemente sin previo aviso. Y claro, las alarmas saltaron rápidamente.
Aunque la noticia ha corrido como la pólvora, EA no ha tardado en responder de manera oficial a los jugadores afectados para asegurar que pensaban dar marcha atrás al movimiento, algo que en el momento de escribir estas líneas parece aún no haberse hecho efectivo. No obstante, el asunto tiene miga y va más allá de lo que podría parecer un error puntual.
Varios usuarios birmanos de Origin han denunciado la imposibilidad de acceder a su biblioteca de juegos
De hecho, la situación de Origin en Birmania ha destapado bloqueos similares en otros territorios como Irán, donde el bloqueo se produjo hace ya par de semanas. Tras todo este entuerto se suceden regulaciones internacionales del gobierno estadounidenses, decisiones comerciales de EA y, en última instancia, el consumidor que siempre acaba siendo quien paga el pato. Vamos a entrar en detalle sobre lo que está sucediendo ahora mismo.
Idas y vueltas de Origin en Birmania
Las protestas de los usuarios birmanos que vieron bloqueado su acceso a Origin fueron las que hicieron saltar la liebre, hecho que tuvo rápida respuesta por parte de EA, justificando su decisión en los bloqueos comerciales impuestos por Estados Unidos a dicho país. Es importante señalar, que dichos bloqueos fueron levantados el pasado 7 de octubre.
Para más inri, dichos bloqueos, cuando aún estaban activos, impedían únicamente realizar negocios con individuos u organizaciones birmanas que pudieran poner en peligro los intereses estadounidenses. Esto es, que EA no estaba obligada directamente a poner fin a sus actividades en aquel país, aunque por un motivo u otro decidieron cerrar el grifo de golpe, afectando así a una importante cantidad de usuarios.
A pesar de la justificación legal, aparentemente fuera de lugar por el fin de las restricciones hace semanas y por lo lejos que quedaría todo esto de la posición de Origin como plataforma, EA ya ha prometido que va a revertir la situación pronto, lo cual no hace más que añadir dudas a toda la jugada con Birmania.
Una situación que venía de atrás
La noticia ha servido para destapar a ojos de la comunidad internacional de jugadores una situación que no era aislada. Varios usuarios iraníes han denunciado que también ellos están siendo víctimas del bloqueo, justificado una vez más en las restricciones gubernamentales de Estados Unidos, aunque la cosa va más allá: Cuba, Siria, Sudán, Corea del Norte y la región de Crimea, en Ucrania, también han sido bloqueadas. Una vez más, todo en palabras oficiales de EA.
La pregunta aquí es: ¿qué están haciendo el resto de compañías en la misma situación? Pues aparentemente nada. El acceso a servicios como Steam, Battle.net o Uplay se mantiene en esos países, así como a servicios de otras características, como Netflix. EA parece estar sola en este movimiento, al menos dentro del ámbito del ocio electrónico difundido por vías digitales.
El fin del bloqueo solo ha sido confirmado para Birmania, de modo que los jugadores del resto de países de la lista negra se quedan con una mano delante y otra detrás. Nada de acceder a los juegos por los que decidieron pagar en su momento, y además sin posibilidad de hacer cualquier otra cosa que no sea que lamentar amargamente su suerte en los foros.
Qué pasa con lo que he pagado
El debate vuelve a abrirse, y de la manera más agresiva posible. En la era de la distribución digital de contenidos, el concepto de posesión se vuelve más efímero e intangible que nunca, y de un simple plumazo nos podemos quedar sin poder disfrutar de esos juegos por los que desembolsamos un buen dinero.
Sin entrar a juzgar los motivos de la decisión de EA, que a buen seguro traerá tras de sí muchas cuestiones que no se han hecho públicas y que por tanto nos son ajenas, lo alarmante de todo este asunto es precisamente la indefensión ante la que nos encontramos como consumidores. Una regulación puntual de un país al que ni siquiera pertenecemos, una interpretación laxa de la misma o un cambio de opinión del equipo comercial de turno, y adiós muy buenas a lo que creíamos que era nuestro para siempre.
De un simple plumazo nos podemos quedar sin poder disfrutar de esos juegos por los que desembolsamos un buen dinero
Y de nuevo, parece no haber nada que impida legalmente semejantes acciones. Como usuario, he girado en gran parte al terreno digital durante los últimos años por la comodidad que supone, y soy consciente de que las situaciones dramáticas que a veces surgen son solo casos puntuales, pero no es agradable encontrarlas como golpe de realidad.
Desde VidaExtra hemos contactado con Electronic Arts para tener una respuesta oficial a la cuestión. En caso de recibirla, actualizaremos el artículo.
Imágenes | Paul Arps, Fulvio Spada
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