Era uno de los anuncios más esperados del mundo de la tecnología en los últimos tiempos. Finalmente, Intel ha saltado a la palestra y se ha decidido a meterse en una competición que dominan con puño de hierro entre AMD y Nvidia. El mercado de las tarjetas gráficas tiene un nuevo participante con la llegada de Arc A-Series.
Sin embargo, la presentación ha sido más discreta de lo que esperábamos. La compañía ha dado una primera aproximación de sus productos con la línea para sistemas portátiles con las gráficas Arc 4 para sistemas Intel Evo basados en Arc A350M y A370M. Las posibilidades que ofrecen estas GPU es de 60FPS a 1080p en una gran cantidad de títulos.
Más allá de la gama más baja, sí que hemos podido ver conocer detalles sobre las líneas superiores Arc 5 y Arc 7. Estas contarán con mayor cantidad de núcleos Xe, más unidades de ray tracing y más memoria GDDR6. Mientras que los portátiles Arc 3 ya pueden comenzar a reservarse, tocará esperar a las otras dos hasta principios de verano. Será en algún momento de la próxima estación cuando las tarjetas gráficas para PC de sobremesa lleguen a nuestras casas.
Eso sí, todas ellas tendrán compatibilidad con DirectX 12 Ultimate, lo que garantiza la integración del ray tracing y la futura llegada de XeSS, el claro competidor del DLSS de Nvidia y el FSR de AMD. Permitirá ejecutar obras a resolución 4K con un rendimiento similar al que tendríamos con 1080p nativos.
Un punto destacable de la presentación es cómo se aprovechará Arc A-Series de diferentes tecnologías. Una de ellas es la microarquitectura Xe High Performance Graphics de la propia Intel, pensada específicamente para rendir en el mercado gaming y para los creadores de contenido. Se apuesta por los núcleos XMX que aumenta 16 veces la capacidad de computación para realizar varias tareas al mismo tiempo.
Por otro lado, se busca dar soporte a la codificación y decodificación hardware para códec AV1. El motor de visualización Xe permite compatibilidad con pantallas HDR, incluyendo Display Port 2.0 10G para 4K a 120Hz y sin compresión. También nos encontramos con Intel Deep Link, permitiendo una colaboración total entre la GPU y la CPU. De esta forma, se aumenta el rendimiento dirigiendo la carga de trabajo al componente específico según lo necesario.
