A finales del año pasado EA puso en marcha una campaña que pretendía aportar un valor añadido a las ventas de formatos físicos. Juegos como ‘Dragon Age’ o ‘Mass Effect 2’ contenían en su interior un código que permitía descargar un elemento escogido por la compañía por un valor de 10 euros. Un valor añadido que sólo podrían disfrutar aquellos que comprasen el juego en primer lugar, pese a que, según la compañía, la propuesta no tiene nada que ver con el mercado de segunda mano.
El problema vino hace poco más de un mes cuando se anunció que lo que antes eran regalos que incentivaran la compra original pasaría a ser un recorte de los contenidos habituales, desactivando de serie el modo multijugador de sus juegos y activándolo mediante un código de descarga que se facilitase dentro de la caja. El primer comprador podría disfrutar del contenido habitual de un videojuego de esta época sin problemas, pero un segundo debería pasar por caja para adquirir esa posibilidad desde Xbox Live, PSN o similares.
Los medios de todo el globo, también jugadores y compradores de títulos de primera y segunda mano, no tardamos en manifestarnos en contra de una medida que se nos antoja demasiado extremista para afrontar un problema que, le pese a quien le pese, estuvo, está y estará presente en cualquier sector de hoy en día. Ahora Keith Ramsdale, presidente de la división inglesa de EA, afirma que el problema no es tal, sino que lo hacen por nuestro bien:
“Todo se reduce al consumidor, queremos mejorar su experiencia. No es una medida defensiva contra la segunda mano o la piratería.“
Qué desagradecidos llegamos a ser. EA partiéndose la crisma para que nosotros podamos disfrutar de un mundo mejor y encima les soltamos a los perros. Por cierto, hoy acompañaré a un amigo a comprar un coche de segunda mano, esperemos que cuando nos lo den no le falte alguna de las ruedas, por aquello de mejorar la experiencia de conducción.
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