La invasión digital silenciosa

La invasión digital silenciosa
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De un tiempo a esta parte he notado un cambio de tendencia. No es que vaya a descubrir la pólvora, porque de esto discutimos hace tiempo en contra y a favor, pero sí que se está haciendo más patente el asentamiento del formato digital, arropado, en parte, por el menor cuidado del formato físico.

Se está produciendo un cúmulo de cosas que están consiguiendo, casi sin que nos demos cuenta, que la transición entre formatos ya no la veamos tan mal, incluso los que somos coleccionistas. Está claro, en cualquier caso, que debemos puntualizar sobre todo esto antes de meternos en harina...

Internet ha revolucionado esta industria. Bueno, no solamente ésta, la de los videojuegos, sino todas. Nos ha cambiado la vida por completo, y en muchos casos, a mejor. ¿Que tenemos una duda con una palabra? Entramos a la página oficial de la RAE, y duda disipada al momento. ¿Que queremos saber cuándo se estrena una película? Entramos a IMDB y listo. ¿Y si nos apetece ver un videoclip musical? Ya no dependemos de la MTV. Ahora con YouTube y similares lo tenemos a un click de ratón. O dedo.

¿Qué queremos decir con esto? Que lo digital lleva con nosotros desde que empezó la red de redes. Y que tarde o temprano acabará asentándose del todo, dejando en segundo lugar al mercado físico. ¿Cómo? Sabiendo competir mejor que él. Y lo cierto es que ya lo está consiguiendo. Fijáos bien...

Playstation Plus, uno de los mayores catalizadores

Playstation Plus

Han pasado dos años desde que Sony dio un acertado golpe sobre la mesa con la presentación del servicio Playstation Plus, forzado, eso sí, tras previo desastre con Playstation Network al vulnerar seriamente su seguridad. Pero, ¿quién se acuerda de eso ya? Parece un mal recuerdo hoy en día.

El caso es que dicho servicio de suscripción consistía en pagar una cuota (mensual, trimestral o anual) en la que recibíamos a cambio juegos, como si de un alquiler se tratase. Esto quería decir que si nos caducaba la suscripción no podríamos acceder a esos "regalos", por lo que había que renovar para volver a acceder a ellos. Y Sony se esforzó mucho para que mes tras mes compensase mantener ese servicio, ampliando la oferta con el paso del tiempo a PS Vita y PS4, y ofreciendo algunos títulos de salida. Al final era casi imposible no caer en la tentación y hoy parece un poco absurda la discusión sobre dichos alquileres, porque, ¿quién se plantea realmente no renovar su suscripción?

Salvo porque nuestro sueldo no nos lo permita (los videojuegos, en cualquier caso, son un lujo, no una necesidad), no veo ningún motivo para no hacerlo, y personalmente los regalos de cada mes (junto con los descuentos que nos ofrece este servicio) me parecen siempre muy interesantes.

Lo bueno es que la competencia siempre nos beneficia, y en este caso Microsoft se vio forzado a hacer algo similar con la presentación de Games with Gold, servicio que ha mejorado mucho desde hace unos meses al incluir también alquileres en Xbox One. Resulta irónico esto último, porque en su concepción su principal diferenciación respecto a la competencia (Sony) era que los regalos sí que eran regalos y no hacía falta renovar la suscripción, que todo juego canjeado siendo Gold sería nuestro para siempre. Pero esto tan solo se ha mantenido para Xbox 360. En Xbox One es un alquiler.

Los pésimos manuales actuales están ayudando

Manual de instrucciones de Knack

A donde quiero llegar con esto es que si nos "regalan" un juego de esa manera no se nos pasará por la cabeza, seguramente, comprarlo en formato físico, y tal vez se nos plantee, como a mí (cosa que ya estoy haciendo), el vender algún juego tangible de nuestro catálogo cuando lo "regalen" en PSN o XBL, sobre todo tras la pésima imagen que están dando casi todas las compañías en cuanto a manuales de instrucciones se refiere. Incluso hasta la propia Nintendo no se libra de la quema.

¿A que recordáis con cariño sus libritos? Pero habéis notado que ya no se los curran tanto. Suelen ser más cortos, muchas veces como desplegables, a modo de mapa, sin tantos detalles. Sin la chispa y creatividad de antaño. Mientras que otros estudios lo han dejado más de lado si cabe, como se puede observar en los manuales de PS4 o Xbox One. Una simple hojita o panfleto promocional.

Siempre hay excepciones, claro está. Sin ir más lejos os puedo dar un ejemplo conmigo. Nintendo nos envió en su día un código review del 'Pikmin 3' para analizarlo a tiempo, pero eso no me impidió luego comprarlo en formato físico, que al menos su desplegable, a modo de manual, está chulo. Vamos, que sigo siendo coleccionista, pero ya no me cuesta tanto desprenderme de otros juegos si los regalan, como me pasó con 'The Wonderful 101', que contaba con un manual sonrojante, de lo escueto que era, por lo que acabé vendiéndolo cuando gracias al 'Mario Kart 8' podía tenerlo gratis en digital.

Como véis, se está descuidando mucho este aspecto. Y para verlo de otro modo, ¿nunca habéis rechazado comprar un juego de segunda mano que no tuviese manual de instrucciones? Es como si le faltase algo. Y no vale que ahora muchos lo muestren en formato digital, que no deja de ser un coñazo. ¿Dónde ha quedado el ritual de comprar un juego y ver su manual (y olerlo) antes de ponerse a los mandos? Parece que la industria se ha empeñado en que eso sea un recuerdo.

Las promociones, como las del gigante Steam

Steam

Decíamos al inicio que para que el mercado físico peligrase el digital tenía que mejorar su oferta, y sin duda donde mejor lo está haciendo, aparte de con las suscripciones antes citadas, es con rebajas bestiales, como las de Steam, que hacen peligrar nuestro bolsillo al comprar más de lo que teníamos previsto. Eso por no decir que muchos ya no compramos juegos de PC en formato físico desde el asentamiento de servicios como GOG o Steam. No compensa... salvo que hablemos de ediciones coleccionista, que hay algunas, como la de 'Machinarium', que son toda una obra de arte.

Gracias a Steam el mercado de las consolas se ha puesto mucho las pilas con promociones todas las semanas y eventos especiales en fechas determinadas, como verano o Navidad. Ver un juego a 5 euros en digital cuando en las tiendas de nuestra ciudad está a 15 o más es una oferta difícil de rechazar. Sí, aún tiene mucho margen de mejora cuando hablamos de lanzamientos en digital, al ofrecer precios similares que en físico (ilógico, se mire por donde se mire), y todavía tiene que llegar el alquiler de los juegos en formato digital, como lo que hará Sony con su cercano Playstation Now.

Pero es todo cuestión de tiempo. Además, PS4 y Xbox One han fomentado de nuevo una polémica que hace que compense menos comprar un título en físico: la instalación obligatoria de los juegos. Entre eso y los manuales tan ridículos, nos espera una generación que irá apostando más y más por lo digital. Y no sé vosotros, pero yo me niego a comprar un juego de salida en digital por unos 70 euros. ¿Dónde está Amazon, u otra tienda similar con precios más competentes, y la posibilidad de poder venderlo después si vemos que no nos compensa mantenerlo en nuestra estantería?

No sé si será la edad o que este cambio de tendencia ha empezado a hacer mella en mí al mostrarme más selectivo, pero lo cierto es que ya me he ido desprendiendo de muchos juegos en formato físico y he hecho una criba bestial de otros que acabaré vendiendo, hasta de consolas que jamás pensé que iba a tocar, como de Game Cube. Porque por otro lado está lo práctico, la comodidad que nos brinda el poder acceder a algo al instante desde una biblioteca digital, que no ocupa espacio...

Con decir que me he aficionado a la compra de discos por Bandcamp, y eso que siempre he sido de CD... Aunque aquí me contradigo a mí mismo, que desde hace muchos años escucho música desde Foobar2000 para que sincronice con lastFM, y eso que sigo comprando también música en físico.

¿Vosotros cómo véis este tema? ¿Habéis cambiado un poco la mentalidad? ¿Seguís sintiendo rechazo por el cambio? ¿Sois más selectivos con las compras en formato físico? ¿Vendéis más? Contadnos.

En VidaExtra | Cinco inconvenientes que le veo todavía al formato digital

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