El título del presente artículo es pura ficción, por el momento, pero no dista tanto como parece de hacerse realidad si analizamos los datos a nuestro alcance. Y es que sin ni siquiera pretenderlo (o al menos, sin hacer especial apología de ello) Apple, la empresa de la manzana, con su iPhone e iPod Touch por bandera, se ha hecho un hueco más que notable en la industria del videojuego. Un hueco que parece dispuesto a engullir los porcentajes de mercado de sus rivales.
Mientras las tres grandes del sector (Nintendo, Sony y Microsoft) se preocupan en pelear por quien tiene el controlador de movimiento más innovador, o quien cuenta con más juegos exclusivos para su consola, el cuarto rival, la silenciosa Apple, va ganando a las desarrolladoras por el camino más rápido para llegar a sus corazones: el bolsillo.
La industria de los videojuegos es un negocio. Sí, existen juegos independientes que buscan innovar a nivel artístico. Y algunos de los grandes superventas son juegos sobresalientes a nivel estético y narrativo, merecedores de ser analizados como obras de arte, al igual que ocurre con ciertas películas. Pero en el fondo, y que eso no se nos olvide, esto no deja de ser un negocio en el que cada compañía, cada desarrolladora, busca ante todo el beneficio.
Ayer mismo podíamos leer en Applesfera las cifras que el iPhone genera, cifras que lo colocan como el smartphone más rentable del mercado.
Analicemos las cifras: con tan sólo un 3% de cuota de mercado, el iPhone acapara el 20% de los beneficios. Esta cifra es sencillamente despropocionada, y todas las perspectivas indican a que aumentará en los años siguientes, llegando hasta un 5% de cuota y un 58% de los beneficios en 2009.
Esto es simplemente un volumen de crecimiento descomunal, y se ha conseguido en apenas un año de vida de la tienda de aplicaciones de Apple, la App Store, que se ha revelado como una fantástica plataforma de lanzamiento tanto para compañías con experiencia como para nuevos desarrolladores, que descubren como crear juegos para el teléfono de Apple puede ser muy lucrativo.
Es cierto que la experiencia de la compañía conseguida con su iTunes Store fue fundamental para el éxito de la tienda de aplicaciones, pero esto no quita mérito a su fantástico éxito comercial. Un éxito avalado por 1.500 millones de descargas en su primer año de vida.
La industria, por su parte, no es ajena a la amenaza de Apple. De hecho, la propia Electronic Arts declaraba hace unos meses que el iPhone asusta a Sony y Nintendo. Pero digamos que aún no terminan de saber como afrontar la revolución que Apple viene reconduciendo en cuanto a la venta y distribución de contenidos para móviles.
O puede que todavía no les preocupe porque, al fin y al cabo, Apple no cuenta con una consola de sobremesa que pueda rivalizar con las “joyas de la corona” (la tuvo, pero esa ya es otra historia). Sin embargo, en el terreno de las portátiles, su iPhone es una seria amenaza para PSP y Nintendo DS, mucho más de lo que parece en un principio.
La descarga digital de contenidos es el futuro, y en el caso de las consolas portátiles, es ya el presente. Apple supo verlo antes que nadie, y tanto Nintendo como Sony han dado el paso necesario para no quedarse atrás, implementando dicha función en sus respectivas DSi y PSP Go.
Todo esto son factores a tener en cuenta en generaciones venideras. Apple no solo ha colocado a su iPhone como una plataforma de juegos más que solvente en apenas un año de vida (y eso que en principio es “solo un teléfono”), sino que lo ha hecho ganando mucho dinero en el proceso. Recordemos que la propia Microsoft tuvo que sufrir lo suyo para hacerse un hueco en el mercado de los videojuegos, y sufrir pérdidas en su división de Xbox durante mucho años antes de que empezara a resultar rentable.
Apple, por contra, no solo no ha tenido ese problema, sino que además de ganar mucho dinero, se lo ha hecho ganar a los desarrolladores, reservando para ellos un porcentaje mayor de los beneficios de cada venta que el que pueden obtener si comercializan su juego en otras plataformas. Esto ha provocado que dichas empresas cada vez tengan más en cuenta a su teléfono a la hora de generar versiones de sus juegos, dado lo rentable que esto resulta. Y como decíamos al principio, las desarrolladoras son en primer lugar empresas, a las que se conquista por el bolsillo.
Así pues, el titular de este artículo es solo ficción… por el momento. Pero dadas las perspectivas de crecimiento antes mencionadas, puede que se convierta en realidad antes de lo que creemos… al menos en el mercado de los videojuegos portátiles.
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