El FBI licencia el Unreal Engine 3 para desarrollar programas de entrenamiento virtual

No es nuevo, ni siquiera exclusivo del mundo de los videojuegos. El cine bélico, por ejemplo, siempre se ha utilizado para motivar a las tropas (el propagandístico, claro) y de todos es sabido que los FPS son del agrado del ejército americano, tanto para que se desahoguen los soldados, como para meterle el gusanillo del reclutamiento a todo aquel descerebrado que se piense que la guerra de verdad es igualita que la virtual. Pues bien, ahora es el FBI el que se apunta a esta tendencia licenciando el conocido motor gráfico Unreal Engine 3 para programas de entrenmiento virtual.

La encargada de desarrollar estos simuladores es Virtual Heroes, una vieja conocida de las organizaciones gubernamentales y de la industria de los videojuegos. Os sonarán sobre todo por ‘America’s Army: True Soldiers’, aquel juego que se utilizó para fichar futuros soldados y que dio tanto que hablar.

El realismo que han alcanzado los videojuegos viene de perlas para según qué aplicaciones. Poder anticiparse a situaciones peliagudas cuando antes has pasado horas tanteando virtualmente todas las posibilidades es un plus que, si bien no asegura el éxito de una operación policial o militar, supongo que ofrece cierta seguridad y estabilidad mental a los implicados. Es cuestión de saber utilizar las herramientas que tienes a tu alcance para mejorar en tu trabajo. Otra cosa es que estas historias nos hagan perder el norte.

Me hacen mucha gracia (por no decir que me entran ganas de llorar) frases del tipo ‘Es que este juego es como la guerra de verdad’. No solo las usan de forma habitual los jugadores, sino las compañías a la hora de promocionar sus juegos, y señores, ¿alguien duda por aquí que un juego bélico nunca, repito, nunca, será como ‘la guerra de verdad?’. Me consuela que el ejército americano utilice juegos de guerra para tratar los síntomas postraumáticos de sus soldados, pero me intranquiliza que sea esa misma organización la que utiliza igualmente juegos para convencer a chavales de que pierdan la cordura en un lugar remoto del mundo.